martes, 15 de abril de 2008

Después del NIE, ¿Qué exigirle a Teherán?

Número 8/abril-mayo 2008
Daniil Gorbatenko

La publicación de la evaluación de la Inteligencia Nacional (NIE) sobre Irán por la Comunidad de Inteligencia estadounidense el pasado otoño, cuyo principal punto era el hecho de que era altamente probable que Irán hubiese suspendido su programa de energía militar en 2003, ha disipado las ya débiles oportunidades que tenía la comunidad internacional para presionar a Teherán. En tales circunstancias la pregunta sobre qué es lo que la comunidad internacional debe exigir a Teherán quizá resulte inadecuada. Quizá se pregunten, ¿Por que le deberíamos exigir algo? esto significa que las sospechas sobre Irán deben ser suspendidas y que se le debería permitir sus “derechos inalienables” de llevar a cabo un enriquecimiento ilimitado en su territorio.

Y éste simplemente no es el caso. El hecho de que Irán suspendiese supuestamente su programa militar en 2003 fue probablemente por temor a una acción militar de los EEUU (1) pero esto no significa que no lo vaya a poner en marcha en el futuro. Además, según la mayoría de analistas lo que Irán necesita para ser una potencia nuclear es una cantidad suficiente de material fisible para armamento (2) (uranio altamente enriquecido o HEU) lo cual es relativamente fácil de producir si las actividades de enriquecimiento de Irán no están limitadas (3).

Al mismo tiempo, Irán tiene un comprometedor record en engañar y desafiar a la comunidad internacional respecto de sus actividades nucleares. Irán ha ignorado cuatro resoluciones vinculantes y sucesivas adoptadas por unanimidad en el Consejo de Seguridad de la ONU y hasta el momento ha mostrado un bajo nivel de cooperación con la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) para resolver los asuntos pendientes respecto de sus pasadas y no declaradas actividades nucleares. Algunas de estas actividades son los contactos con la infame red de A.Q. Khan, operaciones con centrifugadores P2, el llamado “proyecto de sal verde” y experimentos con plutonio (4). Las justificaciones económicas iraníes de la necesidad de tener un alto nivel industrial de programas de enriquecimiento han sido tan poco convincentes como la retórica anti-israelí de su presidente, y el supuesto apoyo de Irán a Hezbollah y Hamas, generalmente vistas como organizaciones terroristas, ha sido alarmante (5).

Finalmente, la probada inexactitud de la Inteligencia estadounidense en Irak y las afirmaciones de muchos analistas de que ésta inexactitud también puede aplicarse al caso de Irán (6), prueban la poca confianza en la veracidad y exactitud de los hallazgos de la NIE, éstos no muestran un panorama prometedor. Cabe señalar que dichos hallazgos no pueden ser una pista de la actitud iraní acerca de la posible adquisición de armamento nuclear, lo cual es confirmado por los autores de la evaluación (7).

Según lo expuesto anteriormente, parece que hoy en día la comunidad internacional no puede permitir que Irán lleve a cabo un programa nuclear sin restricciones ya que ésta no quiere enfrentarse a un Irán armado nuclearmente. No solamente la adquisición de una bomba nuclear por parte de Irán es un escenario desalentador sino que también es prueba del no retorno al régimen de no proliferación de armas nucleares, esta situación podría desencadenar una carrera de armamento nuclear en el volátil Oriente Medio y más allá. También existe una alta probabilidad de que antes de que Irán se arme nuclearmente sea atacada por los EEUU y/o Israel, lo que seguramente también tendrá consecuencias muy negativas en la región así como para la seguridad energética global. El ejemplo del ataque aéreo israelí contra el reactor iraquí en Osirak en 1981 y un desconocido emplazamiento sirio (8) son pruebas de la alta probabilidad que existe para que tal escenario vaya a desarrollarse.

La errónea opción de “enriquecimiento cero” y la propuesta de Evans de una “nueva línea roja”

Entonces, ¿qué es lo que la comunidad internacional debería exigir a Irán al respecto? Hasta el presente la exigencia principal de la comunidad internacional era la suspensión del enriquecimiento. La opción de “enriquecimiento cero” en palabras de Gareth Evans (9) ha sido incluida en diversas y consecutivas resoluciones del Consejo de Seguridad. Por ejemplo, la resolución 1737 exigía que Irán “suspendiera todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento y el reprocesamiento, incluidas las de investigación y desarrollo, suspensión que verificaría el OIEA,” (10)

Sin embargo, esta exigencia de enriquecimiento nulo parece irreal. Primero porque no tiene suficiente legitimidad internacional. Ninguno de los informes de la AIEA sobre Irán estipula que Irán está realmente llevando a cabo un programa militar en violación del artículo II del tratado de no proliferación. En su lugar, básicamente afirman que la Agencia de la Energía Atómica todavía es incapaz de confirmar la real naturaleza pacífica del programa nuclear iraní (11). Las alegaciones del NIE de que Irán ha abandonado su programa militar en 2003 sólo refuerzan la posición del país y dan cabida a la retórica iraní sobre sus “derechos inalienables”, un apartheid nuclear en contra de Irán y cosas semejantes.

Otra razón por la que Irán no aceptará cumplir con la exigencia de enriquecimiento cero es la inexistencia de un criterio formal que pueda satisfacer para poder volver a retomar sus actividades de enriquecimiento en su territorio ni tampoco un plazo fijo para la suspensión de tales actividades. Tampoco resulta fácil elaborar dichos criterios y los plazos para su cumplimiento. ¿Es posible para los inspectores del AIEA determinar que Irán ha abandonado su supuesta intención de implementar un programa militar para finalmente tener una bomba? Probablemente la respuesta sea negativa.

Teniendo en cuenta la aparente falta de voluntad política por parte de la comunidad internacional, especialmente Rusia y China, para establecer medidas significativas sobre la mesa (por ejemplo importantes sanciones económicas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas) para reforzar la llamada exigencia de enriquecimiento cero a Teherán, las partes en disputa parecen estar en un punto muerto. En estas circunstancias incluso si el sexteto (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania) acuerdan un conjunto de sanciones adicionales como resultado de las negociaciones que se están llevando a cabo (12), el valor añadido de tales sanciones probablemente será incluso menor que las actuales sanciones relativamente inútiles.

Parece que la equivocada exigencia central para Irán debería cambiarse, sin permitir al país un enriquecimiento ilimitado. Al respecto el presidente del Grupo Internacional de Crisis, Gareth Evans y el grupo mismo, en su informe de 2005 (13) han abogado consistentemente por su propuesta de la llamada “nueva línea roja” para Irán (14). Aparte del concepto de la nueva línea roja, su propuesta contiene un calendario de trabajo detallado por fases para la gestión del programa nuclear de Irán.

El concepto de “nueva línea roja” significa esencialmente que, según Gareth Evans, la comunidad internacional debería cambiar la actual línea roja para Teherán por una exigencia de no desarrollo de un programa de armamento nuclear (15). Evans mantiene que si a Irán se le permite finalmente un enriquecimiento sin límites bajo un régimen supervisado por la Agencia de la Energía Atómica, es posible detener la dimensión militar del programa nuclear si va más allá de lo permitido (16). Sin embargo, el hecho de que los engaños de la República Islámica fuesen descubiertos no por los inspectores de la AIEA que trabajan bajo la protección del régimen, sino por los disidentes iraníes (17) hace dudar de la habilidad de ésta para detectar una conversión militar. Resulta preocupante la experiencia en Corea, donde la República Popular Democrática de Corea estuvo desarrollando en secreto un programa militar con los inspectores de la agencia en el país y luego los expulsó cuando lo creyó conveniente, se desvinculó del tratado de no proliferación y probablemente llevó a cabo una prueba nuclear (18).

El calendario de fases anteriormente mencionado que contenía el informe del Grupo Internacional de Crisis y la proposición de Evans son erróneos. La primera fase se trata de una suspensión temporal de todas las actividades de enriquecimiento de Irán (de 2 a 3 años). En el transcurso de la segunda fase (de 3 a 4 años) Irán solo podrá llevar a cabo el enriquecimiento a nivel de investigación y desarrollo (19). Estos requisitos, sin embargo, no son conceptualmente diferentes de los de la opción de enriquecimiento cero criticada por el propio Evans.

Quizá la respuesta sea la opción de un enriquecimiento industrial limitado

Sin embargo, hay otra opción con la que subsanar los defectos de las mencionadas anteriormente, es decir, la de enriquecimiento nulo y la propuesta de Evans. La esencia de esta opción es que la comunidad internacional debería exigir a Irán limitar su programa de enriquecimiento a una cantidad específica de centrifugadores P1 y a la localización física de dichas actividades en la planta de Natanz.

La cuestión principal es cómo determinar tal cantidad. A pesar de reconocer que es labor de los científicos nucleares y de los oficiales de la AIEA determinar la cantidad exacta, es posible establecer los principios y los puntos de referencia de tal determinación.

Para empezar, la cantidad debería ser insuficiente para que Irán pueda producir suficiente uranio altamente enriquecido para fabricar una bomba nuclear en un plazo demasiado corto para que la comunidad internacional pueda detectarlo y responder de manera adecuada, porque en el caso en el que Irán posea poder de disuasión nuclear antes de que sea muy difícil la tarea de desarmarlo, habría que tener muy presente la experiencia con Corea del Norte.

Al mismo tiempo, el número máximo de centrifugadores P1 debería permitir a Irán producir la cantidad de uranio bajamente enriquecido (LEU) suficiente para poder satisfacer las necesidades razonables del país para producir energía nuclear, esto debería ser establecido mediante unas bases comunes entre Irán y la AIEA (y probablemente también la Agencia Internacional de Energía).

Por supuesto, ninguno de los principios anteriormente mencionados es fácil de aplicar y pueden parecer exclusivos a primera vista. Para establecer la máxima cantidad según el primer principio debemos establecer el período mínimo necesario para que la comunidad internacional pueda identificar y responder de manera adecuada al posible incumplimiento por parte de Irán.

Hasta el momento la República Islámica supuestamente ha establecido su producción en aproximadamente 3000 centrifugadores P1 en Natanz (20) y planea incrementar dicha cantidad a 54000 (21). Aunque actualmente es imposible saber exactamente cuantos centrifugadores necesita Irán para producir suficiente uranio altamente enriquecido para fabricar una bomba en un período de tiempo determinado, la mayoría de los analistas coinciden en afirmar que en principio con 3000 centrifugadores P1 Irán podría producir suficiente uranio para una bomba en aproximadamente un año. Por el contrario, con 54000 centrifugadores Irán probablemente sea capaz de producir la cantidad necesaria de uranio para tener una bomba en unas pocas semanas en caso de conflicto (lo ya mencionado anteriormente se refiere a “HEU Breakout Scenario”).

Otro escenario de máxima tensión donde el frágil equilibrio internacional con Irán puede acabar en un conflicto previsto por los analistas es el caso de que la República iraní produzca una gran reserva de uranio bajamente enriquecido y que más tarde lo convierta rápidamente en altamente enriquecido para así fabricar una bomba (“LEU Breakout Scenario”). En cada uno de los escenarios mencionados el tiempo mínimo que se necesita para que la comunidad internacional pueda responder viene determinado por la capacidad de la AIEA y/o de cualquier Servicio de Inteligencia nacional de frenar el inicio de un conflicto y de los EEUU y/o Israel de bombardear los emplazamientos nucleares iraníes, particularmente Natanz.

Si prestamos atención a los diez ataques aéreos llevados a cabo por los EEUU e Israel como el bombardeo del reactor Osiraq en 1981 y la guerra contra Hezbollah en el 2006, es posible afirmar con una alto grado de certeza que en ninguno de los dos casos la decisión de lanzar la ofensiva tardó mas de entre dos y tres meses en tomarse tras el hecho desencadenante del conflicto. La mayoría de los ataques fueron lanzados al mes siguiente del hecho desencadenante. De esta manera si la historia sirve de guía es posible pensar que tres meses puede ser el período máximo de tiempo necesario para que los EEUU y/o Israel bombardeen las instalaciones nucleares iraníes en caso de rompimiento de las negociaciones. Así, si Irán produce la cantidad necesaria de uranio altamente enriquecido para fabricar una bomba al año con 3000 centrifugadores, con entre 5000 y 10000 centrifugadores P1 Irán probablemente sería incapaz de producir la cantidad suficiente de uranio para una bomba antes de tres meses en el caso de declaración de guerra.

Los escépticos quizá afirmen en este punto que el enfoque propuesto no sirva para prevenir un escenario de conflicto de uranio bajamente enriquecido. Tomando en consideración el riesgo, es importante señalar que el enfoque sugerido no debe ser reducido solamente una cantidad limitada de centrifugadores P1. Por ejemplo, a Irán se le puede requerir que dé cuenta de la cantidad producida de uranio bajamente enriquecido (pero no manipularla en el reactor) en lugares especiales controlados por la AIEA. Irán puede ser obligado a un régimen de control constante más allá de los requerimientos del Protocolo Adicional (firmado pero no ratificado por Irán) si quiere enriquecer en su territorio.

En lo referido a las actuales necesidades energéticas del país, sus planes oficiales de energía nuclear contemplan la consecución de una capacidad de 6000-7000 megavatios para la década venidera (22). Sin embargo hasta el momento Irán sólo dispone de dos reactores nucleares industriales que todavía están siendo construidos (el reactor de 1000 MW de agua ligera en Bushehr y el reactor de agua pesada de 40 MW en Arak). Ninguno de los dos necesita combustible nuclear en un futuro previsible, ya que bajo los términos de la construcción del reactor de Bushehr todo el combustible será suministrado por Rusia (23) y el reactor de Arak no necesita uranio bajamente enriquecido como combustible. Además según fuentes Irán actualmente posee componentes para solamente 5000 centrifugadores P1 adicionales (24). De esta forma, la cantidad de entre 5000 y 10000 centrifugadores P1 como punto de referencia para determinar la cantidad máxima permitida de centrifugadores para ser utilizados por Irán en la planta nuclear de Natanz no parece ser incompatible con las actuales necesidades de energía nuclear del país.

En línea con lo anterior, en principio parece posible establecer la cantidad de centrifugadores P1 que puede ser permitida para que Irán produzca enriquecimiento de uranio industrial en la planta de Natanz.

Cabe afirmar que será una ardua y complicada tarea vigilar el cumplimiento de dicha cantidad. Sin embargo, si la República iraní es sometida a un estricto régimen de control tal y como el Grupo Internacional de Crisis señalaba en su informe resultará más fácil identificar una fuerte trasgresión de dicha cantidad, luego una posible dimensión militar del programa nuclear desde que el último no requiere un ámbito industrial para ser desarrollado y puede ser implementado en secreto tal y como la historia ha probado.

Los escépticos también pueden decir que el método para establecer el número máximo permitido de centrifugadores P1 se basa en una premisa errónea de la necesidad de permitir un período de tiempo para que los EEUU o Israel puedan reaccionar con ataques aéreos si Irán rompe el acuerdo. Sin embargo tal y como la experiencia norcoreana demuestra, si Irán verdaderamente rompe el acuerdo y empieza a producir uranio altamente enriquecido, nada menos que una opción militar o una amenaza creíble al mismo pueden frenar tal conflicto a no ser que todos los mayores consumidores de las mercancías iraníes se sacrifiquen y dejen de importar petróleo y gas de Irán.

Otra crítica puede centrarse en la falta de un período concreto para la sugerida limitación al número de centrifugadores iraníes. Sin embargo, dicho lapso de tiempo es bastante difícil de establecer. La amarga verdad es que el actual régimen de no proliferación no permite a estados como Irán el acceso a material fisible. De esta forma, a menos que las reglas de juego cambien como resultado del informe de la Conferencia del Instituto Nacional de Toxicología (NPT Review Conference) programada para 2010 o la disputa sobre el programa nuclear de Irán se resuelva de otra manera, los límites aquí propuestos deberían permanecer en vigor.

Por último, cabe argüir que la opción de un enriquecimiento industrial limitado planteado en este artículo no sea viable ya que Irán probablemente lo rechazará sin pensarlo. Verdaderamente, este puede ser el caso pero no es un escenario inevitable. De hecho, la aprobación de este enfoque por la comunidad internacional significaría que el derecho de Irán a enriquecer uranio en su suelo es tomado en consideración, lo cual rebajaría el poder de la retórica iraní en el país y fuera de él y sería potencialmente más costoso para Irán rechazar la proposición de plano que en el caso de la exigencia de enriquecimiento cero.

Conclusión

Todo lo expuesto es importante para comprender que la propuesta para salir del callejón sin salida al que se ha llegado con la producción de energía nuclear iraní (descrita en este artículo) no es una panacea y necesita un gran trabajo y quizás un estudio técnico y científico factible. A pesar de lo expuesto, empieza a ser claramente evidente que el enfoque actual de la comunidad internacional para solventar el asunto iraní basándose en la opción de enriquecimiento nulo es fallido en su elemento probablemente más importante – la exigencia principal a Teherán. Así, el enfoque sugerido en este artículo puede ser un importante paso hacia delante para visualizar la salida al actual estancamiento.

Daniil Gorbatenko
Moscow Higher School of Economic, Law Department

Bibliografía
1. Heritage Foundation Backgrounder: The Iran National Intelligence Estimate: A Comprehensive Guide to What is Wrong with the NIE. Available at: http://www.heritage.org/Research/MiddleEast/upload/bg_2098.pdf
2. Perkovich G. Assessing the NIE. Available at: http://carnegieendowment.org/publications/index.cfm?fa=view&id=19747&prog=zgp&proj=zme,znpp
3. Ibid.
4. Iran’s Civilian Nuclear Program May Link to Military, UN Says. NY Times. Available at: http://www.nytimes.com/2006/02/01/international/middleeast/31cndiran.html?_r=1&oref=slogin
5. Council on Foreign Relations. State Sponsors: Iran. Available at: http://www.cfr.org/publication/9362/
6. Guardian. US Iran intelligence ‘is incorrect’. Available at: http://www.guardian.co.uk/iran/story/0,,2019235,00.html#article_continue
7. National Intelligence Estimate: Iran: Nuclear Intentions and Capabilities. See Section A of Key Judgments. Available at: http://www.dni.gov/press_releases/20071203_release.pdf
8. BBC News. Israel’s Syria ‘raid’ remains a mystery. Available at: http://news.bbc.co.uk/2/hi/middle_east/6991718.stm
9. Evans G. (). The Iran Nuclear Problem: The Way Forward. International Crisis Group Presentation. Available at: http://www.crisisgroup.org/home/index.cfm?id=5187&l=3
10. UN Security Council Resolution 1737. Available at: http://www.iaea.org/NewsCenter/Focus/IaeaIran/unsc_res1737-2006.pdf
11. IAEA Board of Governors Report 15 November 2007. Available at: http://www.iaea.org/Publications/Documents/Board/2007/gov2007-58.pdf
12. BBC News. Powers agree on UN sanctions. Available at: http://news.bbc.co.uk/2/hi/middle_east/7208229.stm
13. International Crisis Group (2005). Iran: Is There a Way Out of the Nuclear Impasse? International Crisis Group Middle-East Report No. 51. Available at: http://www.crisisgroup.org/library/documents/middle_east___north_africa/iraq_iran_gulf/51_iran_is_there_a_way_out_of_the_nuclear_impasse.pdf
14. Evans G. (2007) The Right Nuclear Red Line. Washington Post. Available at: http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2007/12/04/AR2007120401670.html
15. Ibid.
16. Ibid.
17. Reuters. Timeline of Iran’s Nuclear Program. Available at: http://www.reuters.com/article/topNews/idUSL227722320080122
18. Reuters. Chronology-Timeline of the North Korean Nuclear Crisis. Available at: http://uk.reuters.com/article/topNews/idUKSP3008020061211?sp=true
19. International Crisis Group. Iran: Is There a Way Out of the Nuclear Impasse.
20. 3000 Uranium Centrifuges Fully Working, Iran Says. USA Today. Available at: http://www.usatoday.com/news/world/2007-11-07-iran-nuclear_N.htm
2 . Iran Cites Plans for Use of 54000 Centrifuges in Nuclear Program. Global Security News Library. Available at: http://www.globalsecurity.org/wmd/library/news/iran/2006/iran-060412-voa05.htm
22. NPEC Analysis. Iran: Breaking Out Without Quite Breaking The Rules? Available at: http://www.npec-web.org/Studies/Study030515%20Iran%20Breaking%20Out%20Without%20Quite%20Breaking%20the%20Rules.pdf
23. Ibid.
24. IISS Report. Iran’s strategic weapons programs – a net assessment. Available at: http://www.iiss.org/whats-new/iiss-in-the-press/press-coverage-2005/september-2005/irans-strategic-weapons-programs
25. Iran’s Nuclear Fuel Cycle Facilities: A Pattern of Peaceful Intent? Available at: http://www.globalsecurity.org/wmd/library/report/2005/iran-fuel-cycle-brief_dos_2005.pdf
26. Sahimi M. (2004). Iran’s Nuclear Energy Program. Part IV: Economic Analysis of the Program. Available at: http://www.payvand.com/news/04/dec/1056.html
27. Bushehr. Iran’s Nuclear Reactor. Global Security Materials. Available at: http://www.globalsecurity.org/wmd/world/iran/bushehr.htm
28. Iran’s IR-40 Reactor – Preliminary Assessment. Available at: http://www.iranwatch.org/privateviews/First%20Watch/perspex-fwi-ir40reactor-1203.htm
29. Albright D., Hinderstein C. The Clock Is Ticking, But How Fast? ISIS Publications. Available at: http://www.isis-online.org/publications/iran/clockticking.pdf
30. International Crisis Group. Iran: Is There a Way Out of the Nuclear Impasse.

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