sábado, 15 de diciembre de 2007

La ayuda humanitaria a la población Saharaui: impacto y limitaciones

Número 6/Diciembre-Enero 2008
María López Belloso

El conflicto del Sahara Occidental constituye uno de los más claros ejemplos de los denominados “conflictos olvidados” por la comunidad internacional. El pasado mes de noviembre se cumplieron ya 32 años de la “Marcha Verde” con la que Marruecos precipitó su ocupación del territorio y forzó al gobierno español, debilitado por la enfermedad de Franco y la coyuntura interna, a la cesión del territorio a Mauritania y Marruecos.

El Frente POLISARIO, nacido para combatir a la potencia colonial española, inició así una “guerra de liberación nacional” contra Marruecos y Mauritania y proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Mientras que Mauritania firmó un acuerdo de Paz con el POLISARIO en 1979 y otorgó su reconocimiento a la recién constituida RASD, reconocida a día de hoy por más de 80 estados de la comunidad internacional, la guerra con Marruecos duró hasta 1991, momento en que se declaró un alto el fuego y se iniciaron las negociaciones de Paz. Estas negociaciones han sido infructuosas y el conflicto se ha estancado en una situación de “ni guerra ni paz” que sufren especialmente los refugiados saharauis en Tindouf.

Salvo momentos puntuales de aumento de la tensión en el conflicto, como los producidos por el paso del Rally París Dakar por el territorio del Sahara Occidental controlado por el Frente POLISARIO, el incidente del islote Perejil, la intifada saharaui en los territorios ocupados, o la reciente visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla, el conflicto del Sahara permanece fuera de la agenda política internacional, y ajeno al interés de los medios de comunicación. La principal consecuencia de esta situación es el hastío y las pésimas condiciones de vida de la población saharaui, dispersa entre los campamentos de refugiados de Tindouf, los territorios ocupados por Marruecos y la diáspora saharaui en el exilio.

En concreto, los saharauis de los campamentos de Tindouf llevan más de tres décadas soportando condiciones de pobreza extrema y vulnerabilidad en medio de la hammada argelina (la parte más árida del desierto argelino) y con una dependencia prácticamente absoluta de la ayuda internacional. Esta ayuda se ha limitado prácticamente a campañas de Ayuda Humanitaria que, si bien han contribuido a paliar las condiciones de vida de los refugiados ha contribuido también a perpetuar su situación de vulnerabilidad y su dependencia de la comunidad donante. Ésta, por su parte, ha tratado de compensar el desamparo político y jurídico de los saharauis con campañas de asistencia humanitaria que no se han mostrado adecuadas ni eficaces para la mejora de su situación.

Este trabajo pretende hacer una valoración del impacto que la ayuda internacional tiene en los refugiados saharauis a partir del análisis tanto de los componentes y las causas de su vulnerabilidad, como de la incidencia de la ayuda en la situación de los refugiados.

Vulnerabilidad y capacidad de la población refugiada saharaui

La vulnerabilidad se define como "el nivel de riesgo que afronta una familia o individuo a perder la vida, sus bienes y propiedades, y su sistema de sustento ante una posible catástrofe. Dicho nivel guarda también correspondencia con el grado de dificultad para recuperarse después de tal catástrofe" (Pérez de Armiño, 1999:11). En el caso de los refugiados saharauis hay que circunscribir esta definición a un refugio prolongado en las áridas condiciones de la hammada argelina. En el lado opuesto a la vulnerabilidad está la seguridad o las capacidades para contrarrestarla. En este sentido habría que destacar la rapidez y la resignación con la que el pueblo saharaui se adaptó a la dura circunstancia de vivir en el desierto, así como las iniciativas que han ido desarrollando para adaptarse y mejorar su sistema de sustento para paliar su dependencia de la ayuda internacional y conseguir así que en épocas de crisis de dicha ayuda sus propios medios alivien en el mayor grado posible su necesidad.

Las causas de la vulnerabilidad son producto de la combinación de una serie de factores tanto de ámbito geográfico/geopolítico, económico, social, políticos y personales que aumentan o disminuyen la exposición a un determinado riesgo y también condicionan el grado de disposición de las capacidades de cada familia en unas determinadas circunstancias. A modo de ejemplo, constituyen causas generadoras de vulnerabilidad las causas subyacentes, los procesos y dinámicas de vulnerabilidad o los determinantes personales (clase social, pobreza, género, edad…)

Entre los principales componentes de la vulnerabilidad destacan:

- Exposición física al riesgo de la catástrofe:

En el caso de los campamentos saharauis este riesgo de verse atrapados en una catástrofe es continuo teniendo en cuenta que la duración de su exilio es ya de 32 años y que las condiciones en las que se ven obligados a vivir son especialmente duras y áridas. Aún así hay que considerar que hay años más duros que otros por las especiales condiciones climáticas, que se ven acentuadas con el cambio climático. Las grandes sequías, así como las inundaciones de 2006 en la zona han puesto de manifiesto el alto grado de vulnerabilidad y de exposición física a la catástrofe. Esta circunstancia se ve acentuada en el campamento de Dajla, que se encuentra separado de los demás (más o menos a unos 150-200 km) donde las circunstancias climatológicas extremas se unen al aislamiento.

- Pobreza:

La pobreza es un elemento muy importante de la vulnerabilidad. En este caso circunscribimos la pobreza a la insuficiencia de recursos materiales para satisfacer las necesidades básicas. Es obvio que una población que depende en la mayoría de sus fuentes de ingresos de la ayuda y solidaridad internacional se encuentra inmersa en un alto grado de pobreza. Casi el 100% de sus alimentos provienen de la ayuda, así como los más básicos utensilios del hogar, ropas, zapatos etc... Esta pobreza se haya directamente relacionada con la inseguridad del medio de vida de las familias saharauis.

-Inseguridad del sistema de sustento:

El sistema de sustento o medio de vida de los saharauis, como ya se ha mencionado, depende casi totalmente de la ayuda internacional y es lo que incrementa en mayor grado la vulnerabilidad del pueblo saharaui ante posibles sequías, inundaciones o crisis en la ayuda. Frente a este componente de vulnerabilidad hay que destacar que desde el alto al fuego de 1991, han surgido dentro de los campamentos pequeños comercios o fuentes de ingresos, además de la tradicional ocupación saharaui del pastoreo nómada con sus rebaños de cabras o camellos, diversificando así relativamente sus fuentes de ingresos, pero generando a la vez desigualdades internas que repercuten en la estabilidad social de los campamentos.

-Indefensión personal o falta de capacidades personales:

En este sentido es quizás en el que más ha avanzado el pueblo saharaui y el que más reduce su índice de vulnerabilidad. Esta indefensión está compuesta por distintas carencias que el pueblo saharaui ha logrado paliar en un alto grado. La falta de conocimientos y cualificaciones técnicas, por ejemplo, las han cubierto con los convenios de enseñanza con otros países; la falta de capital social, se suple con el amplio sistema de redes sociales de los saharauis, tales como la familia, la tribu o la hospitalidad; la falta de capacidades físicas y psicológicas constituye un aspecto complejo en el análisis. Existe un alto número de mutilados de guerra y enfermos existentes por la insuficiencia de la dieta. Además, el impacto psicológico que ha supuesto para una población históricamente nómada, el verse recluida en campos de refugiados y las sucesivas negativas a celebrar el referéndum ha sido muy grande. A esto hay que contraponer la fuerza de un pueblo que ha logrado reponerse a todas esas circunstancias y hacer frente a las necesidades sin perder la esperanza.

-Indefensión o desprotección social:

Pese a que la RASD cuenta con unas débiles infraestructuras y recursos escasos, la protección de los sectores de población más desfavorecidos ha sido una prioridad. Ha logrado disminuir su incidencia con la asistencia a los mutilados, enfermos y a los más desfavorecidos de programas de ayuda y rehabilitación a través de una protección directa del Estado.

Campañas de Ayuda Humanitaria

Frente a esta situación de gran vulnerabilidad, la población refugiada saharaui ha recibido diversos tipos de ayuda: campañas de Ayuda Humanitaria y proyectos de Cooperación Internacional. Las campañas de ayuda internacional estuvieron condicionadas prácticamente en su totalidad durante casi 27 años a la situación de eventualidad que asumían los propios saharauis, siendo ellos mismos los que se mostraban reacios a otros proyectos de cooperación más estables, por interpretar que así asumían la perduración del conflicto. Actualmente, la dependencia de la Ayuda Humanitaria en materia alimenticia sigue siendo prácticamente total, aunque se han comenzado a implementar proyectos de desarrollo para disminuir la vulnerabilidad de los refugiados diversificando los sistemas de sustento y aplicando la lógica del desarrollo humano local tratando de afrontar los cambios sociales que se producen en los campamentos y a la futura consolidación de la RASD. Sin embargo, el principal aporte para la supervivencia de los refugiados sigue siendo la ayuda humanitaria. Esta ayuda se ha convertido no solo en un instrumento esencial la supervivencia de los refugiados, sino que se ha utilizado como mecanismo de presión en el desarrollo político del conflicto por los distintos actores internacionales tratando de influir en la voluntad política del pueblo saharaui a través de recortes y refuerzos de la financiación de dicha ayuda.

A efectos de la Ayuda Humanitaria cabe destacar la importancia de cuatro donantes principales: El Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (ECHO) y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI).

Las campañas de ayuda se han dividido en tres grandes bloques o campos: ayuda alimentaria, sanidad y educación.

Campañas de Ayuda Alimentaria

Estos cuatro agentes de la Cooperación Internacional se centran básicamente en garantizar la ayuda alimentaria a los refugiados, ya que su nivel de dependencia de la misma para la supervivencia es prácticamente absoluto . La cuestión más controvertida para la cuantificación de la ayuda consiste en la determinación del número de refugiados beneficiarios de la misma. Cada uno de los financiadores apunta datos diferentes, oscilando los beneficiarios entre los 157.821 censados por ACNUR en 2002, 158.000 en 2003, o los 165.000 censados por el Gobierno Argelino en el mismo año. Partiendo de este número se establece una dieta básica de 2100 kcal por persona y día, y en base a esta dieta se establece la financiación de cada uno de ellos. Actualmente la Media Luna Roja saharaui es la encargada de la distribución de la ayuda, a través de comités locales y las mujeres jefas del comité de suministros de cada Daira. Todos los estudios realizados por los donantes coinciden en apuntar un empeoramiento de la situación de la salud entre la población refugiada derivada de los recortes efectuados en la ayuda alimentaria de la que se deriva una dieta insuficiente. Han detectado un incremento de los porcentajes de anemia en las mujeres embarazadas y lactantes, un elevado nivel de malnutrición, así como un alto porcentaje de la población infantil afectada de raquitismo. Precisamente por esto, en los últimos años, los financiadores han decidido conceder una financiación extra para el apoyo nutricional de los sectores más vulnerables (mujeres embarazadas y niños en edad escolar).

Campañas en materia de Educación y cultura

Es en el campo educativo donde la organización de los saharauis ha logrado uno de los éxitos más grandes en el ámbito interno. En el censo de 1974, la situación reflejada era la siguiente: 4862 escolares (6,5%), 911 estudiantes de secundaria (1,2%), 11 personas cursando carreras medias (0,01%) y 27 personas cursando carreras superiores (0,03%). Según los informes de la RASD el personal cualificado que quedó tras la retirada española era de 1 médico, 1 perito, 4 maestros y 25 estudiantes universitarios. Estos datos hicieron que la educación fuera un objetivo primordial desde el primer momento para el Frente POLISARIO y de ahí la importancia de las campañas de colaboración en materia de educación. En este aspecto las campañas en materia de educación se basan principalmente en los convenios bilaterales para mandar a otros países a estudiar a los jóvenes saharauis, aunque también en la construcción de escuelas y formación del personal docente. Todos los niños y niñas saharauis tienen derecho a la educación. Los que por sus notas no pueden acceder a educación superior pasan a centros de formación profesional, bien en los propios campamentos bien en el extranjero. Pasar en 10 años de una escolarización precaria, la total escolarización de la población de 3 a 16 años constituye un gran logro y más aun si tenemos en cuenta las desfavorables condiciones que en principio derivan de una situación de guerra y exilio, de la falta de programas escolares autóctonos y de inexistencia de cuadros educativos, herencia de un pasado colonial que apenas se preocupó de esos temas.

Campañas de Ayuda Sanitaria

La sanidad fue también uno de los objetivos prioritarios de la RASD, puesto que las condiciones de instalación de campamentos fueron muy malas, lo que dio lugar a una alta mortalidad debido a las epidemias infantiles y la desnutrición.

La sanidad está enfocada en tres direcciones básicas principales: la preventiva, la asistencial y la formativa. La sociedad saharaui, desde tiempos remotos, creó su propia sanidad tradicional a partir de una mezcla de creencias sobrenaturales y elementos materiales a base de plantas, minerales, grasas, carne y vísceras de animales. Tanto los médicos tradicionales como comadronas estaban bien considerados en la sociedad saharaui y la mujer desde siempre tuvo un papel relevante en la medicina tradicional. A pesar de estas estrategias de afrontamiento y capacidades locales, la ayuda sanitaria se hacía imprescindible en el asentamiento de los refugiados. En la mayoría de las ocasiones esta ayuda se proporciona a través de campañas eventuales. Estas actuaciones han contribuido a desprestigiar la sanidad tradicional saharaui, que sigue siendo en muchos casos el único medio accesible para las dolencias comunes de los refugiados. Los refugiados identifican la ayuda sanitaria exterior con una mayor calidad de la asistencia y reniegan del sistema tradicional.

En cada Daira existe un pequeño dispensario y en cada Wilaya un hospital que funciona como centro de Salud Primaria. El Hospital Nacional es el centro de referencia para los casos más graves y dispone de instalaciones quirúrgicas donde trabajan no sólo profesionales saharauis sino también cooperantes extranjeros a través de diferentes campañas. Periódicamente se realizan también por parte de numerosas delegaciones de Comunidades Autónomas españolas campañas en las que distintos profesionales asisten a los enfermos de distintas patologías. Estas campañas, aunque de gran ayuda son deficitarias en muchos aspectos: no se cuenta con la infraestructura necesaria para realizar todas las intervenciones necesarias, la acumulación de pacientes en espera de un especialista hace que no se pueda dar asistencia a todos, y existe una financiación deficiente.

Las patologías predominantes son: enfermedades diarréicas agudas, desnutrición, ferropenia, diabetes, bocio, tracoma, tuberculosos, asma, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, hipertensión arterial, hepatitis B y discapacidades físicas. En el caso de los impedidos físicos hay una unidad de atención a minusválidos en Njaila, pero su dotación y medios son pocos y caducos y su personal con poca formación en la rehabilitación. Además hay que considerar que hay determinados sectores de la población que están expuestos a un riesgo mayor: embarazadas, recién nacidos y convalecientes. En estas áreas sería necesario proporcionar apoyo especializado. Hay que tener en cuenta también que es de crucial importancia la prevención a través de campañas de vacunación, agua de consumo, eliminación de residuos y educación para la nutrición, pero la mayoría de estas iniciativas resultan deficientes por la escasez de recursos o la eventualidad de las mismas. A todo esto hay que añadir que estas deficiencias incrementan la vulnerabilidad no sólo de determinados grupos de población sino de unos campamentos en comparación con otros. Tal es el caso del campamento de Dajla, que no puede garantizar la evacuación diaria de enfermos.

A todas estas carencias debería añadirse la necesidad de formación del personal local, tanto a médicos, enfermeros y técnicos.

La mayoría de estos proyectos se han basado, por tanto, en campañas de atención parcial que han tenido aspectos positivos y negativos. Entre los positivos destacan:

- Resolución de problemas graves concretos.
- Efecto psicológico positivo en la población al sentirse atendida desde fuera
- Efecto de altavoz en el exterior a cargo de las delegaciones

Entre los aspectos negativos:
- Desvalorización y pérdida de prestigio de los profesionales autóctonos y también de los argelinos frente a la población, que sólo se siente segura atendida por profesionales extranjeros. Este hecho tiene como efecto generado la pérdida de motivación de sanitarios locales.
- Descontrol de los recursos disponibles y a veces exceso de tecnología que produce un efecto deslumbramiento respecto a los medios que permanecen.
- Desprestigio de los sistemas y mecanismos tradicionales de salud valiosos, afectando principalmente al papel realizado por las mujeres.
- Descuido en los programas de los aspectos formativos, que son la garantía de la continuidad y sostenibilidad de los proyectos.
- Incidencias negativas en el campo de la salud y en el medio ambiente derivadas de tecnologías relacionadas con proyectos sanitarios (residuos químicos y biológicos, pilas, aparatos de rayos obsoletos o mal instalados etc.)

Impacto de la Ayuda Humanitaria en la población saharaui: pertinencia y limitaciones

La continuada exposición de los refugiados saharauis al exilio y al olvido de la comunidad internacional, así como la perpetuación de su dependencia con respecto a estos programas de ayuda internacional está teniendo graves consecuencias en la sociedad saharaui.

Desde el punto de vista sociológico, el hastío y la frustración de amplios sectores de la población refugiada esta teniendo una repercusión negativa en el desempeño de las tareas comunitarias de organización de los campamentos. Esto se ve claramente en el descenso de la motivación de los profesores y el personal de los centros de asistencia sanitaria primaria. Hay que añadir a esto que los programas de educación de la RASD han supuesto que numerosos jóvenes se hayan formado en el extranjero y obtenido una titulación universitaria, que, a su regreso a los campamentos no pueden poner en práctica, lo que ayuda a incrementar el nivel de frustración de este sector de la población. La prolongada exposición a los programas de Ayuda Humanitaria esta creando también una extensión del hábito a recibir de forma gratuita casi todo lo necesario para vivir, lo que repercute directamente en sus capacidades productivas.

Desde el punto de vista económico, la apuesta por la Ayuda Humanitaria supone optar por un tipo de asistencia que no contribuye a la mejora de la situación de la población refugiada. La gran vulnerabilidad de la población saharaui que hemos descrito y las condiciones de su exilio no pueden combatirse con este tipo de ayudas, sino que deberían diversificarse desde la Ayuda Humanitaria típica (abastecimiento de alimentos y medicinas), hacia otros programas de autosostenimiento alimentario. Se produce además otro fenómeno dentro de los campamentos, que consiste en la entrada de divisas procedentes de las remesas de los saharauis que trabajan en el extranjero o de las familias que acogen a niños y niñas saharauis en el marco del programa “Vacaciones en Paz”. Esta entrada de dinero, junto con el procedente de los pequeños comercios está empezando a generar una desigualdad social, que si no es gestionada de manera adecuada, podría traducirse en conflictos sociales a corto y medio plazo.

Toda esta situación ha empezado a ser detectada por los financiadores de Ayuda Humanitaria, que han empezado tímidamente a trabajar en instrumentos de coordinación de la ayuda, así como en la introducción de pequeños programas de desarrollo productivo local. Sin embargo, se da una clara incoherencia entre las políticas de ayuda y una opción política clara en favor de una solución del conflicto en el marco del Derecho Internacional. Hay que valorar positivamente los esfuerzos de los financiadores internacionales por cubrir las necesidades básicas de la población refugiada saharaui, así como de mejorar la coordinación entre ellos para mejorar la distribución y la calidad de la ayuda. Sin embargo, y desde el punto de vista del fortalecimiento del estado saharaui, estas políticas de ayuda deben complementarse con programas de cooperación al desarrollo que ayuden a mitigar la vulnerabilidad de los refugiados, así como a fortalecer las infraestructuras productivas en los campamentos.

Además, desde el punto de vista político, esta apuesta por priorizar estratégicamente a la población saharaui debe verse reflejada en el respeto de la legalidad internacional, las resoluciones de Naciones Unidas y el Derecho Humanitario. Tanto la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (ECHO) como la Agencia de Cooperación Española coinciden en afirmar en sus documentos estratégicos la prioridad de asistir e incrementar la ayuda a la población refugiada saharaui, lo que contrasta con el tratamiento político que hacen del conflicto tanto la Unión Europea como el Gobierno Español. Por un lado, las previsiones de ayuda y su inclusión en planes estratégicos a largo plazo supone la asunción de ambas instituciones de la dificultad de la resolución del conflicto y, por otro lado, su apuesta por mantener y priorizar la ayuda a los refugiados saharauis es incoherente con la escasa involucración política en la solución del conflicto. Los distintos actores internacionales, tanto los multilaterales, como los regionales y bilaterales deben de asumir una posición política clara y decidida en favor de la defensa del Derecho de Autodeterminación del pueblo saharaui y del respeto de la legalidad internacional.

María López Belloso
Becaria predoctoral del Gobierno Vasco en el Instituto Hegoa (Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional)

Bibliografía

- ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE LA RASD DE ALABA, II Jornadas de cooperación sanitaria con el pueblo saharaui, conclusiones, Vitoria 1996.
BARBULO T, Historia prohibida del Sahara español, Ed Destino, Barcelona, 2002
- CISTERO, J ,FREIXES T, Sahara, Una lección de Historia, el nacimiento de una nación, Ed Barcelona Altagraph , Barcelona 1987
- CRIADO, R, Sahara , Pasión y Muerte de un Sueño Colonial, Ed Ruedo Ibérico, Chatillon-sous-Bagneux, Francia 1977
- DAMIS J, Conflict in Norwst África: The Western Sahara Dispute, Ed Hoover Institution Press, Universidad de Stanford, 1983, USA
- MUNDY, J A, “Performing the Nation, pre-figuring the state: the Western Sahara refugee thirty years later” Modern african Studies, 45, 2 Cambridge (2007)
- PÉREZ DE ARMIÑO, C (dir) Diccionario de acción humanitaria y cooperación al desarrollo, Ed Icaria-Hegoa, Barcelona, 2002
- POINTIER, L, Sahara Occidental, la controverse devant les Nations Unies, Clemency,Francia 2004
- SÁNCHEZ DÍEZ, A, “Los Campamentos de refugiados saharauis: un análisis desde la perspectiva de la economía política.”IX Reunión de Economía Mundial, Madrid, abril de 2007.
http://www.uam.es/otros/ixrem/Comunicaciones/07-02-%20SANCHEZ%20DIEZ.pdf
- SHELLEY, Toby, Endgame in the Western Sahara, Zed Books, Londres, 2004
- SOROETA LICERAS, J, El Conflicto del Sahara Occidental, reflejo de las contradiciones y carencias del Derecho Internacional,Servicio Ed. UPV-EHU, Bilbao, 2001
- SOROETA LICERAS, J, “El Plan de Paz del sahara occidental”, en REEI, REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS INTERNACIONALES , nº10, 2005. http://www.reei.org/reei%2010/reei10.htm

DOCUMENTOS DE ANALISIS DE LOS FINANCIADORES:
- ACNUR/UNHCRutrition Information in Crisis Situation: Algeria:
http://www.unsystem.org/scn/publications/RNIS/countries/algeria_all.htm
- DEP Población Saharaui 2005-2008 de la agencia Española de Cooperación.
www.mae.es/NR/rdonlyres/A6854199-F536-41AE-98F5-9F00CF5F0B9B/0/DEPPoblacionSaharaui.pdf
- ECHO, Humanitarian Aid for Saharawi Refugees, budget line:
http://ec.europa.eu/echo/pdf_files/decisions/2005/dec_algerie_01000_en.pdf
- WORLD FOOD PROGRAM, Projects for executive board approval, 2006-2008
http://www.wfp.org/operations/current_operations/BR/103100_0611.pdf

Global Affairs no es responsable de las opiniones vertidas por sus colaboradores/as