Fran Espinoza
Uno de los momentos más importantes de la aparición de los pueblos indígenas en la arena social y política fue la llamada "década de los pueblos indígenas" declarada en el año 1993, asumida por los gobiernos y las Naciones Unidas, de esta manera se proyectaba a nivel internacional la injusticia que históricamente se ha cometido contra ellos a la vez que se iniciaba la búsqueda del reconocimiento de sus derechos civiles, sociales, culturales y económicos.
Debido a la complejidad y diversidad de América Latina, resulta bastante difícil realizar trabajos de análisis con objetividad, pero resulta aun más difícil, referirnos a su coyuntura político-social, abordar la cuestión indígena tiene algunos retos que van desde lo teórico hasta conocer el porcentaje que estas poblaciones representan en los en cada uno de sus países, sus demandas y la viabilidad de éstas. El tema es de gran importancia para Latinoamérica, porque por primera vez en su historia las poblaciones indígenas han demostrado tener voz y voto.
A manera de introducción, el concepto de exclusión social en principio fue utilizado en Francia, Italia y los países nórdicos para explicar los nuevos fenómenos sociales y económicos relacionados con la globalización, el empleo precario y el subempleo, la inserción económica, política y cultural de los inmigrantes. El concepto, también se empleó para explicar la desintegración social producto de diferencias étnicas, Gacitúa y H.Davis, (2000), definen a la exclusión social como los mecanismos a través de los cuales personas y grupos son despojados de la participación y titularidad de los derechos sociales o como un proceso que excluye a una parte de la población del disfrute de las oportunidades económicas y sociales.
El concepto de exclusión es más amplio que el de pobreza porque es un fenómeno que no solamente está ligado a la exclusión de los mercados sino también a las instituciones sociales y culturales. La Organización Internacional del Trabajo OIT, se refiere a la exclusión social como fenómeno multidimensional de segundo orden, que involucra tres dimensiones, la económica, la política y la cultura, con la acumulación de estás tres dimensiones se dificulta la capacidad de los grupos sociales e individuos para cambiar su posición, tanto en términos de ingreso como de jerarquía social.
En América Latina, se ha utilizado con algunas variaciones en diferentes contextos para explicar los fenómenos de marginalidad y pobreza. Una de las limitaciones al trabajar el análisis de la exclusión de los pueblos indígenas se debe a la inexistencia de un marco teórico y los instrumentos metodológicos apropiados a las diferentes realidades, dicho concepto comúnmente se utiliza para explicar fenómenos aislados de cada una de las dimensiones o factores que provocan la generación de la marginalidad, desigualdad y pobreza.
Indígenas de Guatemala. Fuente: Global Affairs |
Exclusión, se estaría entendiendo como el resultado multidimensional de un proceso que se ha repetido a lo largo del tiempo, dicho concepto podría ser tomado como válido para explicar el origen de la exclusión que han vivido las poblaciones indígenas.
De lo anterior surge las siguientes preguntas, ¿a cuánto asciende la población indígena en América latina?, y ¿qué entendemos por poblaciones indígenas? Se estima que existen más de 400 grupos indígenas identificables, con una población alrededor de 40 millones de personas. México tiene la población más numerosa con alrededor de 10 millones de indígenas que representan entre el 12% y 15% de la población. Tanto en Guatemala como en Bolivia, los indígenas constituyen más de la mitad de la población, 50% y 81 % respectivamente en Perú el 40% y Ecuador 35%.
De acuerdo a Melatti (2007) han existido diferentes criterios para definir indígena, por ejemplo, el racial, el legal, el cultural, el desarrollo económico o la autodefinición étnica. El racial toma en cuenta una identidad racial evidenciada por el físico haciendo la diferenciación con el de los conquistadores europeos, es necesario tener en cuenta que los indígenas no son morfológicamente homogéneos y por otra parte que desde los inicios de la colonización se produjeron mezclas, entre indígenas con blancos y con negros.
El criterio de autodefinición étnica es recomendable tenerlo como referencia a la hora de trabajar dicha definición, aunque no solamente se trataría de autodefinición sino también de identificación y aceptación por los otros grupos sociales, como veremos a continuación.
En el I Congreso Indigenista Interamericano, realizado en Pátzcuara, México en el año 1940, se define al indígena como el "individuo económica y socialmente débil", la anterior definición muestra un reduccionismo y una fuerte carga de negatividad. Posteriormente en el II Congreso Indigenista Interamericano de Cuzco, Perú, realizado en el año 1949, se presenta una definición más rica y compleja, considerada una de las primeras definiciones oficiales.
Aunque cuando estudiamos la cuestión indígena, encontramos investigadores bastante críticos que no estarían particularmente interesados en tener una definición puntual. Simpson señala que los esfuerzos realizados por la comunidad internacional para elaborar una definición obligatoria, inclusiva, son proclives a insumir una considerable cantidad de tiempo y energía y con ello se podría estar distrayéndola de otras actividades más fructíferas
En la actualidad encontramos instrumentos legales internacionales como el Convenio 169 sobre pueblos indígenas del año 1989, "Indígena se llama a los descendientes de los habitantes originales de una región geográfica antes de la colonización y que han mantenido total o parcialmente sus características, culturales, lingüísticas y de organización social".
Uno de los obstáculos para encontrar una definición de pueblos indígenas, se debe a la relación histórica que algunos grupos de indígenas latinoamericanos han mantenido con el Estado y la sociedad dominante. En algunos países como Perú, Guatemala y Bolivia, los conceptos de indio, indígena y mestizo, se han convertido en términos sociales en vez de conceptos étnicos.
Existe la necesidad de tener en cuenta los criterios taxonómicos aceptados por las propias poblaciones indígenas, partiendo que el autóctono es la persona que es miembro de una población autóctona por auto- identificación, con conciencia de grupo y que es reconocido y aceptado como parte del grupo. Ello estaría otorgando a las comunidades autóctonas el derecho y el poder soberano de decidir quiénes son sus miembros sin imposición de otros agentes.
La palabra «indio» ha sido recuperada por los propios indios como signo de identidad y de lucha. Del mismo modo, el término «indianismo», derivado de indio, se viene utilizando en los últimos años para designar la ideología reivindicativa de los indios y su lucha contra el colonialismo interno en contraposición al indigenismo, que nace del interés, no exento de paternalismo, de los no indios por lo indio y que se ha traducido a través del Estado en un aparato ideológico característico de América, destinado a reproducir la situación colonial interna de los pueblos indios y su condición de minorías sociológicas (Ruiz Jiménez, 2004, 575).
En las últimas dos décadas se ha observado que existe una creciente sensibilidad a nivel internacional referente a lo indígena, como se señala en la declaración de la ONU, del Año Internacional de los Pueblos Indígenas en 1993 y la década Internacional de los Pueblos Indígenas 1994 - 2004. Existen preocupaciones debido a la degradación medioambiental, el deterioro de la biodiversidad y el impacto de homogenización que culturalmente se está dando por la globalización.
Ello ha despertado un importante interés respecto a la forma de vida que tienen los pueblos indígenas, porque sus modos de vida se adaptan e interactúan con el entorno natural. Por esta razón a los indígenas se les aprecia como un bien a conservar en un contexto culturalmente uniformador y en los modelos de desarrollo sostenible (Ídem).
En algunos países se han promulgado nuevas constituciones, lo interesante de ellas es el reconocimiento de la diversidad cultural y étnica, también el carácter pluricultural y multiétnico de los estados. Con diferente «matices», dichas constituciones han reformulado el reconocimiento y el respeto de los pueblos indígenas.
Orígenes de la exclusión
Los orígenes de exclusión de los pueblos indígenas latinoamericanos tienen un trasfondo histórico. La raíz de ello la encontramos en la dominación y exclusión colonial, también en las pretensiones de homogeneidad del Estado de los siglos XIX y XX, lo que ha contribuido a la reproducción de las estructuras sociales, políticas, económicas y culturales.
Durante la colonización española las poblaciones indígenas vivieron diferentes períodos, en algunos, a los conquistadores se les dejó hacer lo que ellos quisieron, en otros momentos la Corona defendió el derecho indígena a la tierra y en otros períodos los indígenas vivieron la esclavitud cobriza. Se llama esclavitud cobriza, para diferenciarla de la esclavitud negra de los africanos llevados como esclavos a América.
Conquistar las "nuevas tierras", fue uno de los principales objetivos de los españoles y portugueses, utilizando la doctrina del descubrimiento justificaron la apropiación de las tierras, sobre las bases de las bulas papales de Alejandro VI de 1493, donde se autorizaba a los monarcas de España y Portugal a tomar el control de las tierras descubiertas al igual que a sus habitantes a los que se debería evangelizar (Aylwin, 2002, 9-20). La estrategia de la Conquista española, consistía en una actitud física, acompañada de la conversión y sometimiento espiritual, después del sometimiento físico y militar seguía su sometimiento y transformación a manos de los colonizadores.
De acuerdo a López Bárcenas (2007), para asegurar las propiedades crearon las encomiendas, o sea la concesión por parte de la corona española de uno o varios pueblos a los conquistadores o vasallos y sus familias para que trabajaran para él y le rindiera tributos, la apropiación no era sólo de los bienes de los pueblos sino de los mismos pueblos. Éstos deberían evangelizar a los pueblos que quedaban lejos bajo su poder, contribuyendo de esa manera a promover la conquista espiritual.
Se mantuvo el principio de pureza de sangre, un recurso importante para conservar privilegios, la pureza de sangre implicaba la ausencia de sangre judía o mora, la que se consideraba contaminada e infectada. Pérez de Lara, defendía que la cuestión con los indios no era por tener dichas mezclas, sino porque no se podía verificar que fuesen antiguos cristianos. En España, se mantenía la práctica que ni indios, ni negros, ni sus descendientes fuesen admitidos donde hubiera estatus que exigiesen la limpieza de sangre. (1)
En el siglo XVII, la dinastía de los Borbones, introducen una idea basada en la protección de «los naturales», se establece una sociedad de castas, donde los peninsulares son los que detentan el poder político y gozan de todos los derechos, a los criollos no se les trata de igual manera, tienen muchos derechos pero se les niegan algunos.
Las clases bajas estaban segmentadas en diversos grupos basados en una suerte de pureza de sangre, el criollo era un mestizo de clase alta, negros e indios formaron categorías raciales claramente distintas, existieron múltiples combinaciones, los mulatos eran los combinados entre blanco y negro, y zambos entre negro e indio.
Al finalizar la colonia los indígenas se habían convertido en un grupo excluido. Sin embargo, se pretendió la protección de los pueblos indios, las comunidades indígenas y las tierras indígenas.(2)
En 1825 la Constitución bolivariana, la primera de la república, no tomo en cuenta a los indios. La esclavitud se continuo practicando en las haciendas, obrajes en las minerías. Se aprobó la ley de desvinculación con la que se aceleró el despojo y avallasamiento de las tierras comunitarias en donde se empleaba la fuerza pública como instrumento de represión (González Pazos y Gabe, 2009, 181-200).
En el caso guatemalteco, la situación fue similar, comúnmente "ladinos" son todos los que no son indios, Severo Martínez explica que el uso de esta palabra surge con la legislación del presidente Barrios, "para esa legislación existen sólo dos categorías básicas: Indios y Ladinos", En esa época todo el que pudiera definirse como ladino, no era indio y por lo tanto no estaba sujeto al reglamento de jornaleros o trabajo forzoso.
Posterior a la independencia, la construcción del nuevo Estado fue igualmente excluyente, de acuerdo al pensamiento de Boliviar la mezcla de razas y el aniquilamiento de los indígenas durante la conquista y la colonia una nueva raza había emergido, ella sería la llamada a ser el pueblo del nuevo Estado. Nosotros que apenas conservamos vestigios de lo que en otro tiempo fue, y que por otra parte no somos indios, ni europeos, sino una especie de mezcla entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles. (Ariza, 2004, 38-45).
Desde el siglo XVII, la homogenización de la economía y la política la mantuvieron los criollos, en donde la literatura, las artes y las ciencias son desarrolladas exclusivamente por ellos. El sentido patriótico con tendencia terrateniente y de hacendados hace que sean ellos los que protagonicen la independencia de la colonia española pero este proyecto político no era apetecible ni para los indios, ni para los mestizos, porque la colonia matriz seguiría siendo la misma.
La idea de defender la mezcla de raza como una cuestión del Estado, hasta hace poco tiempo se realizaba en muchos de los países, incluso en aquellos con una población indígena importante. Anterior a la conquista, América era un conglomerado dividido y heterogéneo de reinos, tribus y casicazgo. (3)
Los criollos se consideran como los originarios de la tierra, encuentran en el mestizaje la solución a los problemas de las castas, se refuerza en la medida que criollos ricos o de media riqueza estaban ligados a la propiedad de la tierra, perciben en los indios a los siervos, muchos de ellos casados o hijos de madres indígenas.
Con la compresión de ese proceso histórico se estarían superando las nociones prejuiciosas acerca de la bondad de unos y la maldad de otros porque el desarrollo social no es el resultado de una lucha bipolar de grupos químicamente puros. Dicha compresión nos permite humanizar a los indígenas, no idealizarlos, puesto que la idealización deshumaniza porque desemboca en paternalismo.
Lo anterior nos demuestra no solamente la acumulación de tierras por parte de un sector sino también la concentración de poder económico, político y social de una pequeña élite. Es necesario entender cuáles son los orígenes y como se ha reproducido el proceso de exclusión social, de igual manera es importante no politizarlo sino desarrollar un sentido político del asunto, uno de los primeros pasos para superar la actual exclusión de los pueblos indígenas y trabajar para que su antónimo integración social sea una realidad.
Fran Espinoza
Politólogo, Doctorando en Estudios Internacionales e Interculturalismo Universidad de Deusto, UD, Bilbao, profesor investigador de la Cátedra UNESCO- Santander, UD.
Notas:
(1)"La dominación física de los aborígenes no sólo aseguraba el acceso a un territorio nuevo y sus riquezas sino también la consecución de una fuerza laboral explotable sin más límite que su propia extinción. Por ello, «la espada se convirtió en un eficaz de movilidad social. Para los colonizadores castellanos, el mejor indio vivo tributario"(Ariza 2004, 13-45).
(2)"Durante los siglos dieciséis y diecisiete los indígenas fueron expoliados de sus tierras, muchas áreas densamente pobladas por indígenas dejaron de estarlo, se constituyeron haciendas, estancias y fundos que pusieron la mayor parte de las tierras latinoamericanas en manos de familias primero españolas y luego criollas. No ocurrió el mismo proceso al finalizar la Colonia, en el siglo dieciocho, en las que las fronteras entre haciendas y tierras indígenas se establecieron"(Bengoa, 2007:160)
(3) "La raza española fundió en su sangre la heterogeneidad de las Indas que dio como resultado una nueva estirpe ...el catolicismo derrocó los ídolos y sanguinarios, eliminó las fratricidas costumbres, regeneró la poligamia e incestuosa familia aborigen, sentó cátedra de caridad hermanando las dos razas y depurando los politeísmos, brujerías y teocracias...El catolicismo creo en América, del acervo de indios,, ladinos, criollos y peninsulares, "un solo corazón y una sola alma" (Mata Gavidia, 1981:81).
Bibliografía
i ARIZA, Libardo José: Identidad indígena y Derecho estatal en Colombia, Instituto de Derechos Humanos, Universidad de Deusto, Bilbao, 2004.
ii BENGOA, José, La emergencia indígena en América Latina Santiago, Chile : Fondo de Cultura Económica, 2007.
iii Mata Gavidia, José (1981), La influencia de España en la formación de la nacionalidad Centro Americana, Editorial José de Pineda Ibarra, Ministerio de Educación, Ciudad de Guatemala
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Assies, Willem, Van der Haar Gema y otros, El Reto de la Diversidad. Pueblos indígenas y reforma del Estado en América Latina, El Colegio de Michoacán, México, 1998.
González, Mary Lisbeth, Las poblaciones indígenas y la pobraza en América Latina, "Magnitud de la población indígena". Copiladores Psacharopoulos George y Padrinos Harry Antony, Estudio empírico, Banco Mundial, Estudios Regionales y Sectoriales, Washington, D.C, 1998.
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