lunes, 1 de junio de 2009

Pakistán: la frontera y las armas nucleares

Número 15/junio-julio 2009
Francisco Zícari

Dos son los temas centrales que cuestionan la legitimidad y soberanía de Pakistán en la comunidad internacional: sus conflictos fronterizos y el desarrollo de armamento nuclear. ¿Cuál es la razón por la cual Pakistán no deja de resolver un conflicto y ya tiene que enfrentar otro?

La constante disputa por el territorio de Cachemira con la India y, el regateo permanente con los talibanes de Afganistán por el valle de Swat suponen una ardua tarea para el gobierno de Asif Ali Zardar, actual presidente pakistaní. Pero esto no trae complicaciones importantes en el reconocimiento internacional de Pakistán como una republica federal y soberana.

Geográficamente, se denomina a Cachemira al valle ubicado al sur de la parte más occidental de la cordillera de los Himalayas. Sin embargo, en el ámbito actual de la disputa el término se extiende más allá, incluyendo las regiones de Jammu y Ladakh. El conflicto de Cachemira reúne a tres actores importantes. En primer lugar, a la República Islámica de Pakistán que sostiene que la región es un territorio en disputa cuyo futuro político-administrativo debe ser determinado por el pueblo que habita en la región; en segundo lugar, la República de la India cuya posición oficial es que el territorio en disputa es una parte integrante de la India; y finalmente, la República Popular de China que controla el valle de Shaksam y aplica una política oscilante y totalmente ambigua. ¿Pero qué es lo que tiene Cachemira que lo hace tan codiciado? El valle de Cachemira es una región muy fértil y es el punto de origen de varios afluentes y ríos de la cuenca del río Indo, que es un importante pilar para la economía agraria pakistaní. En 1960 Pakistán e India, con el impulso del Banco Mundial, firmaron lo que actualmente se conoce como el Tratado sobre las Aguas del Indo, éste constituyó un ejemplo sobre la cooperación en materia de conflictos acuíferos. El Banco Mundial financió la construcción de una red de canales que unen al Indo con afluentes en el territorio pakistaní (ríos Jhelum y Chenab), de esta manera tanto la India como Pakistán pueden extraer recursos del Indo.

Una disputa de vecinos: breve reseña histórica

La raíz de esta disputa es de origen étnico cuando, en 1974, se produjo la partición de la India británica, dando inicio a dos estados independientes: la India y Pakistán. "El maharajá hinduista que era soberano de Cachemira, Hari Singh, optó por la independencia. El 70% de la población era musulmana, pero en el sur del principado había minorías hinduistas y sikh, en el noroeste había también una minoría budista, y la unión a Pakistán o la India hubieran requerido el traslado de grandes masas de población que coexistían en paz. Pero la mayoría musulmana clamó por la unión a Pakistán, y este país invadió Cachemira. El maharajá  opto entonces por firmar el tratado de acceso a la unión India, lo que permitió el ingreso de fuerzas para oponerse a los invasores. Los paquistaníes perdieron terreno, y un alto el fuego fue organizado por las Naciones Unidas en enero de 1949[...] Ambos países continuaron reclamando todo el terreno. Complicando el panorama, a fines de la década de 1950 también emergió una disputa en la región por el límite entre la India y China. El conflicto armado volvió a irrumpir en 1965. En 1971 la guerra se encendió nuevamente, pero esta vez debido al separatismo de Pakistán Oriental, alentado por la India, que dio lugar al nacimiento de Bangladesh. También hubo lucha en Cachemira, y al cese de fuego de diciembre de 1971 se debe la delimitacion actual de la región, conocida como la "línea de control". Hacia la década de 1980 cambió el eje de la competencia entre los países, centrándose en el apoyo paquistaní al terrorismo sikh en el Estado indio de Punjab (otra región dividida por la partición del subcontinente). Cuando la cuestión del Punjab se tranquilizó, hacia 1988, hubo un resurgimiento del movimiento separatista de Cachemira, y la India fortaleció su presencia militar en la región, pese a lo cual a principios de la década de 1990 hubo violentos choques entre las fuerzas indias y multitudinarias manifestaciones separatistas [...]. Finalmente, en 1999 irrumpió un nuevo y peligroso conflicto armado en las alturas de Kargil" (1).

Las Naciones Unidas jugaron un rol importante en los litigios mencionados, en 1948 cuando estalló la primera guerra indo-paquistaní, fue el organismo quien intervino para negociar la línea de control y poner fin a la guerra. Además, en 1948 se creó la Comisión de Naciones Unidas para India y Pakistán (2) y, un año más tarde se creó el Grupo de Observadores Militares de Naciones Unidas en la India y Pakistán (3).

El tercero en discordia

Como se había mencionado antes, China juega un rol fundamental en la disputa territorial. En 1962, India y China llegaron a un conflicto armado por una disputa territorial en el Himalaya. Las fuerzas chinas demolieron a las indias y se apoderaron definitivamente de la región de Aksai Chin. Este antecedente histórico nos da la pauta para pensar a que lado va a apoyar China: el gobierno chino proveyó lanzadores móviles de misiles CSS-X-7/M-11, instalaciones para producir los M-11, además, colaboró con el enriquecimiento de uranio, anillos magnéticos y demás elementos para el programa nuclear paquistaní. Pero sorprendentemente, durante el conflicto armado de 1999 cuando Pakistán cruzo la línea de control e invadió oficialmente Kargil (territorio controlado por la India), China se puso, extraoficialmente, del lado de la India. En este entonces, tanto la India como Pakistán ya eran potencias nucleares.

No solo China, sino también EE.UU. (aliado de Pakistán), el Reino Unido, Francia, Alemania y Rusia, comprendieron que la guerra había sido iniciada por Pakistán e instaron a ese país a retirar sus tropas de Kargil. China, quien había apoyado durante mucho tiempo a Pakistán a contrabalancear el poder indio, ahora estaba proclamándose oficialmente "neutral". Pero la razón real por la cual China "entendió" que Pakistán había sido quien inicio el conflicto, es porque el gobierno de Sharif (presidente pakistaní por aquel entonces) apoyaba a los talibanes afganos y, además, a los fundamentalistas mujahedines que operan en Cachemira. Los talibanes afganos son los que presentan el problema aquí, porque ellos apoyan a los separatistas musulmanes uyhedines que operan en la región de Xinjiang, en el oeste de China. Pakistán se veía acorralado ante las presiones internacionales y las amenazas de los embargos económicos y, finalmente dio el brazo a torcer y retiro a sus casi 400 hombres de la zona.

En el mes de noviembre de 2003 Pakistán declaró un alto el fuego y la India hizo lo propio. Un mes más tarde ambos países acordaron establecer enlaces aéreos directos y permitir rutas de vuelo por espacios aéreos del otro. En los últimos años se avanzó en materia de cooperación para iniciar conversaciones entre la India y Pakistán para poner fin al litigio, como por ejemplo el servicio de autobuses entre la zona de control india y pakistaní. Pero, sin embargo, no se ha tenido mucho en cuenta el papel de los Cachemires independentistas (habitantes de la región de Cachemira) que juegan un rol decisivo: consideran abandonar la India para integrarse en Pakistán.

¿Cual es el problema actual?

Pakistán está actualmente lidiando con rebeldes islamitas talibanes en el valle de Swat, ubicado en el noroeste del país, provenientes de Afganistán y seguidores de la red terrorista Al-Qaeda. Pareciera que Pakistán esta perdiendo control administrativo de la región ya que controla solamente un 38% de la zona tribal semiautónoma (4), esto no está visto con buenos ojos desde EE.UU. El Pentágono ya declaró oficialmente (y con un poco de presión hacia el gobierno de Asif Ali Zardari)  que ayudará a Islamabad a combatir los ataques talibanes, enviando repuestos, municiones y otros equipos para modernizar los helicópteros de ataque Cobra pakistaníes (5).

Así, el ejército inició una ofensiva para finalmente expulsar a los militantes talibanes del país. La oposición criticó duramente la acción del gobierno, argumentando que la ofensiva militar se hizo en pos del interés norteamericano y no en pos del interés del pueblo nacional. Pero la posición oficial de Pakistán continua siendo de atacar a los insurgentes porque violaron el acuerdo de paz y continúan amenazando a la población civil a pesar de las concesiones por parte del gobierno nacional (6). El conflicto golpea de lleno a la población civil, que se vio obligada a desplazarse internamente a otras zonas del país, para escapar de los combates violentos y de las amenazas de los talibanes. Durante el toque de queda del 10 de mayo, miles de pakistaníes abandonaron la zona de combate. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ya son 2 millones las personas que abandonaron sus hogares en los últimos días y otras tantas están en marcha o a punto de iniciarla (7).

Pero parece ser que la administración Obama se tomó muy en serio esto de "proveer ayuda", el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas norteamericanas, el Almirante Mike Mullen, confeso públicamente que billones de dólares serian enviados para el mejoramiento del programa nuclear pakistaní (8).

Pakistán, que no es miembro del Trato de No Proliferación de Armas nucleares,  es el único país musulmán con capacidad nuclear, mayoritariamente suministrado por China y, a su vez, entrenado y financiado por los EE.UU. ¿Qué es lo que lo hace tan vulnerable a los conflictos fronterizos? Justamente esto, su capacidad nuclear y, por supuesto, la capacidad nuclear e inestabilidad interna de sus vecinos: India, China, Afganistán, Irán y, más alejado, Corea del Norte (que actualmente, estos dos últimos, son acusados de llevar a cabo un programa de expansión nuclear). Es de esperar que Islamabad reaccione ofensivamente ante la insurgencia de talibanes islamitas afganos, el Pentágono no va a dejar que algo suceda sin que ellos lo noten, mas si tienen una presencia militar cercana, como lo es Afganistán. ¿Pero es este accionar realmente legítimo para el pueblo pakistaní? ¿Realmente el pueblo pakistaní quiere volver a vivir una situación de conflicto? El costo del interés político lo paga la sociedad, se impone el conflicto como algo que surge desde afuera y se afirma que los costos de la no-reacción podrían ser mucho peores. Miles de civiles se desplazan a pie y con lo que tienen para huir de las zonas de combates.

Francisco Zícari
Licenciado en Relaciones Internacionales

Bibliografía:
(1) ESCUDÉ, Carlos, Estado del mundo, Compañía Editora Espasa Calpe Argentina S.A/ Ariel, 1999
(2) Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas 39 (1948)
(3) Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas 47 (1948)
(4) Diario La Nación, 14 de mayo de 2009
(5) Washington Post, 9 de mayo de 2009
(6) Washington Post, 12 de mayo de 2009
(7) Diario La Nación, 19 de mayo de 2009
(8) The New York Times, 17 de mayo de 2009

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