jueves, 12 de abril de 2007

Feng Shui, el gran desconocido

Número 2 / Abril-Mayo de 2007
Adela Zafrilla

Sin duda alguna el feng shui es algo que todo el mundo dice conocer, que está de moda allá donde se vaya; sin embargo poca gente podrá decir con certeza qué es o definirlo acertadamente; poca gente conoce algo acerca de su origen y su aplicación real en China, más allá de modas pasajeras o editoriales oportunistas.

Evidentemente, en China el origen y la aplicación del feng shui es mucho más profundo, no es sólo como las modas occidentales creen cambiar los muebles de lugar o colocar alguna fuente en lugares estratégicos. Podríamos definir el feng shui brevemente como una práctica china cuyo objetivo es aprovechar los movimientos de energías para conseguir la armonía del entorno y hacerlo próspero y saludable.

Para hablar de feng shui es imprescindible comenzar por explicar su origen y las principales escuelas. Los inicios de esta práctica se remontan a la dinastía Zhou (110-770 aC) y provienen del Yi Jing o Libro de los Cambios , donde se establecen las reglas de los cambios en el cosmos, el orden de las cosas y el equilibrio de la naturaleza, aspecto importante para el feng shui que siempre busca la relación armoniosa del hombre con la naturaleza.

Su nombre significa literalmente “aire y agua”, y su práctica se basa principalmente en aprovechar los flujos de energía para asegurar la armonía del entorno. Poco a poco se convirtió en una práctica fundamental en las construcciones, sobre todo en la localización del lugar idóneo, ya hay que elegir el lugar apropiado, siempre teniendo el cuenta el espacio que ocupará y restará al resto de elementos y su interacción con ellos. Más específicamente, la esencia del feng shui se basa en el principio de oposición del Yin y el Yang, y su mutación y cambio a través del Qi.

Las dos principales escuelas que siguen esta tradición milenaria son la Compass School, que es la vertiente analítica de la doctrina y la Forms School, que sigue la vertiente lógica y estética.

Según la práctica del feng shui hay unos pasos imprescindibles acompañados de unos ritos en la construcción de toda vivienda. El lugar idóneo para la construcción debe ser elegido por un maestro feng sui.

Este personaje es imprescindible no sólo en la elección del emplazamiento, sino también en la decisión del momento en que se efectuarán las diferentes fases de la construcción, teniendo muy en cuenta las fechas, y será él quien realizará todos los ritos pertinentes, desde los tradicionales, como verter sangre de gallo en el lugar de la futura construcción, o los más técnicos, como dar medidas específicas a puertas y ventanas. Cada una de las fases de la construcción de la casa va acompañada de los ritos para apaciguar las fuerzas de la naturaleza contra las que se está actuando con la construcción de la casa.

Una vez la casa está terminada y preparada para recibir a los habitantes, el feng shui se sigue utilizando especificando formas de hacer que la vida de los habitantes sea próspera o no. Los ritos, encantamientos y conjuros, que muchas veces acompañados de amuletos, pueden ir destinados a desear malos o buenos augurios a la familia que vaya a vivir en la casa, y siempre se hacen en el momento de la construcción y influirán para siempre en la vivienda. Pueden haberse realizado por medio de encantamientos (como por ejemplo llenarse la boca de agua, fregar los dientes tres veces y escupir el agua de cara al este), o por medio de amuletos (como podrían ser monedas, figuras talladas de diferentes materiales, etc.).

Cuando se trata de una edificación ya construida, se puede utilizar el feng shui para modificar elementos del entorno para que sea el más propicio para la buena fortuna de sus habitantes, y es que el feng shui no sólo tiene en cuenta la construcción sino también todos los elementos que le rodean.

Tanto los elementos naturales (estanques, árboles, rocas, caminos, etc.) como los artificiales (espejos, fechas, espadas, imágenes de animales protectores y divinidades) pueden reducir los infortunios y aumentar el bienestar de las personas que habitan en la casa. Como en muchas otras tradiciones chinas hay que tener en cuenta que muchos de los amuletos utilizados no tienen valor por su propio significado, sino por el homónimo al cual se refieren que es el que tiene el verdadero valor mágico, por ejemplo “gallo” y “prosperidad” se pronuncian de la misma manera en chino, y por ello son gallos siempre son signos de buenos augurios en las construcciones de casas.

El valor del feng shui es igualmente importante durante la vida y después de ella, por eso también tiene una gran importancia en los entierros. Para los chinos, el feng shui de los cementerios es realmente importante para los espíritus de los muertos y puede llegar a tener consecuencias en sus descendientes vivos.

Se podría concluir diciendo que el feng shui es para la sociedad china la conciencia del hombre respecto al entorno que le rodea y en el que vive, con el fin de vivir en armonía mutua. Aún hoy en día estas guías de construcción del feng shui se utilizan, aunque siempre con más efectividad en el campo que en las grandes ciudades, por las dificultades técnicas y también por la modernización y globalización cada vez más crecientes que invaden la cultura clásica. El feng shui es en su esplendor hoy en día una tradición china muy arraigada que no sólo ha sobrevivido hasta nuestros días, sino que se ha expandido por todo el mundo.

Adela Zafrilla
Licenciada en Traducción e Interpretación por la UAB con la especialidad en chino mandarín. En la actualidad cursa la licenciatura en estudios de Asia Oriental en la UAB.

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