miércoles, 16 de febrero de 2011

Hugo Chávez, doce años ‘regulando' Venezuela

Número 23/enero-marzo 2011
Juan Luis Dorado Merchán

Con una puesta en escena de las que a él le gustan. En televisión, durante un horario de máxima audiencia en Venezuela, Hugo Chávez volvió a demostrar su afán por lograr en un futuro una candidatura al Oscar a Mejor Actor Revelación. En esta ocasión, sería por su papel en "No me chilles que te expropio el banco".

Cuando un presidente de un país se convierte en hazmerreír y hace que la política de su país sea un circo a nivel mundial, algo no debe ir bien. Si ese vídeo se convierte en uno de los más vistos de YouTube y es satirizado a lo largo y ancho de todo el planeta, algo no debe ir bien. Pero... cuando eso se convierte en habitual durante doce años, ya ni sorprende.

Y es que pese a sus nuevas puestas en escena, Hugo Chávez ya no sorprende a nadie. O no. Quizás esté perdiendo frescura, pero el teatrillo que realizó para amenazar a la filial del BBVA en televisión el pasado mes de enero, ya lo había protagonizado en demasiadas ocasiones.


Cuando el río está tranquilo en Venezuela, desde presidencia del Gobierno en Caracas se encargan de agitarlo al máximo. La población no debe pensar ni creer en ningún momento que todo va bien, que nadie les perturba... hay enormes enemigos -todos instigados desde Washington y alguno desde España- que tratan de hacer continuamente la vida imposible a los venezolanos y venezolanas.

Y cuando llega esta calma... ¿qué hace Chávez? Pues aparece en televisión, descuelga el teléfono y amenaza al director del Banco Provincial de Venezuela con expropiar la entidad por "incumplir los decretos presidenciales en materia de vivienda". ¿Los decretos presidenciales? ¿El presidente no es Chávez? Traducción: si no estáis conmigo y no os plegáis a mis condiciones, os quito lo que tanto os ha costado conseguir a lo largo de los años y me lo quedo yo... para mi Revolución Bolivariana.

A esto habría que añadir que su Revolución Bolivariana está más frenada que nunca. Que ya nadie le hace caso y que ha perdido la gran influencia que fue ganando en los primeros años de la primera década del siglo XXI. Pero ya nada es igual. Y encima Fidel Castro ha vuelto y le ha robado el protagonismo.

"Si el Provincial se niega a cumplir con (mi) Constitución, yo voy a expropiar el Banco", afirmó Hugo Chávez envalentonado, con el teléfono descolgado sin que en ningún momento se escuchase a su interlocutor. Pero yo me pregunto, ¿estas decisiones no las suelen tomar los tribunales? ¿No debería un juez probar que el Banco Provincial está incumpliendo la Constitución?

"Yo voy a nacionalizar el banco". Analicemos esa frase. No suena demasiado democrática, ¿no? Pero claro, él tiene que excusar delante de su pueblo que la medida beneficia a todos los venezolanos y venezolanas; y a la Revolución que él quiere instaurar como necesaria para toda América Latina.

Solución: llevar a varias personas al plató presidencial para que explicaran que el BBVA no quiso otorgarles los créditos para acceder una vivienda. Y en esto, Chávez descuelga el teléfono y llama al director de la entidad, Pedro Rodríguez para sugerirle que "si no cumple con las leyes, comience usted a entregarme el Banco". Increíble.

No pide que se lo entregue a los venezolanos. No pide que otorgue los créditos. Ni siquiera que sea más flexible con algunos casos por la necesidad de garantizar el acceso a la vivienda como derecho universal.

No. Él llama a todo el asunto "estafa inmobiliaria". Amenaza. Insiste en la importancia de cumplir la (su) Constitución y advierte: "comience usted a entregarme el banco". Genio y figura. En vivo y en directo, Hugo Chávez, miembro de la nueva generación de dictadores ambiguos del siglo XXI. Así están las cosas.
Con el paso de los años y los análisis de la realidad venezolana, sigue siendo indignante que un país con tanto potencial y tanta riqueza haya caído en las manos de un aspirante a Fidel Castro, con aires de Bolívar y recuerdos al ‘Che' Guevara. Venezuela, por su potencial energético, estaba llamada a liderar el resurgir de América Latina cogiendo la mano de Brasil. Pero las batallas del ‘Comandante  Chávez' y sus aspiraciones bolivarianas, han convertido al país en una comparsa internacional y no es tomado en serio en ningún otro país. No es la primera vez que pasa. Y seguirá pasando.

Volviendo al asunto de la filial del BBVA, no es la primera vez que ocurre. Las reacciones no se hicieron esperar, y los responsables de la entidad bancaria llamaron rápido a los presuntos afectados por si las moscas. Es el miedo que existe en Venezuela a hacer lo contrario a lo dictado por Hugo Chávez.
Sus advertencias en televisión no pasan nunca en balde. En su día amenazó a Colombia en directo y mandó al ejército a la frontera. Y así fue. Sus monólogos televisivos en un principio hilarantes e incluso divertidos, se han convertido en el inicio de una persecución contra personas o grupos. Y ya pueden ponerse a temblar si son nombrados por Chávez en vivo y en directo.

Lo que ahora le ha pasado al Banco Provincial ya le pasó en 2009 a la filial del Banco Santander, que fue estatalizado. Poco a poco, el Gobierno comandado por Chávez va controlando el negocio bancario. Y la filial del BBVA, la siguiente en antojarse al mandatario bolivariano, es ni más ni menos que la tercera institución de banca privada más importante del país. Ni más ni menos.

Llega la hora de Internet...

Ya es un consumado twittero y desde sus 140 caracteres lanza mensajes al mundo y a sus miles de seguidores en la Red social. Pero Internet crece y eso es algo que ni el propio Hugo Chávez es capaz de parar. Por eso, la solución es controlarlo y cortar su capacidad de influencia sobre los venezolanos.

Está claro que Chávez es un líder inteligente y un consumado estratega a nivel internacional. Y es conocedor de la fuerza de la Red para auspiciar o derrocar gobernantes.
Es fácil imaginar que Chávez ha estado siguiendo todos los acontecimientos sucedidos en Egipto y se habrá fijado en la fuerza que ha cogido Twitter para llevar la verdad sin tapujos al resto del mundo. Para mostrar aquello que el Gobierno de Mubarak pretendía ocultar. ¿Y sí a los venezolanos se le ocurriera hacer lo mismo?

Quizás ya no sean tan divertidos esos 140 caracteres. Quizás Twitter ya no sea un poderoso aliado para llevar el mensaje bolivariano al resto del mundo ya que podría volverse en contra de Chávez. Por eso, pronto le llegará la hora a la Red y a su control. Porque hasta el propio Hugo Chávez sabe que no se puede nacionalizar la Red de redes... o sí...

El pasado mes de diciembre ya dejó una pista sobre sus intenciones en este aspecto al señalar que "Internet no se está limitando, se está regulando". Y ya sabemos todos el camino que siguen las regulaciones de Chávez. Los bancos, como hemos señalado en el inicio de este artículo, saben mucho como regula el máximo mandatario venezolano.

Con el paso de los años -que ya son unos pocos- la Red se ha convertido en el único escaparate posible para la oposición venezolana. Con la práctica totalidad de los medios de comunicación bajo su control, solamente Internet puede escapar -de momento- a las garras de la Revolución Bolivariana. Chávez ha intentado aliarse con ella, pero... toca "regularla".

Y para hacerlo volverá a hacer referencia al enemigo externo y a los peligros que corren los venezolanos si navegan, chatean y, sobre todo, si utilizan Twitter. Hugo Chávez ya señaló que esta regulación estaba encaminada a "proteger al pueblo de la violencia, de la pornografía y del anonimato". Y sus seguidores le creen y le aplauden. Y la oposición tiembla. Así es Chávez.

Doce años... son demasiado

Recientemente se han cumplido doce años de la llegada al poder de Hugo Chávez  en Venezuela. Han sido doce años de "regulación" continua de un país. Ha afrontado grandes reformas sociales, que eran muy necesarias, y eso es algo que nadie le puede discutir. Pero al margen de eso, han sido doce años de eliminación silenciosa de la oposición, mediante el método de la expropiación y el miedo.

Doce años aludiendo al enemigo externo. Buscando nuevas contiendas donde no las había y llevando a la población a una situación de alerta continua. En la jornada conmemorativa de su llegada al poder, Chávez pidió a sus compatriotas "renovar su capacidad de lucha" para avanzar con la revolución socialista y bolivariana.

Y dejó una píldora: "permaneceré al frente del Gobierno hasta que el pueblo me quiera quitar". Algo muy loable si no fuera porque todo está arreglado para perpetuarse en el poder, con la oposición con apenas margen de maniobra y un continuo poder sobre los medios de comunicación y las principales fuentes de producción del país. Pero bueno, si Chávez lo dice... será el pueblo el que lo decidirá.

Para celebrar sus doce años en el poder, Chávez puso en marcha toda su artillería y se marchó a una escuela -a la que definió como "lugar sagrado"- para mostrar los logros en materia educativa. Al igual que su idolatrado Fidel Castro, sólo muestra imágenes de lo positivo de Venezuela.
Un país cuya criminalidad no ha disminuido nada en estos años de Gobierno chavista, dónde Caracas sigue siendo una de las urbes más peligrosas del planeta. Pero esto, recordemos, era problema del Ayuntamiento de la capital, no del Gobierno central.

Un país que no colabora con otros países en materia de Justicia. Recordemos que España lleva meses pidiendo la extradición de varios terroristas de ETA. En cambio, Venezuela pide la extradición de un estafador y hay enfados con la Audiencia Nacional española que se niega, alegando la falta de reciprocidad en este asunto.

Un país que está gobernado por un hombre que, recordemos, llegó al poder siete años después de haber encabezado un golpe de Estado contra la democracia. Un hombre que ha cambiado la Constitución para perpetuarse en el poder hasta que el cuerpo aguante y luego dejar la sucesión dispuesta para uno de sus delfines.

Chávez sabe que tiene por delante algo complicado. Venezuela se enfrenta a graves problemas económicos, por lo que seguirán los expolios -perdón, las nacionalizaciones-; y tendrá enfrente una oposición con más fuerza que en los últimos años. Pero él se siente imprescindible para el país y para impulsar una Revolución Bolivariana que apenas tiene fuerzas y apoyos con la actual coyuntura internacional.

Y el día 2 de febrero, cuando se cumplían doce años desde su llegada al poder, ya dejó como recado una advertencia que pone sobre el papel su respeto por las reglas y el juego democrático, señalando que en las próximas elecciones venciera la oposición, "todo lo que hemos logrado se vendría abajo y eso no lo vamos a permitir". Lo dicho, genio y figura. Pero, doce años "regulando" Venezuela a la manera de Chávez, son demasiados...

Juan Luis Dorado Merchán
Periodista Especializado en América Latina y el Caribe



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