Eva Díez Ajenjo
El Norte de África y Oriente Medio se está convirtiendo en una de las zonas más calientes del mundo, la tercera pieza del dominó ha caído: Libia y de momento parece que le seguirán Yemen, Argelia, y Marruecos. Un breve repaso histórico, Libia situado en el norte de África, limítrofe con el mar mediterráneo al norte, al oeste con Túnez y Argelia, al suroeste con Níger, al sur con el Chad, al sureste con Sudán y al este con Egipto, es decir ubicado en pleno epicentro de las revoluciones.
País rico en petróleo y gobernado durante 42 años de manera dictatorial por su líder Gadafi, conocido por sus gustos excéntricos como la haima que instaló enfrente de la Moncloa en su visita a España en diciembre de 2007 donde firmó varios acuerdos comerciales con distintas empresas españolas o sus opiniones en la ONU de dividir a Suiza en tres países tras el incidente con su hijo Aníbal Gadafi, arrestado en Suiza y acusado de maltratar a dos empleadas por lo que tuvo que pagar una fianza de 300.000 euros y pasar dos noches en calabozo, algo que Gadafi no perdonó y durante mucho tiempo estuvo arremetiendo contra Suiza buscando el apoyo del resto de países europeos y socios comerciales, al final la razón se impuso y quedó todo en una de las muchas "excentricidades" de un dictador sinsentido.
La situación actual en Libia es difícil de valorar, testimonios aseguran que los cadáveres se amontonan en las calles, se cree que hay alrededor de 400 muertos en Bengasi acribillados a manos de mercenarios sanguinarios de Europa del este y subsaharianos contratados por el mismo Gadafi para según sus palabras ir casa por casa matando a quienes se oponen a él. Las fuerzas militares como en el caso de Egipto se han negado a disparar contra la población y los cuarteles de Bengasi (la principal ciudad controlada por la población) se han quedado vacíos y las armas a manos del pueblo.
Dos pilotos han huido a Malta al negarse a disparar contra los manifestantes, las dimisiones se han ido repitiendo a medida que avanzaban los sucesos, los embajadores libios de EEUU, India, China y Malasia han dimitido y se han desvinculado del que todavía se considera a si mismo que traerá la gloria al país, Gadafi. En la embajada Libia de Gran Bretaña han cambiado la bandera (la anterior a la era Gadafi) y el país se sume en un estado de guerra civil, violencia, caos, disparos... mientras que la televisión Libia se limitaba a emitir conciertos de música y manifestaciones en apoyo al régimen, vergonzoso, pero así es como funcionan las dictaduras: sin libertad de expresión y sino que se lo pregunten a Chávez.
Auténticamente lenta y en ocasiones carente de sentido la respuesta inicial de Europa donde en un manifiesto de los 27 "defensores de los derechos humanos, la democracia y la paz" condenan la violencia en el país sin mencionar a Gadafi en el comunicado ni condenarlo explícitamente, se trataba de una especie de manifiesto a favor de los derechos humanos en pro de la paz. Parece ser que en los últimos momentos la actitud de los miembros ha cambiado y pese a que Gadafi sea un socio comercial importante para muchos países europeos (señalar que Italia, Malta, Alemania, Reino Unido y Bélgica, entre otros socios de la UE, figuran entre los mayores exportadores europeos de material bélico a Libia) Catherine Ashton habla de posibles sanciones a Gadafi, espero que estas incluyan la congelación de sus cuentas y bienes en Europa para que si logra salir de Libia no pueda llevarse el dinero saqueado a todos los libios y libias que están dando su vida por un futuro mejor en su país. Y por si Berlusconi ya no tuviese suficientes problemas políticos se añade uno más, su estrecha amistad con el líder libio, se llegaron a reunir hasta en 11 ocasiones en los últimos dos años, tal vez fuese un asiduo a las fiestas organizadas por il cavaliere.
Berlusconi busca excusas para justificar su actitud como es la del radicalismo islámico como si las manifestaciones las instigara esa organización que algunos decidieron llamar "Al Qaeda" y que no se sabe bien como se organiza pero se tilda de terrorismo islámico. Al respecto me remito a las palabras del representante en España del colectivo de libios, Idris Erdiwah, que asegura que lo que se busca es la separación de poderes y no lo contrario, esta vez es la población y no los ayatolás, ni los imanes ni cualquiera que sea el nombre que reciban las autoridades religiosas en Libia, la que ha iniciado la revuelta pidiendo unas mejores expectativas de vida, un futuro mejor y una mayor libertad. Aunque Simón Peres, el presidente de Israel, no piense lo mismo, ahora habla de un posible acuerdo con Palestina tras lo que está sucediendo en el mundo árabe pero posiblemente lo tuvo más fácil con los dictadores de lo que lo tendrá con regimenes más democráticos pero ¿Cómo reconocer esto en público? Es más fácil excusarse en el radicalismo islámico que ve en todas partes.
La ONU mueve ficha y acusa a Gadafi de genocidio, veremos cuales serán los pasos a seguir si éste sale con vida del país y que evite a toda costa que el dictador saque el dinero del país. Irán mueve sus buques hacia Siria, España envía un avión militar para repatriar a los españoles que quedan, el precio del barril de petróleo sigue subiendo, los comités locales y civiles ya controlan el nordeste de Libia y no cesan de llegar inmigrantes a las costas italianas.Lección para las potencias europeas: no pactar con dictadores que cometen genocidio y que no gozan del apoyo popular porque ni las armas pueden controlar la situación ya que la mejor arma ha sido Internet, especialmente las redes sociales, la única verdaderamente efectiva y con poder, ni siquiera los importantes intereses comerciales en el país han podido acallar las protestas.
Y las fichas siguen cayendo, en Bahrein tras los sucesos en la plaza de la perla donde los militares arremetieron contra los manifestantes, se ha decidido suspender las carreras programadas de Fórmula 1 en marzo. Es difícil valorar el alcance de estas protestas pero es muy posible que todavía queden muchas fichas por caer entre ellas Arabia Saudí, lo que verdaderamente pondría en apuros a Europa, especialmente su economía ya que el barril de petróleo se está viendo seriamente afectado aunque ya se sabe que en Arabia Saudí por más que Europa no quiera verlo no existe el concepto "derechos humanos" ni libertad, ni democracia.
Eva Díez Ajenjo
Directora de Global Affairs
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