miércoles, 15 de abril de 2009

El sol aún brilla en Dubai

Número 14/Abril- Mayo 2009
Andrea Bonzzani

La imagen distorsionada de Dubai como metrópolis en la que todo es lujo junto con el crecimiento del 8,5% del PBI de los Emiratos en 2008 [1], resulta preocupante para el futuro de la economía ya que la misma palabra «crisis» suena improbable cuando se asocia a los Emiratos. No obstante, las previsiones económicas no son muy prometedoras. El Banco egipcio de Inversión EFG Hermes ha pronosticado una contracción del PIB en términos absolutos [2] –un golpe muy duro para una de las economías de mayor crecimiento hasta el pasado año. Los empresarios y políticos de Dubai están profundamente preocupados y se va a tomar una acción de emergencia.

Junto con los problemas habituales con los que tiene que lidiar cada economía en esta época de crisis financiera se une el empeoramiento de la situación en Dubai por la dramática caída del precio del petróleo. La caída del barril a casi dos tercios del máximo registrado el pasado verano puede tener consecuencias económicas y sociales muy importantes en los Emiratos. Contrariamente a los casos de otras pequeñas economías del Golfo, esto apenas causaría un trastorno financiero y deterioro de las cuentas públicas, ya que solamente el 6% del PIB de Dubai procede de la extracción de hidrocarburos [4]. Substancialmente, los bajos precios durante un periodo de tiempo prolongado –con una reducción del flujo de rentas en divisa extranjera – pueden sin embargo reducir la habilidad de los Emiratos para recabar capital de forma rápida y barata, privando a la economía de Dubai de una de sus principales ventajas comparativas. La compra de petróleo también desempeña una importante función socio-política: estando controlado sólidamente por la familia gobernante Al Maktoum y luego distribuido entre los ciudadanos, ha ayudado a construir la estructura existente de la sociedad de Dubai y moldear así la relación entre el gobierno y el pueblo [6].

Este mecanismo –cimiento de todos los llamados estados petrolíferos – ha sido la principal fuente de legitimidad para la actual élite de Dubai y su deterioro podría abrir grietas en un gobierno cuya maravillosa estabilidad ha conmocionado a los activistas de la democracia y encantado a los inversores. Las fluctuaciones de los precios del petróleo a largo plazo apenas son previsibles. Siendo los factores que provocaron que los precios se dispararan hasta el 2008 de carácter mayoritariamente estructural, parece razonable asumir una vuelta al petróleo caro cuando los vientos de la recesión dejen de soplar, aunque demasiados factores están en juego para hacer predicciones sin un grado prudente de incertidumbre. De cualquier manera, Dubai –incapaz de hacer algo que afecte a las corrientes de precios – no debería concentrarse únicamente en este punto. Es Arabia Saudita, quien puede tomar medidas –también unilateralmente – para influenciar el precio del barril. Por tanto, los políticos de Dubai actúan de marea acertada al no aumentar los precios del petróleo, centrándose en su lugar en otros asuntos e industrias y tratando de subsanar las importantes pérdidas en el sector de los hidrocarburos.

La auténtica fortaleza de Dubai fue después de todo, su habilidad –discutiblemente provocada por la conciencia de su influencia pequeña en el mercado del petróleo – para diversificar su economía utilizando de forma eficiente la ventaja comparativa producida por la disponibilidad de capital barato [7]. El problema de esto es que tal diversificación se orientó hacia aquellos sectores hoy más afectados por la crisis financiera y la subsiguiente recesión. Probablemente Dubai hizo lo que pudo para crear una economía real y evitar la dependencia del crédito del petróleo. Su estrategia hacia la diversificación seguramente estuvo mejor concebida y fue más efectiva que los proyectos desarrollados por sus vecinos, como la irrigación del desierto para el cultivo de trigo o el establecimiento de la industria pesada desde la nada [8]. Sin embargo, nunca se dotó al pequeño emirato de una base económica fuerte e independiente. Incapaz de basarse en un gran mercado interno, una valiosa población activa, y una fuerte divisa, se especializó en industrias intensivas en capital y orientadas al extranjero, que nunca liberaron al emirato de su dependencia de las condiciones económicas y políticas externas. Dubai se convirtió en una ciudad global y unió su fortuna a las del capitalismo mundial.

El sector que más está sufriendo los efectos adversos de la crisis es obviamente el de los servicios financieros. Éste es alrededor del 10% del ingreso nacional [9] pero probablemente descenderá de manera sustancial en un futuro próximo ya que la bolsa nacional de valores cayó en picado más del 75% desde septiembre [10] y la inversión externa del fondo soberano de Dubai y de las autoridades inversoras –ya poco gratas en época de abundancia – ha descendido. Las cosas han empeorado por las limitadas herramientas disponibles para los líderes de Dubai en el control de dicho sector. De hecho, al tener la divisa un cambio fijo con el dólar, el control de los tipos de interés y la política monetaria en general no son una opción viable. Es un problema común de las economías de los países del GCC (Consejo de Cooperación del Golfo), que aseguraba fabulosas bonificaciones cuando el dólar era fuerte, pero parece innecesario e inadecuado ahora, ya que el GCC vuelve a estar activo para desvincular las divisas.

Más importante en términos cuantitativos es el sector del comercio. Esta industria aún no se ha visto particularmente afectada, pero al igual que el volumen de la producción mundial se contrae, lo mismo le ocurrirá a la cantidad total de artículos comerciados. La mayoría de las empresas dependerán de las formas de contagio que la crisis adopte en la economía real. Incluso posibles medidas de expansión como regulaciones más favorables o incluso aranceles más bajos pueden no tener un gran impacto al desviar los productos de otros puertos al ya transitado de Jebel Ali. El sector tan sólo espera que los miembros del G-20 mantengan el compromiso de Washington del pasado noviembre, y no impongan barreras proteccionistas. Sin embargo –incluso en el contexto general de un rechazo al proteccionismo – medidas como el arancel sobre coches de segunda mano impuesto por Rusia o la cláusula “Buy American” propuesta en los Estados Unidos son claros indicadores de que el comercio se enfrentará a una seria contracción en el futuro.

Otro sector de creciente importancia en Dubai es el turismo. Esta industria ha crecido a un ritmo de más del 30% anual a principios del año 2000 y representa hoy la quinta parte de la economía [11]. Los flujos de jóvenes viajeros de los otros países del GCC están bien asentados y –dado su alto índice de consumo – producen importantes ingresos. Los intentos para atraer a europeos y norteamericanos –aunque basado en la extraña suposición de que habría personas que quieran venir en avión para pasar el tiempo comprando en centros comerciales con las mismas tiendas que pueden encontrar en sus países y esquiar cuando la temperatura exterior es de 45º C – han tenido éxito últimamente. La rentabilidad de la industria se basa en los altos precios, siendo Dubai el país con el promedio más alto de espacio en el mundo [12]. No obstante, el número de personas que se interesan por gastar tanto en viajes frívolos caerá sustancialmente en los próximos años y esto ya ha provocado que muchos proyectos de hayan paralizado.

Un rápido vistazo a la geografía humana de los Emiratos sugiere que han sido las inmobiliarias y la construcción las industrias responsables de la mayor parte del superávit durante muchas décadas. Incluso este sector se ve negativamente afectado por el contexto internacional ya que, aunque podría decirse que la construcción es por razones obvias el producto menos exportable, la mayor parte de los compradores vienen del extranjero. Los rascacielos y las grúas de Dubai ya han sobrepasado los límites tradicionales de la industria. Increíblemente sobrepasaron el espacio territorial y el problema de la disponibilidad de tierra construyendo nuevas islas y torres mucho más altas. Sin embargo, serán incapaces de compensar la falta de clientes. Algunas osadas operaciones financieras pueden reducir el declive, pero de hecho ya han entrado en una tendencia de declive.

A pesar de la gravedad y la naturaleza estructural de los asuntos económicos en Dubai, la impresión general es que los problemas no afectarán de manera muy grave a la prosperidad a largo plazo de los Emiratos. La crisis está ahí y puede provocar un shock tras años de abundancia, pero la situación en Dubai es aún relativamente buena si se compara con el contexto exterior. Las cifras prevén una contracción de un simple 0,04% y los excedentes de presupuesto acumulados en los últimos años (más del 30% del PIB en 2008 de los EAU [13]) conceden al gobierno un gran margen de acción. De hecho, los líderes de Dubai y de los EAU han actuado de manera adecuada y rápida. El ministro de Economía, el sultán Bin Saeed al-Mansuri, ha estado particularmente activo promocionando planes para fomentar el aumento de los depósitos en los bancos locales, e implementando una serie de medidas dirigidas al sector. Recientemente se ha nombrado un Comité de Emergencia –cuya autonomía se supone que es sumamente amplia – y el Consejo Consultivo de Dubai está trabajando sobre cálculos precisos del impacto de la crisis, que con total seguridad serán seguidos por una fuerte intervención gubernamental [3]. La implementación de las medidas ha sido tan rápida y profunda que casi parece que los líderes locales hubieran sobreestimado los efectos de la crisis. Más bien es la respuesta de un gobierno que posee fondos, experiencia en la intervención en la economía y un proceso político donde cualquier forma de competición democrática (o incluso clientelista) por los recursos no existe, de manera que la familia gobernante puede repartir el gasto con toda libertad.

Anteriores superávits y la toma de decisiones eficaces deberían ser suficiente para compensar los efectos de la crisis. La economía de Dubai muy orientada hacia el exterior hace que los Emiratos no puedan recuperarse de manera asilada, por lo que un período de ralentización o recesión es inevitable (calculado por la mayoría de economistas con una duración de al menos 18 meses). No obstante, la estructura institucional de la economía sigue siendo sólida y atractiva para las empresas internacionales gracias a sus estables derechos de propiedad, su apertura al mercado y sus impuestos bajos [14], de este modo la inversión debería volver tan pronto como amaine la crisis.

Además de los típicos instrumentos económicos, hay dos características de la política y la sociedad de Dubai que pueden resultar muy útiles en caso de que la crisis empeore. En primer lugar, el enorme porcentaje de inmigrantes le otorga al mercado de trabajo una flexibilidad que ningún otro país puede conseguir. La inmigración ha sido utilizada durante mucho tiempo como una herramienta macroeconómica adicional en el Golfo [16] gracias a la utilización de los flujos de migración por parte de los gobiernos, acompañada por continuas violaciones a los derechos humanos (17). Este factor no ha sido tomado en consideración en el actual análisis de la situación económica en Dubai pese a ser una ventaja muy potente ya que virtualmente posibilita a los Emiratos reducir y deshacerse de hasta el 90% [18] de su mano de obra sin sufrir los efectos sociales del alto desempleo. Si los consecutivos periodos de paro provocan pobreza e inestabilidad en cualquier país, Dubai puede enviar a sus trabajadores de vuelta a la India o Pakistán sin apenas ninguna dificultad. Incluso esto apenas afectaría al nivel de consumo de los Emiratos, ya que los expatriados asiáticos tienden a enviar sus salarios en remesas a sus países y sus necesidades se ven suplidas por la economía paralela de bajo coste llevada a cabo por la India.

En segundo lugar, una mayor integración con los otros países del Consejo de Cooperación del Golfo supone una opción real sobre la mesa y su beneficio es indiscutible. Esta tímida unión entre los seis miembros es de algún modo sorprendente: estos estados comparten de hecho la identidad lingüística y cultural, poseen una estructura económica y sistemas políticos similares, y todos están afectados por el inconveniente de un mercado interno pequeño. La prosperidad probablemente ha acabado con los incentivos a la coordinación, pero –dado el usual pragmatismo de los estados del Golfo – las políticas de integración serán seguramente llevadas a buen término si es necesario. Un paso en esta dirección es el gran proyecto de introducción de una divisa común –siguiendo el modelo de la Unión Europea – para el año 2012 [19].

La disponibilidad de recursos, la toma de decisiones eficientes, la oportunidad de recurrir a soluciones políticas; la construcción se paralizará, los hoteles tendrán habitaciones disponibles sin necesidad de reserva, la gente irá menos a los centros comerciales, los comerciantes vivirán con menos opulencia. Sin embargo, después de un reajuste algo doloroso, no deberían cambiar muchas cosas. Dubai parece estar bien equipada para superar la crisis con pocos daños y es probable que mantenga su fuerte papel en el mercado financiero y en la economía mundial. El sol todavía brilla en Dubai.

Andrea Bonzanni
Hautes Études Internationales, Ginebra.

Referencias:

[1]CIA World Factbook 2008.
https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/ae.html
[2]Arabian Business.
http://www.arabianbusiness.com/543311-efg-hermes-slashes-2009-growth-rate-for-uae
[3]Middle East Economic Digest (2009).
http://www.meed.com/news/2009/02/uae_calls_for_emergency_committee_to_deal_with_economic_crisis.html
[4]Beblawi, Hazem (2008), Gulf Industrialisation in Perspective.
http://www.hazembeblawi.com/English/ArticleDetails.aspx?ArticleID=224
[6]Luciani, Giacomo (1987), The Rentier State. London: Routledge.
[7]Beblawi, Hazem (2008), Gulf Industrialisation in Perspective.
http://www.hazembeblawi.com/English/ArticleDetails.aspx?ArticleID=224
[8]Kubursi, Atif A. (1984), Oil Industrialization and Development in the Arab Gulf States. London: Croom Helm.
[9]Dubai Chamber of Commerce and Industry.
http://www.abudhabichamber.ae/user/default.aspx
[10]Dubai Financial Market. http://www2.dfm.ae/mw/tradinghistory.aspx
[10]WTO (2003), The Tourism Market Trends, 2003 Edition – Middle East.
http://pub.unwto.org:81/WebRoot/Store/Shops/Infoshop/Products/1342/1342-1.pdf
[12]Middle East Economic Digest (2009). http://www.meed.com/tourism/index.html
[13]Emirates Business (2008).
http://www.business24_7.ae/articles/2008/8/pages/08082008_3aeba078c62743a59ca86ce2baea6321.aspx
[14]The World Bank (2008), Doing Business Report. www.doingbusiness.org
[16]The Economist, April 26th 2008.
[17]Human Rights Watch (2009), World Report 2009.
http://www.hrw.org/sites/default/files/reports/wr2009_web.pdf
[18] Human Rights Watch (2009), World Report 2009.
http://www.hrw.org/sites/default/files/reports/wr2009_web.pdf
[19]Corriere della Sera – Economia, January 12th 2009.


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