Número 6/Diciembre-Enero de 2008
Lukas Vitalijus
A pesar de lo que se pueda pensar de la actual Unión Europea y de todos los procesos que conlleva, independientemente de que se de apoyo o que se piense que ha ido demasiado lejos en sus funciones y por tanto hay que dar marcha atrás de una manera u otra, uno de los efectos más interesantes y llamativos ha sido el surgimiento de la UE como, lo que hoy en día muchos califican como poder global.
Las pruebas de la influencia económica de esta organización y ayuda en asuntos internacionales hablan por sí mismas. Sólo basta con tener en cuenta lo siguiente para dar una imagen clara del asunto: además del hecho de que la UE de los 27 hoy en día es el mayor mercado capitalista en el mundo y potencia comercial, también es la que más ayuda da al desarrollo y asistencia humanitaria.
Estas dos fuentes de poder internacional cada vez más se combinan con otros instrumentos de política e iniciativas que la Comunidad Europea desarrolla diariamente con estados no miembros y con terceros países. Sin embargo, la mayor ironía es que los fundadores de lo que originariamente se llamó la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA) y que sólo en 1992 empezó a llamarse Unión Europea no tenían apenas ambición de crear un nuevo tipo de potencia internacional.
De esta manera sería justo afirmar que la actual UE es el resultado de cinco décadas de largo desarrollo que era inimaginable a principios de los cincuenta. Este artículo no versa sobre la historia de la integración europea ni tampoco totalmente sobre “Europa como un poder global”. En lugar de ello, se trata de una invitación para tratar uno de sus desarrollos claves llamado la política de ampliación de la Unión Europea.
Uno puede preguntar por qué deberíamos pensar en ello cuando todo parece estar definido claramente. La UE estuvo expandiéndose hacia el norte, sur y este desde principios de 1970 hasta la actualidad y no hay nada nuevo en ello. Y ¿cómo se relaciona esto con el papel global de la UE y su actuación internacional a la que me refería al principio?
La historia real detrás de esto es que la ampliación está en el mismo corazón de las relaciones de la UE con el resto de Europa y determinará en profundidad la capacidad de la organización para crear un continente estable (1). Con esto en mente, la política de ampliación de la UE puede ser percibida como una de las más importantes llevada a cabo por la unión y por ello debe ser vista como una herramienta de política exterior clave en un amplio arsenal de políticas vitales como son el comercio exterior, la ayuda humanitaria y las políticas de desarrollo.
“La ampliación es una de las más poderosas herramientas de política de la UE…Es un proceso utilizado con precaución que ayuda a la transformación de otros países implicados, extendiendo la paz, estabilidad, prosperidad, democracia, derechos humanos y el imperio de la ley a lo largo y ancho de Europa” (2).
Muchos académicos han observado de manera correcta que aunque a primera vista la ampliación simplemente y primariamente se refiere a un nuevo estado que se incorpora a la Comunidad Europea, de hecho el proceso en si mismo contiene una dimensión de política exterior muy importante tal y como se indica claramente en la declaración oficial de la Comisión Europea. Si este es el caso ¿cómo se puede entender y explicar de la mejor manera posible? Y una vez más ¿Qué hay que hacer con el prestigio internacional de Europa? Para encontrar las respuestas adecuadas hay que echar un vistazo a la historia de la integración europea para determinar las razones y motivos de ciertos estados para elegir unirse a la UE.
En 2007 19 países ya se habían unido a los seis para formar la actual UE (el último “big bang” del 2004 y 2007 incluía 12 nuevos estados miembros). Todos los actuales candidatos (Croacia, Turquía y Macedonia) y los actuales miembros se incorporaron por diversos motivos. Para algunos fue principalmente un asunto económico (el Reino Unido, Dinamarca y hasta cierto punto Suecia y Finlandia) para otros los beneficios políticos de la integración tenían más peso (Grecia, España y Portugal) mientras que para los países europeos del centro y del este tanto las expectativas económicas como la estabilidad política son factores decisivos. Dejando los intereses nacionales de los estados miembros de lado y el impacto transformador en ambos lados, centrémonos en el proceso de desarrollo de las políticas, ya que esto resulta útil a la hora de debatir la cuestión mencionada anteriormente, llamada la actuación internacional de la Unión Europea.
La UE ha crecido hasta convertirse en un poder internacional debido a dos razones. Primero, incluso los mayores estados miembros como Francia y Alemania son actores medios en política internacional cuando se comparan con por ejemplo los EEUU o China. Como consecuencia, todos los estados que forman parte de la unión, especialmente los más pequeños, independientemente de los motivos iniciales por los que decidieron formar parte de la organización, buscan en primer lugar un efecto multiplicador de su poder e influencia de una manera u otra a escala global y regional. Segundo, la UE ha reconvertido su rol internacional a través de sus propias iniciativas políticas, de entre ellas la ampliación ha jugado el papel más importante. Su peso internacional y su influencia económica han ido creciendo cada vez que un nuevo país o grupo de países decidía unirse al club (3).
Visto desde esta perspectiva, la política europea de ampliación puede se explicada y entendida como una política dual; no sólo es una garantía para la UE para aumentar su papel internacional sino que en primer lugar ofrece un horizonte de un futuro brillante para los estados candidatos y todavía más importante, para el continente en su conjunto. Por ejemplo, puede ser argumentado que las expectativas de integración jugaron un papel crucial para asegurar una tranquila transición de una dictadura a la democracia en Grecia, España y Portugal en los años 80. Más recientemente transformó a los países europeos del este ya que pasaron de un régimen comunista planificado y centralizado a una democracia liberal. Los países balcánicos del oeste se han estabilizado y pacificado después de los sangrientos años noventa gracias principalmente a sus esperanzas de convertirse en miembros de la UE y así sucesivamente.
Muy a menudo se escucha que la Unión Europea es un gigante económico pero un enano político sin una política exterior firme (4). Pero tal y como las perspectivas de la política de ampliación claramente indican, sería erróneo concluir que la UE no tiene ningún tipo de política exterior. Ciertamente, esto no es lo mismo que asegurar que la política es perfecta o sin grandes inconvenientes. Por ejemplo un gran inconveniente es lo que se ha llamado “fatiga en la ampliación”, es decir, un declive serio y significante entre los líderes de los principales países europeos y entre los ciudadanos en el apoyo a la política después de las más recientes ampliaciones. Sin embargo, a pesar de este retroceso la UE debería continuar avanzando con la política en un futuro venidero por numerosas razones. Tal y como Raúl Sánchez en su artículo “Transdniéster: un segundo Kaliningrado ruso” (5) recordaba, los focos de inestabilidad, pobreza y políticas desordenadas están muy presentes en los alrededores de Europa. Aquí es donde la UE puede marcar la diferencia y es la razón por la que su política de ampliación deber ser la prioridad número uno en la agenda de política exterior de la unión. Si la Unión Europea verdaderamente quiere convertirse en un actor global, primero debería centrarse en los problemas de sus vecinos inmediatos y en objetivos fácilmente alcanzables. En efecto, es muy verdadero el viejo refrán “Piensa en global, actúa local”.
Lukas Vitalijus
MA en Estudios Europeos, (University of British Columbia) Canadá
Bibliografía
( ) Lykke Friis “EU Enlargement… And Then There Were 28?” page 177, cited in Elizabeth Bomberg and Alexander Stubb “The European Union: How does it work?” (Oxford, New York, 2003).
(2) The European Commission http://ec.europa.eu/enlargement/index_en.htm
(3)John Peterson and Michael E. Smith “The EU as a Global Actor” page 196 cited in Elizabeth Bomberg and Alexander Stubb “The European Union: How does it work?” (Oxford, New York, 2003).
(4) The Economist “The Ins and Outs” March 15, 2007.
(5) Raul Sanchez, “Transdniéster: the second Kaliningrad”, Global Affairs, Issue 1, February 2007.
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