sábado, 14 de abril de 2007

A la caza del "ladrillo" americano

Número 2 / Abril-Mayo de 2007
I. Máñez

Estados Unidos sigue creciendo, no sólo a escala económica, también demográfica. Se prevé que la población de ciudades como Nueva York crezca un 12% en las próximas dos décadas. Este aumento conlleva implícitamente la necesidad de construir y renovar urgentemente las infraestructuras urbanas, inmobiliarias y la red de transporte. Pero en una economía con un índice de gasto público tan elevado, el sector privado jugará un papel decisivo en este proceso de renovación. Las constructoras españolas son conscientes de esta necesidad, y ya han comenzado su desembarco en busca del "ladrillo" americano.

El interés de las grandes constructoras españolas por el mercado estadounidense se hizo patente el pasado mes de octubre en la misión empresarial organizada por la Cámara de Comercio Americana en España. La cita de Nueva York reunió a más de 25 ejecutivos españoles que estuvieron atentos ante los planes de infraestructuras e inmobiliarios de la ciudad americana previstos para los próximos años. La reunión congregó a empresas como ACS Dragados, Sacyr, FCC, Ferrovial, Acciona, o Abertis.

Entre los proyectos que se pudieron escuchar en el hotel Essex House destacaron las posibles autopistas de peaje entre Manhattan y el aeropuerto JFK y el muy hipotético proyecto de prolongar el monorraíl air train desde el aeropuerto JFK hasta Manhattan (inversión que superaría los 7.000 millones de dólares).

La clave y la oportunidad para las constructoras españolas, tal y como están las cuentas públicas norteamericanas, residirá en los proyectos de financiación mixta (PPI). En este sentido, fuentes de la empresa FCC sostienes que "las empresas constructoras españolas tienen una gran experiencia en la participación en proyectos público-privados de financiación de infraestructuras de transporte, autopistas, puertos, ferrocarriles y equipamientos urbanos". De ahí que se presenten a los concursos que se están convocando en EE.UU., donde hasta ahora toda estas infraestructuras se habían financiado con fondos públicos.

Hasta hace tan solo un par de años, el desembarco de las constructoras españolas en Estados Unidos ha sido poco representativo y con ejemplos muy concretos: Ferrovial compra la constructora tejana Webber, Acciona construye una planta de energía solar en Nevada, OHL adquiere la gestión de una desaladora en Boston, Sacyr Vallehermoso adquiere un edificio de oficinas en Miami o FCC obtiene la reforma del mobiliario urbano en varias ciudades. Tras unos años de "tanteo" del mercado, las palabras han empezado a dejar pasado a los hechos concretos. Analicemos algunos casos concretos:

El Grupo FCC

El Grupo FCC está presente en EE.UU. actualmente en dos actividades. La primera es la fabricación de cemento, con tres factorías en los estados de Carolina del Sur, Maine y Pensilvania. La segunda actividad se centra en la adquisición de contratos de instalación y explotación publicitaria de mobiliario urbano, con contratos en Miami (a través de su filial Cemusa), Boston, San Antonio (Texas) y Nueva York. Este último contrato, firmado a finales de 2006, supone la instalación de 3.330 marquesinas de paradas de autobús, 330 quioscos de prensa y varios sanitarios públicos.

Según fuentes de la empresa "el mercado norteamericano es muy atrayente para FCC, tanto en los negocios en los que ya está, como cemento y gestión publicitaria de mobiliario urbano, como en otros, como pueden ser las concesiones de infraestructuras y la gestión del agua. En estos dos apartados se están viendo oportunidades de negocio"

Entre las ventajas e inconveniente de invertir en suelo estadounidense, los responsables de FCC sostienen que "el mercado norteamericano es atractivo por su seguridad y por la transparencia de sus procesos de adjudicación. El inconveniente, los precios altos, como corresponde a todo mercado maduro"

El caso Ferrovial

Ferrovial tampoco se ha querido perder la oportunidad de expansión que implica el modelo norteamericano. La internacionalización de la empresa siempre ha sido uno de los objetivos de la constructora. No sin ir más lejos, uno de los objetivos que la empresa se fijó para el 2006 fue la de que las actividades desarrolladas fuera de España llegaran a representar la mitad de la facturación y del EBIT. Para lograrlo, Ferrovial adquirió en 2005 la tercera constructora de Texas, el Grupo Webber, por 178 millones de euros, consiguiendo la adjudicación de los contratos de tres autopistas en Chicago e Indiana.

Pero el paso decisivo al mercado estadounidense se realizó el verano pasado, cuando Cintra, su filial, junto con la compañía tejana Zachry, logró la concesión del proyecto Trans-Texas Corridor. El acuerdo establecía el diseño, la construcción y la operación de los tramos 5 y 6 (64 Km. de longitud) de la autopista de peaje SH130, que discurre entre las localidades de Austin y Seguin. Este proyecto supone una inversión de 1.300 millones de dólares hasta el 2012, fecha en la que se estima que finalicen las obras. Ferrovial gozará de 50 años de los derechos de explotación generados por este tramo del corredor para poder rentabilizar la inversión.

Caso ACS Dragados

ACS se ha establecido en Estados Unidos mediante la creación de una filial para este país, Dragados USA, y la apertura de oficinas en Nueva York, Miami, San Francisco y Austin.

La estrategia de Dragados USA es la misma que la utilizada en el mercado polaco, esto es "testar" primero el mercado y accediendo a los contratos a través de socios locales, como son las empresas Judlau Contarcting (para el metro neoyorquino), y Yonkers Contracting (para las autopistas). Con esta estrategia, Dragados se asegura el conocimiento del sector, mientras que transmite a los mismos socios locales el "know-how", tecnología y modelos de gestión de las obras.

Entre los proyectos que ACS tiene abiertos en EEUU destaca la adjudicación de las obras de rehabilitación de tres presas en el Estado de Nueva York. La obra tiene como fecha de finalización el 2009 y se centrará en la ampliación de la capacidad de descarga de los aliviaderos, reconstrucción de una torre de toma y la sustitución de elementos electromecánicos de las presas neoyorquinas.

Otros proyectos que Dragados tiene en marcha son: la modernización de la I-287, autopista interestatal al Norte del Estado de Nueva York por la que circulan diariamente 120.000 vehículos (requiere una inversión de 141 millones de dólares), la construcción de la obra East Side Access Manhattan Tunnels (por un importe de 428 millones de dólares) y la ampliación del metro de Nueva York. Este último proyecto, el suburbano neoyorquino, conectará Long Island con la majestuosa estación decimonónica de Grand Central Terminal en Manhatan, a través de cuatro túneles de 7.500 metros de longitud.

Los objetivos a medio plazo del grupo que preside Florentino Pérez son la adjudicación de dos contratos de concesión en las autopistas de peaje de Texas y de uno más en un túnel en Miami. La suma de los tres proyectos asciende a la friolera cantidad de 4.000 millones de dólares.

Conclusión

La conclusión no puede ser otra que esta: el tren estadounidense de las infraestructuras ha empezado a moverse. Las empresas españolas deben de estar atentas a la evolución de los sistemas de financiación para no quedarse apeados en al estación. En resumen, es muy importante que las constructoras españolas estén en el continente americano y formen parte de estos planes desde un principio, porque son proyectos de gran envergadura, cuyos verdaderos frutos comenzarán a notarse en los próximos cinco años. El camino hacia la conquista del "ladrillo" americano no ha hecho nada más que comenzar.

I. Máñez
Periodista

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