lunes, 3 de agosto de 2009

Multiculturalismo chino

Número 16/agosto-septiembre 2009
Roger Casas

Más de un año después de los disturbios que tuvieron lugar en Lhasa y en otras regiones de población tibetana en la República Popular China (RPC), la violencia desatada recientemente en Urumqi, capital de la Región Autónoma de Xinjiang, ha vuelto a poner de manifiesto las profundas tensiones étnicas que sufre el país. Los disturbios en Urumqi, que han causado más de 190 muertos y casi 1,700 heridos según fuentes oficiales, se iniciaron el 5 de julio cuando lo que era una protesta pacífica por parte de miembros de la población Uigur (1) (según fuentes de organizaciones en el exilio) derivó en enfrentamientos con las fuerzas del orden y con la población Han (el grupo mayoritario en la RPC, que forma alrededor del 90% de la población total del país). La tensión se prolongó durante los días siguientes, obligando al gobierno regional a llevar a cabo un fuerte despliegue policial con el fin de evitar nuevos enfrentamientos. Las noticias acerca de lo ocurrido son en todo caso confusas, debido en gran medida al fuerte control sobre la información ejercido por el gobierno chino (ejemplificado en el cálculo y demora con que cifras de muertos y heridos, así como su adscripción étnica, han sido hechas públicas), que, a pesar del relativo relajamiento con respecto a incidentes similares ocurridos en décadas pasadas, hace imposible una verificación independiente de los hechos.


Por otro lado, el golpe asestado por la violencia en Xinjiang a las imágenes de "armonía social" y de "unidad" de los grupos étnicos promocionadas por el Partido Comunista Chino (PCC) ha dado lugar al reforzamiento de la labor propagandística por parte los medios de comunicación de la RPC, que han presentado a los supuestos causantes de los disturbios como "separatistas" controlados desde el exterior y vinculados a organizaciones "terroristas" internacionales, o sencillamente como "gángsters" y "matones", haciendo hincapié en el carácter planificado y profesional de la violencia, y restando importancia al elemento étnico de los disturbios, así como a las posibles causas internas de la violencia.

Sin embargo, y como han señalado varios comentaristas, las causas de la violencia han de ser buscadas no en el exterior del país, sino dentro de sus fronteras. Los recientes "incidentes" étnicos revelan tensiones fundamentales en el modelo estatal creado por el PCC respecto a la integración de las identidades minoritarias que habitan el país: oficialmente, la RPC se define como un estado "unitario y multiétnico" (Preámbulo de la Ley de Autonomía Étnica Regional de 1984); este último término posee en este contexto un significado muy preciso, referido a las 56 "nacionalidades" (minzu, un término que incluye 55 "minorías nacionales", como se ha traducido tradicionalmente el término shaoshu minzu, más el grupo mayoritario Han) reconocidas oficialmente en el país y que componen la clasificación étnica oficial establecida tras la fundación del estado en 1949. La política del PCC ha sido fiel en este sentido a la idea del fundador de la República China, Sun Yat-sen, de construir una "nación china" (Zhonghua Minzu) no restringida a los grupos conocidos tradicionalmente como "Han", sino formada por diversas identidades étnicas (muchas de las cuales se relacionan históricamente con entidades políticas independientes o semi-independientes) -un modelo derivado en última instancia del establecido en la por aquel entonces recién creada Unión Soviética.

Un grupo de Uigures (principalmente mujeres) protestan frente a las fuerzas del orden chinas en Urumqi pidiendo la liberación de sus familiares arrestados tras los disturbios del 5 de Julio (Fuente: Gilles Sabrie para The New York Times)


Con el fin de poner en práctica esta política, a comienzos de los años 50 del pasado siglo el PCC puso en marcha un enorme proyecto etnográfico destinado a identificar de acuerdo a criterios "científicos" (y basados en los establecidos por Josef Stalin para la Unión Soviética) a los grupos que formarían parte de la clasificación oficial; el estado chino desarrolló de modo paralelo, un enorme aparato administrativo y legal cuyo pináculo era, y sigue siendo, un elaborado sistema de autonomía territorial que incluyó el establecimiento de regiones autónomas de diferentes niveles ("regiones" de nivel provincial, prefecturas, condados, etc.) "en toda zona donde alguna minoría nacional viva en compacta comunidad" (Artículo Cuarto de la Constitución de 1982), todo ello destinado a hacer a dichas "minorías", empleando una frase querida de la literatura oficial, "señores de sus propios destinos", garantizando la ciudadanía y la igualdad legal de todos los miembros de cualesquiera grupos étnicos incluidos dentro de su territorio: como afirma el Artículo Cuarto de la Constitución de 1982, "Todas las nacionalidades de la Republica Popular China gozan de iguales derechos"; el estado "garantiza los derechos e intereses legítimos de las minorías nacionales y salvaguarda y desarrolla las relaciones de igualdad, unidad y ayuda recíproca entre las diversas nacionalidades", prohibiendo asimismo "toda discriminación u opresión contra cualquier nacionalidad". Igualmente se prohíbe "todo acto que quebrante la unidad entre las nacionalidades o provoque la escisión entre ellas".

El sistema legislativo y administrativo autonómico fue abolido durante los movimientos políticos del período maoísta, pero desde el comienzo del proceso de apertura económica a fines de los años 70, el restablecimiento del sistema garantiza de nuevo (principalmente a través de la Ley de Autonomía Étnica Regional de 1984) el respeto a los derechos de ciudadanía y culturales de los grupos no-Han, y en la actualidad la puesta en práctica de las políticas relativas a las culturas minoritarias, incluidas la preservación y promoción de las lenguas y costumbres de las "minorías" (de nuevo según el Artículo Cuarto de la Constitución, "Todas las nacionalidades gozan de la libertad de emplear y desarrollar sus propias lenguas orales y escritas y de la libertad de conservar o reformar sus costumbres y practicas tradicionales"), es parte fundamental de las funciones de los gobiernos central y autonómicos -como bien se encarga de recordar continuamente la propaganda estatal. Hoy en día la diversidad cultural de la RPC es uno de los principales reclamos para los turistas del interior del país, y la supuesta "unidad" entre las distintas etnias, uno de los pilares en que se funda la legitimidad del PCC y del estado.

¿Cómo se explican entonces los estallidos de violencia y el aparente descontento entre al menos algunas de las "minorías nacionales", en el marco de esta atención extrema a la diversidad cultural y étnica por parte del estado del PCC? La respuesta se encuentra, obviamente, en el abismo existente entre la representación oficial de la política étnica en la RPC, y su puesta en práctica, que oculta la continuada discriminación económica, política y cultural de que las mismas siguen siendo objeto: los contactos personales y las redes comerciales establecidos a nivel nacional permiten a los Han controlar no sólo la explotación y comercialización de los grandes recursos económicos en las regiones occidentales de la RPC, sino también el comercio a pequeña escala de productos producidos en el este del país; en lo político, mientras gran parte de los cargos del gobierno y de los miembros de las diversas administraciones regionales provienen de los grupos étnicos locales, su formación en el sistema educativo chino y en las escuelas del PCC implican una mayor conexión con los intereses del gobierno central y las corporaciones de nivel nacional y regional, que con los de las comunidades locales, que por lo general carecen de vías legales a través de las cuales hacer vales sus intereses políticos y económicos. El cargo político más alto en las provincias, regiones autónomas incluidas, es el Secretario General regional del PCC, casi siempre un Han nombrado por el gobierno central.

Con algunas excepciones, y aparte de la presencia de elementos "folklóricos" en la industria turística, las culturas de los grupos no-Han se ven también relegadas a un plano subordinado incluso en las regiones autónomas; la inmigración masiva de chinos Han procedentes del este y el sur del país, la falta de profesorado versado en la enseñanza de las lenguas locales y de intelectuales interesados en la preservación de las tradiciones locales, así como la falta de apoyo gubernamental, justifica el que la mayoría de las lenguas y culturas minoritarias se vean excluidas de la educación pública y de los medios de comunicación -por no hablar de las historias locales o las tradiciones religiosas, identificadas por lo general por parte del estado como vinculadas a identidades ajenas a la promovida por el PCC y por tanto como fuentes alternativas de legitimación política. En contra de lo prescrito en la Ley de Autonomía Étnica Regional, la inmensa mayoría de los funcionarios Han que trabajan en las regiones autónomas no son tampoco capaces de comunicar en ninguna de las lenguas locales.

La subordinación social de las "minorías nacionales" en la RPC se ve legitimada por la concepción de las culturas minoritarias como culturalmente "atrasadas" respecto a la cultura Han -concepción heredera de la ideología tradicional mantenida por las élites del imperio, y que valoraba las diversas culturas de los "bárbaros" en relación a su mayor o menor contacto con la cultura confuciana. A pesar del reconocimiento de la igualdad de los grupos étnicos, tanto la política del PCC en relación a las "minorías" como la actitud de la población Han hacia las mismas se ven todavía hoy determinadas en gran medida por la consideración de la cultura Han como superior al resto: en este sentido, la adopción del marxismo como ideología de estado tras la creación de la RPC hizo que la consideración de los Han hacia los grupos minoritarios pasara sencillamente de basarse en su mayor o menor cercanía a la cultura confuciana, a hacerlo en el mayor o menor nivel de desarrollo social, económico y cultural alcanzado por dichos grupos en el momento de ser "liberados" por el PCC -nivel demostrable ahora "científicamente" según los criterios establecidos por el partido. El escalón más alto de esta escala no oficial lo siguen ocupando, naturalmente, los llamados "Han" -así, este sistema simbólico no sólo ayuda a la representación de la mayoría como "culturalmente avanzada", sino que ayuda también a ocultar las importantes diferencias culturales existentes entre los distintos grupos que forman esta categoría -y que en algunos casos implican, por ejemplo, diferencias lingüísticas mayores que las que se encuentran entre diversas naciones europeas.

[caption id="attachment_1529" align="aligncenter" width="486" caption="El Presidente de la RPC Hu Jintao (centro) charlando con miembros de las “nacionalidades” Hui y Yi durante una visita a la provincia sureña de Yunnan (en la que habitan oficialmente 25 “minorías nacionales”), el pasado 26 de Julio (Fuente: Xinhua/ Ju Peng) "]El Presidente de la RPC Hu Jintao (centro) charlando con miembros de las “nacionalidades” Hui y Yi durante una visita a la provincia sureña de Yunnan (en la que habitan oficialmente 25 “minorías nacionales”), el pasado 26 de Julio (Fuente: Xinhua/ Ju Peng) [/caption]

El reconocimiento selectivo de las identidades étnicas por parte del estado chino parece obedecer en definitiva más a la necesidad de legitimación del dominio del PCC y de la mayoría Han en regiones de importancia estratégica para el estado, que a una preocupación real por el respecto a la diversidad cultural dentro del mismo. Ello no implica sin embargo, como suele creerse, que exista una voluntad por parte del PCC de asimilar a los grupos no-Han en la cultura mayoritaria: a pesar de las tendencias homogeneizadoras en el sistema educativo, o de las provocadas por la migración de chinos Han hacia las regiones habitadas por "minorías", tanto la legitimación de la política del PCC y del sistema, como el dominio político y económico de los Han exigen en última instancia el mantenimiento, siquiera formal, de las categorías étnicas -que siguen así ofreciendo espacios simbólicos para la formación de identidades alternativas e incluso opuestas a las promovidas por el estado.

En cualquier caso, la tensión entre el respeto a la diversidad ejemplificado en la doctrina del partido, y la necesidad de unidad nacional, entre el denominado "nacionalismo local" (diqu minzu zhuyi, literalmente "nacionalismo étnico local") y la ideología etnocentrista que se conoce como "gran chovinismo Han" (da hanzu zhuyi) ha marcado en gran medida los casi 60 años de historia de la RPC. Los últimos estallidos de violencia en Tibet y Xinjiang no hacen sino poner dicha tensión de manifiesto; sin embargo, puede decirse que existen problemas similares,  relacionados con la marginalización política y social de grupos étnicos minoritarios, en la mayoría de las regiones autónomas del país, y aunque los movimientos separatistas o las acciones violentas por parte de las poblaciones afectadas son raros, el descontento entre las mismas es generalizado, y en última instancia sólo la coerción ejercida por las fuerzas de seguridad del estado asegura el mantenimiento del consenso y la "armonía" sociales. A pesar de ello, el gobierno chino ha anunciado ya que no va a cambiar un ápice su política étnica -considerada obviamente por las autoridades no como causa del problema sino como su solución. Todo indica por tanto que la continuación de las tensiones étnicas seguirá condicionando indefinidamente el éxito del proyecto nacional del PCC, amenazando con disolver la integridad de la "nación china" del mismo modo que ocurrió con su modelo, la Unión Soviética, hace casi 20 años.

Roger Casas
ha trabajado durante los últimos años como coordinador local en un proyecto UNESCO de preservación cultural en la República Popular China. En la actualidad cursa un Master en Desarrollo Sostenible en la Universidad de Chiang Mai, Tailandia

Bibliografía
1. Los Uigures forman el más numeroso de los grupos minoritarios que habitan Xinjiang. A lo largo del artículo mantengo la convención anglosajona de escribir los nombres de los grupos étnicos oficiales de la RPC con mayúscula.

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