domingo, 15 de febrero de 2009

El ataque del cólera continúa en Zimbabue

Número 13/Febrero-Marzo 2009
Erica L. Green

Hoy, cuando pensamos en el cólera, nos viene a la mente la colosal novela de amor y seducción del escritor Gabriel García Márquez o una de esas enfermedades reminiscentes de la plaga que causó estragos en Europa durante el siglo XIV. Sin embargo, en los últimos años, el cólera ha hecho su desagradable vuelta en escena en Zimbabue y la población señala al presidente Robert Mugabe como el culpable.

A pesar de que el cólera no ha aparecido en los medios de comunicación como una amenaza durante bastante tiempo, la enfermedad nunca ha sido erradicada. Siempre ha permanecido viva con mayor preponderancia en los países en vías de desarrollo como Zimbabue, donde la precariedad de los servicios sanitarios es elevada y la sobrepoblación algo normal (1). El cólera es una bacteria intestinal que afecta tanto a jóvenes como a mayores y se expande a través de aguas fecales y comida contaminada. Con una rápida aparición, los casos extremos manifiestan diarrea, vómitos y deshidratación. Si no se trata, la persona puede morir en cuestión de horas (1). Las investigaciones indican que el 80% de los que contraen la enfermedad tendrán leves síntomas de diarrea mientras que el 20% restante sufrirá altos niveles de deshidratación que pueden llevarle a la muerte (8). En general en los países en desarrollo, las víctimas de tal brote sólo llegan al 1% de los infectados con la enfermedad, pero el brote más reciente en Zimbabue alcanza ya el récord del 5% (2). Los funcionarios de sanidad dicen que los niveles de cólera afectan ya a todo el país con la friolera de 3.000 muertes y más de 57.000 personas afectadas (3).



En un intento por imitar la lucha de Nelson Mandela por la igualdad, al principio Mugabe dio grandes esperanzas a la población de Rodesia, hoy Zimbabue. Llevó mensajes de reconciliación racial y reforma que le condujeron a una fácil victoria electoral en 1980 y un fuerte apoyo económico de Occidente. Con una desorbitada cantidad de fondos a su disposición, inició programas sociales y económicos que empezaron a ofrecer atisbos de prosperidad y salvar las diferencias raciales. En medio de la ostentación, Mugabe prohibió encubiertamente los partidos de la oposición para crear un único partido del gobierno (4). Desde entonces, su mandato fue criticado pero nunca fue derrocado. Esta posterior dictadura y la descontrolada reforma agraria son algunos factores que han llevado al fluctuante precio de los alimentos y al descontento general en la región. Unos años más tarde, Mugabe estaba dispuesto a trabajar con los líderes de la oposición para formar un pacto de gobierno que incluyera la creación de nuevos billetes (2), pero mientras tanto, las infraestructuras sanitarias, los colegios y los estándares de higiene del país caen en picado. Un especialista en traumas psicológicos sugiere que la epidemia del cólera es tan sólo un síntoma del problema. La salud, la educación y la situación económica no cambiarán hasta que se reforme la actual estructura política del gobierno de Mugabe (5).

En 2004, el grupo ECHO creó un plan de emergencia para enfrentarse al creciente número de brotes de cólera durante años. Sus estrategias preventivas tuvieron éxito hasta el más reciente brote, que sin duda es el peor de la historia para la región (6). Muchos de los supervivientes y de los no afectados cuentan historias del trauma y la desesperación. En una historia publicada por primera vez en noviembre de 2008 por Zimbabue Standard, la gente vive las palpables penurias físicas y emocionales mientras observan como mueren los que los rodean (7). Los cambios en el estilo de vida necesarios para reducir la infección constituyeron un reto, al igual que el cuidado de los enfermos, pero las vicisitudes emocionales por la muerte de varios seres queridos fueron sin duda lo más difícil de soportar:

«Julie Chapeyama, de 44 años, cayó enferma el sábado de la semana pasada y sucumbió al cólera a la mañana siguiente. En el velatorio, Mutodzaniswa  estaba junto a ella con el dolor empañado por la culpa. Le dijo a The Standard que nunca superaría la pérdida de su gran amiga. “Ojalá Dios me hubiera llevado a mí”, dijo. “Yo era la que estaba enferma y ella me cuidó hasta que me repuse, y luego de repente cayó enferma. Unas horas después, murió. Estoy profundamente apenada. Éramos amigas desde hace mucho. ¿Qué haré sin ella?”, dijo Mutodzaniswa mientras se venía abajo, incapaz de controlarse».

Zimbabwe Standard, 22/11/08

Lamentablemente, historias como ésta no son únicas y a menos que se tomen severas medidas, los índices de fatalidades serán más elevados aún.  La OMS ha empezado a experimentar con varias formas de tratamiento, incluidas sales para rehidratación oral (SRO). Los antibióticos, un tratamiento habitual para el cólera, tienen a menudo muchas limitaciones. Son efectivos para reducir la infección y duración de la enfermedad, pero no pueden tratar el problema de pérdida de fluidos (8), y en algunos casos, la diferencia entre la vida y la muerte puede ser cuestión de horas. La OMS piensa que las SRO pueden ser buenas intermediarias hasta que se pueda recibir cuidados médicos más avanzados. Es relativamente fácil de preparar y administrar, lo que hace que sea muy práctica en los hogares donde el cuidado médico no es de acceso fácil.  El tratamiento consiste en una mezcla de sodio y glucosa combinada con agua potable limpia. Los médicos también aconsejan un brebaje similar hecho en casa de sal y azúcar (ratio de 0,5 a 6 cucharadas) y agua que puede tener idénticos resultados médicos (8). Ésta puede ser una de las mejores líneas de defensa en la región, donde los servicios médicos son deficientes.

En un artículo de diciembre de 2008 de Médicos Sin Fronteras, se consideraba el brote de cólera de Zimbabue como una de las 10 crisis más destacadas del año. Hay una avalancha de desafíos complejos. El VIH se ha mantenido en porcentajes epidémicos durante años. Esto, unido al alto número de médicos que escapaban de Zimbabue, ha mermado los esfuerzos de ayuda humanitaria. Los hospitales tienen cada vez menos personal y las medicinas para tratar los síntomas son limitadas (9). El coordinador de emergencias de MSF informó de cómo sólo una enfermera debe supervisar los goteros para un gran número de pacientes y en la oscuridad, debido a la falta de electricidad. La ayuda de las Naciones Unidas empezó a llegar a finales de diciembre pero los suministros eran limitados para las salas de maternidad de los hospitales locales (10). Con tanta necesidad, el MSF espera continuar su trabajo en la región hasta bien entrado el año 2009 (9).

Erica L. Green,

MA, MPH, CADC
Graduate Student in Clinical Psychology
Argosy University

Referencias:
1. World Health Organization. Cholera Outbreak: Assessing the Outbreak Response and Improving Preparedness. 2004)
2. CBC News, Zimbabwe's cholera death toll tops 2,200: UN Friday, January 16, 2009
3. Reuters Zimbabwe cholera outbreak kills more than 3,000
4. Meredith , Martin Mandela and Mugabe both embraced violence, but one could not give it up, The Guardian, Tuesday 8 April 2008
5. Anonymous Clinical Psychology Graduate Student at the Adler School of Professional Psychology.
6. World Health Organization Global Task Force On Cholera Control
Cholera Country Profile: Zimbabwe Last Update: 19 January 2009
7. The Zimbabwe Standard. Trauma Haunts Cholera Survivors http://www.thezimbabwestandard.com/local/19271-traumahauntscholerasurvivors.html. November 22, 2008
8. World Health Organization. WHO position paper on Oral Rehydration Salts to reduce mortality from cholera. December 2008.
9. Medicines San Frontieres. Health Crisis Sweeps Zimbabwe as Violence and Economic Collapse Spread. December 2008.
10. UN News Center. UN medical supplies arrive in Zimbabwe as cholera deaths top 1,500. December 26, 2008

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