miércoles, 15 de octubre de 2008

La crisis de Osetia empieza a rediseñar el equilibrio internacional

Número 11/octubre-noviembre 2008
Enrico Labriola

Cuando la ministra georgiana de Asuntos Exteriores, Salomé Zurabichvili, propuso un plan para que su homólogo ruso, Sergei Lavrov, renunciara y desmantelara las dos bases militares que quedan en territorio georgiano (Akhalkalaki y Batumi) en noviembre de 2005 (1), parecía más próxima que nunca una solución para la complicada disputa territorial sobre las regiones georgianas separatistas. Pero poco después de esta noticia, la valiente ministra fue depuesta de su cargo por el primer ministro georgiano, Michail Saakashvili, y la situación empeoró hacia la habitual historia de provocaciones diarias entre el ejército georgiano, las fuerzas militares separatistas y los rusos «pacificadores».

Mientras tanto, el ejército georgiano crece (financiado y apoyado por los EE.UU e Israel), aumentando la fortaleza del mismo (2) y llevando a cabo las ambiciones del líder georgiano, que son incompatibles con la realidad del terreno. El antiguo presidente Vladimir Putin dijo muchas veces que el desarrollo georgiano sería considerado como una amenaza que no quedaría sin respuesta (3).

Las dos regiones secesionistas de Osetia del Sur y Abkhatia, gobernadas por líderes ambiguos muy unidos al Kremlin, se convirtieron de facto en regiones separadas dentro de Georgia tras el conflicto civil de 1989-1992, viéndose Georgia forzada a aceptar el alto el fuego para prevenir un enfrentamiento mayor con Rusia. La OCSE estableció un marco para una fuerza de paz formada por soldados georgianos, rusos y osetios. Desde 2004, el contrabando y las provocaciones en las regiones separatistas no tenían control y el gobierno georgiano decidió reforzar las acciones para prevenir que el caos se extendiera a las demás regiones (4).


La presencia económica y política rusa en las dos regiones se hizo más fuerte, y las milicias rebeldes sin control provocaron repetidas protestas diplomáticas llevadas a cabo por el gobierno georgiano, apoyadas por el Sr. Solana y algunos líderes europeos. Las provocaciones y violaciones diarias del alto el fuego fueron la consecuencia de una batalla diplomática entre Moscú, con la doctrina de una «democracia soberana» del Sr. Putin, y Tbilisi, con el proyecto de adhesión a la OTAN del Sr. Saakashvili, de tendencia estadounidense. Ambos líderes se enfrentaron a la crítica en las elecciones libres y justas que les llevaron al poder (a Putin en las elecciones de 2000 y 2004, calificadas por los EE.UU y la U.E. como no libres ni justas (6), y a Saakashvili sólo en las elecciones de 2008, criticado por el fondo poco democrático (7)). Es incuestionable que Saakashvili transformó profundamente el país, cercano a la bancarrota, de Shevarnadze, tras la Revolución de las Rosas de 2004. En los últimos tiempos, sin embargo, la crítica a su figura ha vuelto a resurgir por su estilo autoritario de gobernar, que le hizo perder simpatías entre sus seguidores. Quizá, el apoyo incondicional de los Estados Unidos a Saakashvili le dio seguridad para pensar que éste continuaría incluso en caso de una escalada militar. Saakashvili recibió una negativa dramática. Aunque se dice que casi mil instructores del ejército estadounidense entrenaron y organizaron el ejército georgiano desde 2002 (8), una participación directa de los EE.UU. y la U.E. en la crisis siempre estuvo fuera de dudas (9).

El 7 de agosto, los conflictos entre la milicia rebelde osetia y el ejército georgiano, iniciados el 1 de agosto, empeoraron la situación y produjeron un flujo de refugiados que abandonaban Osetia del Sur, principalmente en dirección norte, hacia Rusia. El día 8, el ejército georgiano entro en Tshkinvali, la autoproclamada capital de Osetia del Sur, mientras Putin hablaba en público desde Pekín contra la “agresión” georgiana, donde asistía a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos. A través del Túnel de Roki, el 58º ejército ruso entraba en territorio soberano georgiano y se enfrentaba a las fuerzas de este país en las cercanías de Tshkinvali. Los rusos alcanzaron muchos objetivos militares y civiles (incluso cerca de Tbilisi) en respuesta al fuerte bombardeo y lanzamiento de misiles contra las posiciones de la milicia por parte de los georgianos. El conflicto se extendió fácilmente y la máquina propagandística empezó y continuó a ambos lados, reivindicando miles de víctimas y una limpieza étnica masiva. Las fuerzas militares rusas aplastaron sin mucho esfuerzo la resistencia georgiana, inexperta ante una respuesta tan rápida y pesada.

El día 9, las fuerzas rusas, en un ataque de fuerzas combinadas, expandieron el conflicto hacia territorio georgiano, bombardeando desde cielo y tierra las importantes ciudades de Poti (donde la flota georgiana fue completamente hundida) y Gori, la segunda ciudad más grande, y la carretera principal que cruza el país. Abjasia recuperó el control sobre la “ocupada” garganta de Kodori, y el 10, los rusos reivindicaron el control total y la restauración del status quo, a pesar del enorme material y el coste humano: cerca de 150 mil refugiados huyeron del país; se calcula que las pérdidas se aproximan a mil millones de dólares (un tercio del PNB de Georgia), y una vergonzosa urgencia humanitaria llegó al centro de Georgia (10). La condena estadounidense de la «agresión rusa» fue fuerte desde el día 9, pero parece que esto no evitó la escalada de presencia militar rusa en la región, alcanzando los 18 mil efectivos. Saakashvili primero y luego Medvedev firmaron la propuesta de Sarkozy para un alto el fuego de seis puntos claves los días 11 y 12, pero ambos líderes destacaron diferentes puntos de la propuesta francesa: el primero recalcó la retirada completa de los rusos y el respeto a la integridad territorial de Rusia, mientras que el segundo habló sobre la importancia del inicio de un debate internacional sobre el futuro de Osetia del Sur y Abjasia. Los movimientos del ejército ruso continuaron, a pesar de la firma del documento, hasta el 18 de agosto, con esporádicas violaciones y daños a las infraestructuras georgianas (como el sistema de vías ferroviarias, el puerto de Poti y la carretera principal a Gori). La acción de las Naciones Unidas se vio bloqueada por el veto ruso sobre la resolución que exigía un empleo proporcional de la fuerza y una retirada inmediata del territorio georgiano.

Las voces sobre la orden del Kremlin de derrocar a Saakashvili no fueron confirmadas pero aumentaron los temores sobre la estrategia militar de Moscú. Hace unos pocos días Medvedev dijo que en su opinión el Sr. Saakashvili es un “cadáver político”, añadiendo que Rusia no lo reconoce como presidente. La escalada del conflicto pasó después de la retirada parcial de Rusia (en este momento los rusos se encuentran aún en el puerto de Poti y en la frontera con Osetia del Sur) a una guerra diplomática con Rusia y los EE.UU. como actores principales. Tbilisi aprobó la resolución para salir del CIS (pero el procedimiento tarda 12 meses), y exigió un mayor apoyo de Occidente. Yushschenko, el presidente ucraniano, planteó algunas restricciones sobre el uso de la base naval rusa en Sebastopol, y Rusia suspendió la cooperación militar con la OTAN.

El New York Times informó, citando fuentes anónimas de la inteligencia estadounidense, que había misiles instalados en Osetia del Sur y dirigidos contra Tbilisi, y la secretaria de Estado de los EE.UU., Condoleezza Rice, dijo que la retirada no estaba siendo ni rápida ni total. Como respuesta a la amenaza rusa, Polonia emuló a la República Checa en la aprobación de las nuevas instalaciones estadounidenses en su territorio, una medida controvertida vista como una provocación por parte del Kremlin. Tras la petición del reconocimiento de independencia activada por los parlamentarios de Osetia del Sur y Abjasia a Medvedev y el Parlamento ruso, Rusia realizó la gestión formal el 26 de agosto, rompiendo uno de los puntos del alto el fuego “para prevenir los ataques del ejército georgiano y nuevos genocidios de población rusa en Osetia del Sur y Abjasia”. Aunque ningún otro miembro de las Naciones Unidas siguió a Rusia y no se reconoció a las dos entidades. El reconocimiento significó también la cooperación militar total con las nuevas entidades. Este movimiento está muy cerca de una anexión, desde que las dos repúblicas de facto declararon su voluntad de ser incorporadas a la federación rusa en varios referendos (sin reconocimiento internacional). En el Mar Negro, el bloqueo total del puerto de Poti por las fuerzas rusas condujo a una tensión sin precedentes con un escuadrón de la flota estadounidense, más tarde atracado en Batumi y que traía ayuda humanitaria oficial para la población georgiana, pero acusados de esconder ayuda militar para los georgianos. Los últimos días conocieron un escenario de Guerra Fría, con amenazas (las pruebas milisísticas en Rusia y las sanciones propuestas por Kouchener, el ministro de Asuntos Exteriores francés, que no fueron aprobadas por la Unión Europea) y movimientos cautelosos hacia una resolución del problema (11), (12).

Lo que comenzó como unos enfrentamientos en una remota región separatista se está convirtiendo día a día en una amenaza para el orden internacional y para el frágil equilibrio del Cáucaso. Aun más, los asuntos georgianos podrían provocar una escalada que ponga en riesgo los fundamentos de la situación actual en casi todas las cuestiones internacionales que hay sobre la mesa. Seguramente, y declarado por los EE.UU., la U.E. y Rusia, las relaciones internacionales no serán las mismas, se ha roto el equilibrio, que necesita ser restaurado lo más pronto posible. El apoyo de los Estados Unidos a la independencia de Kosovo (llegó en febrero de 2008 y ha sido reconocido por 48 estados hasta ahora) acrecentó las cuestiones sobre el derecho internacional al convertirse en un país independiente. Además, el movimiento fue arriesgado por varias razones: 1) el plan Ahtisaari de las Naciones Unidas no iba en esa dirección, proponiendo la cuasi-independencia dentro de la Federación con Serbia; 2) el reconocimiento podría sentar precedente para las reivindicaciones de otras regiones secesionistas, razón por la cual algunos países actuaron de manera diferente de sus aliados históricos (por ejemplo España no reconoció a Kosovo debido a los efectos internos que podría tener una declaración unilateral (13), y Armenia “dio la bienvenida a la independencia de Kosovo”, de manera diferente a su aliado histórico Rusia, debido al asunto similar sobre el reconocimiento de Karabagh (14)); 3) la independencia se alcanzó unilateralmente (Serbia aún reclama Kosovo como parte de su territorio) y gracias a la presencia de una misión militar de paz extranjera en la región que siguió a la intervención militar (en 1998). Claramente no podemos separar la situación de Kosovo con los problemas de Georgia porque el debate internacional sobre Kosovo fue muy diferente a la crisis georgiana, y el fondo histórico era muy divergente (Europa tiene un papel completamente distinto); podemos decir que Kosovo dejó a Rusia con una discordia diplomática pero con un «crédito» para gastar en el ruedo político internacional.

El Cáucaso parecía para muchos observadores políticos la “compensación” lógica, y el malestar de Saakashvili sobre la región separatista facilitó los movimientos de Rusia. Con un uso incontestable y desproporcionado de la fuerza militar, Rusia retomó su papel de potencia hegemónica en su zona de influencia. Putin dijo muchas veces que la interferencia extranjera en el interés de Rusia sería considerado como un acto hostil (15), y sería contestado con una respuesta adecuada. Con este paso, Rusia decidió sacrificar la cooperación internacional con los actores principales (EE.UU. y la U.E.) y propuso su nuevo papel donde utiliza el factor energético para forzar a la Unión Europea a no actuar y dar alternativas creíbles de elección en vez de los viejos roles del Reino Unido, los Estados Unidos en el Cáucaso y la emergente potencia china. Las grandes reservas monetarias extranjeras y el enorme superávit externo de Rusia (16) conducen a un protagonismo renovado en las antiguas repúblicas de la URSS, presentado como el “Gran Juego” moderno (o “torneo de sombras” para los rusos). Rusia cuenta ahora con una gran ventaja política y geoestratégica, con el escenario del Cáucaso radicalmente cambiado a su favor, y los actores principales a la defensiva. Además, en el mapa geoestratégico, Rusia puede hacer mucho más para cambiar el equilibrio internacional. La franja de Transdnistria, una pequeña república independiente de facto al este de Moldavia, tiene una situación análoga a la de las regiones separatistas de Georgia. La región entre el Dniéster y Ucrania está gobernada por un presidente autocrático, Igor Smirnov, y se dice que es el centro del contrabando y tráfico ilegales (17). El Ejército Rojo está presente en su territorio con un contingente de 1.200 efectivos (18), y la población votó un falso referéndum la “libre asociación” (queriendo decir anexión) con Rusia, aún cuando esto es casi imposible echando simplemente una ojeada al mapa. Finalmente, un importante conducto y una carretera principal que pasan por Transdnistria le dan al régimen marioneta dirigido por Moscú el poder para influir en el suministro energético moldavo y en el desarrollo de toda la región (19).

En este caso podríamos encontrarnos de nuevo con un casus belli cuando Moldavia intentara retomar el control de la región separatista, dado que el Kremlin ha entregado pasaporte ruso a la población de Transdnistria, y podría intervenir para proteger la seguridad de los “ciudadanos rusos”, al igual que Moscú hizo en Georgia (20). El hecho es que el problema de soberanía sobre las regiones separatistas debe solucionarse y decidirse sobre las negociaciones, porque con un movimiento de manu militari, la única ley aceptada es la de la propaganda y la fuerza militar, mucho más costosa en términos de pérdidas humanas y materiales. Sobre esto, Saakashvili no está exento de críticas: parece que no se considera responsable de las pérdidas de un paso militar arriesgado, dejando ahora una gran parte del país devastado y sin la oportunidad de retomar pacíficamente el control sobre las dos regiones en un futuro próximo. A pesar de la falta de responsabilidad manifestada, Saakashvili es ahora más popular que nunca en Georgia. Rusia tiene docenas de países con minorías rusas (debido a la diáspora motivada por la desaparición de la URSS), y por ejemplo Ucrania (17%), Letonia (28%), Estonia (26%) tienen grandes minorías rusas, a menudo no muy integradas. Las tropas rusas se encuentran desplegadas en Asia Central oficialmente para el control fronterizo (21). Más todavía, se han propagado grandes asuntos fronterizos y étnicos por casi todo el antiguo mundo soviético, y Rusia mantiene bien sujetas las relaciones exteriores de muchos de los países que eran satélites, como por ejemplo en la región del Turkestán.

La crisis georgiana pone de relieve 4 cuestiones principales a las que hay que hacer frente: 1) la insuficiencia de las instituciones internacionales existentes (N.U., el G-8, OTAN, etc.); 2) la inexistencia de una línea política común dentro de la U.E. y por parte de la U.E. y los EE.UU. hacia Rusia; 3) la fragilidad del equilibrio de la pasada Guerra Fría y los altos riesgos de un escenario multipolar sin control; 4) la gran importancia de la cuestión energética para Europa y en el ruedo internacional.

En el ámbito diplomático, Rusia lanzó un mensaje geopolítico global, también de interés para las cancillerías europeas: una independencia total y una política exterior que no se mantenga en línea con los intereses de Rusia no será tolerada, especialmente en la región del CIS. La opción de una intervención está siempre sobre la mesa, y Rusia no dudará en usarla. Ahora la solicitud de ingreso en la OTAN será mucho más problemática para los países de la antigua URSS, y eso será seguramente un paso arriesgado para los gobiernos de los países. Además, el comportamiento de espera por parte de los EE.UU. y Europa sobre la adhesión de Ucrania y Georgia dejó la puerta abierta a la intervención rusa, y destacó los diferentes planes sobre el papel de la OTAN. Por ejemplo, Europa está ahora dividida en tres bloques, con diferentes respuestas a la cuestión georgiana. Berlusconi, el presidente italiano y buen amigo de Putin, fue el principal patrocinador de este comportamiento de espera y ahora es el actor principal de la facción moderada de Europa, promocionando una conferencia de «reconciliación» en Roma. Al otro lado de la Europa occidental, están Francia y el R.U., con una fuerte posición contra la agresión rusa y un energético esfuerzo diplomático para detener los movimientos de Rusia (22). La Europa del Este está aún más del lado de Georgia contra Rusia: las dificultades causadas por un nuevo protagonismo ruso supondrá una carga muy pesada para las repúblicas bálticas, Polonia y todos los países de la Europa oriental (23).

Los Estados Unidos, con los conocidos problemas de Irak, Afganistán e Irán, no quiere un nuevo frente que necesite esfuerzos diplomáticos e incluso militares. No está fragmentado como la Unión Europea (tanto Obama como McCain están en contra de la intervención rusa), y tiene muchas menos relaciones económicas con Rusia (por ejemplo, Alemania es el primer socio de Rusia con un comercio de 53 mil millones al año y el proyecto común del conducto del Báltico (24)). Carecen de proyecto político y de ideas para un nuevo equilibrio internacional (Bush fracasó sobre el proyecto del “Nuevo Siglo Estadounidense” y el del “Gran Oriente Medio”) y la desatención del creciente poderío ruso (los Estados Unidos tuvo mucho más cuidado con China) hizo la situación muy ambigua. Ahora, el 44º presidente se verá muy pronto desafiado por el protagonismo ruso, especialmente en el ámbito militar. La vieja doctrina de ayuda militar, la limitada implicación directa y el apoyo ciego para un gobierno cordial en los países aliados necesitan ser revisados sin la menor duda.

Podría trazarse un nuevo curso para una política exterior responsable, sin estar basado solamente en el compromiso militar, sino en el reparto de responsabilidad mutua en el orden internacional, y en la promoción de los valores norteamericanos de un modo positivo. Lo contrario podría ser una retirada no responsable de los EE.UU. de los escenarios prescindibles y un nuevo aislacionismo, con una U.E. inexperta para continuar el esfuerzo sin una política exterior común. Los asuntos que podrían aflorar en los próximos meses son muchos y con diferentes salidas posibles, pero las cuestiones centrales son las mismas: ¿cómo tratar la creciente doctrina de la «democracia soberana» de la pareja Putin-Medvedev?, ¿cuáles serán las consecuencias de una respuesta inapropiada?, ¿cuáles serán los factores claves para conseguir establecer un equilibrio internacional pacífico y mutuo aceptable? los riesgos de una inestabilidad perdurable amenazan las elecciones previstas en Ucrania en 2009 (25). El nuevo escudo antimisiles que los EE.UU. planea construir en Europa podría inaugurar una nueva carrera armamentística que podría no sólo involucrar a los Estados Unidos y Rusia, sino también a China y a las nuevas potencias regionales como Irán y Arabia Saudí (26).

La proliferación nuclear en los tensos tiempos venideros podría no ser considerada como una remota opción sino como un pronóstico real, o, para alguien, una concreta decisión que debe tomarse. Mientras tanto, el Cáucaso continúa siendo un polvorín, y los dosieres de Irán y Siria se quedan en la mesa. Los riesgos de un aplacamiento que podría llevar a una escalada rusa son más reales de lo que algunos observadores pueden admitir públicamente. Tras la inclusión de los países europeos del antiguo Pacto de Varsovia en la OTAN, vemos ahora conflictos en los nuevos márgenes de la Alianza Atlántica: el Cáucaso, los Balcanes y Ucrania. Las analogías con el Sudety/Anschuluss checo son desconcertantes, y los argumentos son los mismos: el derecho ruso a proteger a sus ciudadanos en Osetia del Sur (en Serbia a sus correligionarios) que Hitler usó en 1938. No importa si los surosetios ahora son rusos sólo por haber recibido pasaportes rusos tras una decisión del Kremlin (27). El hecho es que el 21 de agosto, cuando Rusia puso fin a la cooperación militar con la OTAN, los checos estaban conmemorando el 40 aniversario de la invasión rusa que terminó con la “Primavera de Praga”, haciendo la coincidencia más preocupante. Si no hay reacciones concretas ni apoyo concreto internacional a la integridad de Georgia, el gobierno ruso podría pensar que pueden repetir el exitoso plan en otros escenarios, una y otra vez, hasta que el equilibrio cambie para siempre. Y el error de aplacamiento es un riesgo que el mundo no puede mantener en esta era nuclear.

El último y más desafiante asunto es sobre la economía de la energía. Rusia está intentando usar el suministro energético a Europa como un arma para forzar una suave reacción y controlar la economía europea por medio del reparto de gas y petróleo. Esta es también la consecuencia de la inactividad de la U.E. sobre una política común de energía, siendo incluso más urgente con la subida de los precios del petróleo. El único conducto que podría interferir en el monopolio ruso sobre el petróleo y gas europeos es el conducto Baku-Tbilisi-Ceyhan (BTC. Con el pequeño Baku-Supsa uniendo la capital azerbaiyana con el puerto georgiano de Supsa), con sus 3,9 mil millones de inversión de dólares y una capacidad diaria de mil millones de barriles (28). Estos conductos claves pasan por Georgia, y ambos necesitan un medio internacional que motive la alta inversión realizada: en primer lugar una Georgia libre de ser una marioneta del régimen ruso o la amenaza de una intervención rusa desde una Osetia del Sur gobernada por Rusia. La permanencia de tropas rusas cerca de Gori, o en la frontera con Osetia del Sur, o en el puerto de Poti, es un jaque mate para el proyecto BTC de un suministro de energía pasando por Rusia. Aún más, un control ruso del conducto BTC podría evitar otras inversiones en infraestructuras energéticas (por ejemplo, en Asia Central), debido al elevado riesgo político. La cuestión georgiana es importante incluso para el control del comercio en el Mar Negro y la presencia militar.

La Convención de Montreux de 1936 que dirige la presencia de la flota extranjera en el Mar Negro (limitando el acceso, las toneladas e imponiendo aviso para entrar en el Mar Negro por los países que no lo bordean) debe ser revisada de acuerdo con las necesidades del nuevo equilibrio mundial (29). Los Estados Unidos luchan por una libertad total de movimiento, pero Turquía no está de acuerdo (el Bósforo no aguanta tráfico naval infinito, y Turquía está intentando ser una potencia regional convincente y autónoma) (30). De esta manera, el equilibrio político internacional debe disponerse de nuevo en dirección a la realidad, considerando los principales factores económicos y geoestratégicos, pero teniendo en mente un nuevo programa político para configurar el futuro. La cuestión georgiana podría ser un triste y breve paréntesis en el paso de la Historia, o un momento dramático y crucial para los años que están por llegar. Las decisiones tomadas hoy influirán el nuevo equilibrio más de lo que podíamos esperar cuando se disparó la primera bala en Osetia del Sur.

Enrico Labriola
Master in Economics and Social Sciences at L.Bocconi University, Italy  Student Projected Intern at UNDP-Azerbaijan.

Referencias:

(1) Corriere della Sera´s interview, available at http://tinyurl.com/69ywka
(2) Vicken Cheterian, on Le Monde Diplomatique, at: http://tinyurl.com/6eruoy
(3) Evening Standard article, at: http://tinyurl.com/65pd4p
(4) ReliefWeb report on pre-war developments, at: http://tinyurl.com/58jebl
(5) NYT on S. Ossetia smugglings, at: http://tinyurl.com/5g9m5l
(6) The Indipendent on “free and fairness” elections in Russia, at: http://tinyurl.com/5u3j5g
(7) Eurasia.net comment on Saakashvili election, at: http://tinyurl.com/63zskd and The Independent article just after the elections, at: http://tinyurl.com/5fgmkx
(8) BBC news report, available at http://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/1996833.stm
(9) The Australian news report, at: http://tinyurl.com/6kbvku
(10) The IHT on losses, at: http://tinyurl.com/5hj2bo
(11) BBC news report, available at http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/europe/7551576.stm
(12) Peacereporter direct news stream, available at http://tinyurl.com/5ez9xw
(13) The Guardian on Spain position, at: http://tinyurl.com/6gopcr
(14) Panarmenian news report, available at http://www.panarmenian.net/news/eng/?nid=25331
(15) Carnegie center report on Russian foreign policy, at: http://tinyurl.com/5ouyg2 and Jeffrey Mankoff (Yale Univ.) paper, at: http://www.yale.edu/macmillan/iac/security_papers/mankoff.pdf
(16) CIA World Factbook on Russia economy, at: http://tinyurl.com/5hpq8t
(17) Alessandro Vitale ISPI Policy Brief on Transnistria, at: http://tinyurl.com/5aj8r9
(18) Radio Free Europe on Transdnistrian situation, at: http://tinyurl.com/5vrfxw
(19) Countrystudies.us on Moldova energy supply, at: http://countrystudies.us/moldova/28.htm
(20) Dmitri Trenin (CER) report,at: http://www.cer.org.uk/pdf/essay_russia_trenin_sept05.pdf (p.5)
(21) RUVR news report on SCO decisions, available at: http://tinyurl.com/6bmveq and Eurasia.net report on Central Asia, at: http://tinyurl.com/6x9raq
(22) Telegraph on proposed EU sanctions, at: http://tinyurl.com/5bhdjd
(23) Reuters on Eastern EU countries support, at: http://tinyurl.com/6q3zz7 and the Financial on recent call for more support, at: http://tinyurl.com/6arapw
(24) Ria-Novosti news report, available at http://en.rian.ru/russia/20080306/100845466.html
(25) KievUkraine blog entry, available at http://tinyurl.com/63242t
(26) Pravda on the new R500 Russian missile, at: http://tinyurl.com/6gx5tm and Russia Today on Syria hosting Russian missile bases, at: http://www.russiatoday.com/news/news/29318
(27) Huffingtonpost Brzezinski interview on appeasement, at: http://tinyurl.com/5a77re Today.az speaks about the Russian easy-passport question, at: http://tinyurl.com/5ogs4y
(28) hydrocarbons-technology.com, on BTC pipeline, at: http://tinyurl.com/6z3ups
(29) PINR report on U.S. interests on Black Sea, available at http://tinyurl.com/5ghugq
(30) Today`s Zaman on Black sea troubles between USA and Turkey, at: http://tinyurl.com/6or948

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