viernes, 15 de febrero de 2008

La voz de América: la penetración cultural, el imperialismo de los medios y la lucha por la autodeterminación - El caso de Barbados

Número 7/Febrero-Marzo 2008
Kim Young

Barbados es una isla que algunos teóricos consideran “esquizofrénica” por su oscilación de la herencia del colonialismo británico a la actual, obvia y, a veces, molesta penetración cultural americana, el imperialismo mediático, la neocolonización y el deseo de los barbadenses de mantener su identidad nacional.

No es del todo posible examinar en gran profundidad todos los asuntos que se congregan para crear el complejo escenario al que se enfrenta Barbados y muchos pequeños países isleños. Se trata de marcos teóricos interdisciplinares que deben ser conceptualizados en el marco de la experiencia.

Como muchas islas del Caribe, Barbados fue colonizado por los británicos. Se practicó la esclavitud en la isla y su legado todavía asoma su fea cabeza de vez en cuando y lo hace de muchas maneras, a pesar de que la emancipación de los esclavos tuvo lugar en 1836. Desde entonces, los barbadenses todavía no son completamente libres en todos los aspectos. Las religiones originales, lenguas y prácticas culturales que habrían sido parte integrante de su existencia africana fueron arrancadas y sustituidas por las prácticas de los colonos ingleses y por los sistemas y simbolismo de su idiosincrasia. Algunas de las cicatrices psicológicas de la esclavitud son crónicas tal y como han constatado historiadores y psicólogos, todavía se mantienen y han ido pasando de generación en generación. Esto da lugar a otros problemas, cuestiones y retos respecto de la protección de nuestra cultura, soberanía y la lucha por la autodeterminación que escapan al objeto de este artículo.


En 1951, los barbadenses obtuvieron el derecho al voto y en 1966, el país se independizó de Gran Bretaña bajo la dirección del Primer Ministro en aquel entonces y actual héroe de Barbados, el fallecido Excelente Errol Walton Barrow. El anterior Primer Ministro y el actual Primer Ministro, el honorable Owen Arthur, comparten el punto de vista de que Barbados debe mantener un sentimiento de nación y de identidad nacional. Es una tarea difícil dada la afluencia de mensajes por parte de los Estados Unidos, en particular. Muchos ciudadanos de Barbados son completamente conscientes y, en muchos casos, les repugna la “americanización” de su país. Esto supone la intervención del gobierno para desarrollar políticas que protejan el flujo de información y comunicación.

Según Annabelle Sreberny-Mohammadi “El limitado debate mediático llevado a cabo en los medios de comunicación internacionales fue principalmente una lucha entre la cultura popular occidental versus las culturas indígenas de los estados sureños por lo que se amplió para explorar la cultura como una forma completa de vida”. Es el complejo conjunto de relaciones entre prácticas coloniales y valores, sus paralelismos indígenas y su constitución común en el actual contexto cultural de las sociedades postcoloniales, el que necesita ser comprendido e interpretado. En él la cultura debe jugar un papel más complejo que el meramente desempeñado en los dos modelos de “comunicación y desarrollo” o “imperialismo cultural” ideados.

Durante muchos años, de hecho generaciones, Barbados fue conocido como la “pequeña Inglaterra” no sólo por su topografía, muy parecida a las Tierras Altas escocesas del Reino Unido sino también por sus prácticas. La base religiosa más importante en Barbados es todavía la Iglesia Anglicana, las prácticas culturales son hasta cierto punto, bastante “británicas”. Por ejemplo, Landship y maypole dancing (bailes tradicionales de Barbados de herencia británica) todavía están presentes en los festivales culturales y, a muchas calles y ciudades se les pone el nombre de hazañas británicas. Es una mezcla curiosa y excitante de ambas culturas: la africana y la inglesa.

Sin embargo y a pesar de lo dicho, la cultura “esquizofrénica” parece obvia en el contexto de las teorías y prácticas en el campo de la comunicación. Con la llegada de Internet, la televisión por cable y el acceso a la programación vía satélite ha tenido lugar un duro cambio de aspectos británicos todavía presentes en Barbados hacia una fuerte americanización con la insidiosa erosión de los rasgos característicos de Barbados. Particularmente, esto resulta obvio en el campo del entretenimiento con contribuciones hechas por organizaciones transnacionales y multinacionales que se están arraigando (Held, 1991), lo que se ha descrito como “una política exterior deliberada” para que los Estados Unidos tengan acceso a los mercados extranjeros y suplanten a las culturas a través de la publicidad y el marketing en una era de globalización. (Julia Galeota, p24)

Edgard Said dijo que “alguna noción… de todas las culturas como híbridos me sobreviene a la cabeza como la idea esencial de las realidades revolucionarias actuales” (Said, Cultura e Imperialismo, 1993, p.384)

Dada la naturaleza del ambiente político, económico y social de Barbados, esta idea parece bastante plausible ya que con la llegada de la globalización, los medios de comunicación y la penetración cultural gracias a los medios de comunicación, Barbados realmente puede ser un híbrido de varias culturas.

Sin embargo, esto deja a los habitantes de Barbados en un dilema sobre el sentido de uno mismo y la autodeterminación. Barbados dispone de la Fundación Nacional Cultural dirigida por tecnócratas del propio país con la intención de albergar y poner en escena varios acontecimientos culturales indígenas de la isla. Desde Crop Over, un festival que celebra el final de la cosecha de la caña de azúcar, hasta el festival de jazz y la gran gama de festivales culturales como el Festival Independiente Nacional de las Artes Creativas (The National Independence Festival of Creative Arts -NIFCA), Barbados intenta mantener su identidad a través de ese foro así como a través de la Fundación Nacional de Barbados (Barbados National Trust) que se encarga del mantenimiento y la restauración de los edificios indígenas del país. El actual Primer Ministro también ha cambiado la organización de festivales como parte de un nuevo plan para dedicar la energía de la Fundación Nacional de la Cultura (National Cultural Foundation -NCF) a la investigación y al estudio del desarrollo cultural y el mantenimiento de las peculiaridades de Barbados dentro del contexto de la Ley de las Industrias Culturales. Esta ley se desarrollará muy pronto en Barbados para realizar los oportunos cambios en la NCF. Esta actividad, una vez contrastada con la discusión de Mohammdi sobre la complejidad del asunto, quizá resulte demasiado simplista y requiera mayor estudio e investigación.

A pesar de estos esfuerzos, la preservación y protección de los recursos culturales nacionales todavía parecen estar desequilibradas cuando uno se enfrenta a la realidad de la entrada de información de los Estados Unidos versus la salida de información de Barbados (particularmente del Caribe) hacia los Estados Unidos. De esta manera la hegemonía continúa y ciertamente, no es un rasgo peculiar de Barbados. Es más, el gobierno francés ha promulgado un plan estratégico para contrarrestar la fuerza de la hegemonía de los medios de comunicación estadounidenses en Francia.

Las teorías de las Relaciones Internacionales están basadas en el respeto a la soberanía del espacio y la globalización ocurre dentro de ese marco a un nivel de interactividad global tanto económica como política (McGrew 1992; Srebemy Mohammadi, 1996). Sin embargo, la globalización está unida de manera inextricable con los medios y las comunicaciones, en particular Internet, impulsor del comercio electrónico y que permite ampliar el grado de penetración cultural y de los medios norteamericanos en el mundo. Giddens concibe la globalización como un fenómeno social donde las conexiones en el mundo son ampliadas e intensificadas dando forma a nuestras maneras de vida y a los acontecimientos mundiales (Giddens, 1990: 64). La afluencia actual de información estadounidense para desarrollar estados como Barbados está muy desequilibrada. Tanto es así que el lenguaje de Internet no se corresponde con el deseo de la UNESCO de ver un ciberespacio con más variedad lingüística (Nordenstreng, K, 1984).

Esta economía global y sus influencias culturales, impacta de manera importante en el terreno político, económico y medioambiental. Para estos propósitos, los efectos de los medios de comunicación son difícilmente demostrables ya que las teorías están siendo constantemente investigadas, y la teoría de la aguja hipodérmica ha estado constantemente en entredicho por su causalidad en esta área. Sin embargo, es importante analizar este asunto problemático dentro de un contexto, analizaré el concepto del Nuevo Orden Mundial de la Información y Comunicación (NOMIC) y su cometido de equilibrio y soberanía cultural en los países de cara al espíritu indomable de la hegemonía cultural norteamericana y la fuerza de sus medios de comunicación.

Este cometido tiene un valor increíble considerando las políticas adoptadas por varios países, incluyendo Barbados, para la protección de sus espacios culturales dentro del contexto de políticas nacionales e internacionales de telecomunicaciones, Internet y la preservación de la identidad nacional.

NOMIC es conceptual y representa la agrupación de los miembros del Movimiento de Países No-Alineados quienes abiertamente estaban en contra de la dominación de los medios occidentales y del desequilibrio de la entrada de información de Occidente. Nuestra dependencia de las economías externas es el combustible que alimenta el proceso de homogenización cultural y es aquí dónde se da una intersección entre nuestra propia cultura (de Barbados) y la cultura occidental dominante, una zona de intersección donde emergen las tensiones (Appadurai).

Esta situación es vista como el menoscabo de nuestra soberanía cultural, por ello es importante el Nuevo Orden Mundial de la Información y Comunicación como concepto para equilibrar los iguales. El problema es que el NOMIC nunca pasó a la acción. El área entera de estudio está llena de asuntos problemáticos. Sin embargo, el proceso se mantiene en su expresión: desde los discursos elaborados hasta el cambio en los valores, tradiciones y normas actuales. Barbados continua experimentando un cambio sísmico de todo lo propio a lo americano como ocurre con la tecnología de Internet y los nuevos medios de comunicación, la comunicación y la globalización. También hay continuas desavenencias porque los modelos de la UNESCO y el NOMIC son demasiado simplistas para afrontar el desarrollo continuo y rápido de las comunicaciones.

Kim Young
Periodista, Master en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Leicester (Inglaterra)

Bibliografía:

1. Sreberni,-Mohammadi, A., The Global and the local in international communication in Mass Media & Society, Curran et al (eds), pg 178-200
2. Sreberni,-Mohammadi, A., From Globalization to Imperialism and Back Again. Module 4, Unit 19 in MA in Mass Communication, University of Leicester, 2000.
3. Galeota, J ., Cultural Imperialism: An American Tradition, pg 24
4. Held, Democracy & Globalization, Alternatives, 16, 2
5. Giddens, A, Modernidad y la identidad del yo: el yo y la sociedad en la época contemporánea (1938)
6. McGrew, A., “A Global Society?” in S. Hall et al (eds) 1992 Modernity and its Futures: Polity/Open University
7. Nordenstreng, K ., The Mass Media Declaration of UNESCO, Norwood. Ablex Publishing
8. Nordenstreng, K ., The New world Information & Communication Order: Sourcebook. Prague:International Organization of Journalists.
9. Nordenstreng, K ., Beyond National Sovereignty, International Communication in the 1990's: Norwood, Ablex Publishing
10. Said, E. ,Cultura e Imperialismo

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