miércoles, 14 de febrero de 2007

La hipótesis del fracaso escolar en Japón

Número 1/ Febrero-Marzo 2007
Víctor J. Gómez

En esta aportación pretendemos identificar los cambios que está sufriendo actualmente la sociedad japonesa en la relación que media entre Universidad y Mercado Laboral. En la sociedad japonesa la estrecha unión que configura las relaciones entre ambos sectores citados fue una de las bases del éxito de su crecimiento y desarrollo tecnológico en los momentos en que se la pudo llamar “la Segunda Gran Potencia Mundial”.

En este trabajo nos planteamos si este modelo sigue un rumbo de crecimiento progresivo o por el contrario está llegado a un “techo” histórico que determinaría su ralentización en cuanto a sociedad desarrollada, y aun su regresión en cuanto a “modelo” de Potencia Mundial. En el análisis del panorama propuesto nos decantamos hacia la segunda de las posibilidades, que no por pesimista sería menos real. Con todo, aportamos algunos datos concretos que son los motivos de la hipótesis que formulamos como “el fracaso social japonés”.

La Educación superior japonesa ha llegado al colmo de la necesidad social. El sistema social japonés en sus vertientes económico y laboral exige de la educación universitaria unos requisitos, que están derivando en el derroche de recursos hasta el punto de llegar a la inutilidad académica.

A principios de los años ’50 del s.XX la base de la construcción de un nuevo país fue la idea del esfuerzo individual (no individualista). El gran trabajo personal de cada trabajador y su adaptabilidad horaria a largas jornadas laborales permitió que la generación entera del “Baby boom” japonesa (Dankai Sedai) como resultado de su esfuerzo colectivo construyeran la llamada Segunda gran Potencia Mundial en el desarrollo económico, tecnológico y de gran expansión industrial del mundo.


Durante los años ’70 y ’80 el sistema de reclutamiento de empleados por parte de las empresas se hizo sobre una población universitaria que aún no había acabado sus estudios. Los reclutaban durante su tercer curso de carrera. Poco a poco les fueron exigiendo que entraran a formar parte de la plantilla sólo si poseían un título universitario.

Hoy en día, la población activa de esta sociedad son individuos recién licenciados que se incorporan a un mercado laboral superespecializado, perfecto y puntual. No obstante, las empresas instruyen a los incorporados a través de un período de prácticas de unos 3 a 4 meses de duración para aprender los mecanismos de un trabajo muy concreto que forma parte de un proceso de producción aún mayor (se dice que donde hace falta un trabajador español para conseguir un resultado, en Japón hacen falta 10 trabajadores para conseguir el mismo resultado).

En este sistema, los estudios universitarios deberían estar tan específicamente segmentados y especializados como posibles segmentaciones ofrezcan los puestos de trabajo a ocupar. Además, sería deseable que para el mejor funcionamiento de este sistema cada estudiante universitario acabase trabajando en aquello para lo que ha estudiado.

Sin embargo, la formación práctica que ofrecen las empresas es vital porque la universidad no conoce los detalles de los procesos de diseño y producción, ya que los empresarios los protegen por ley de copyright.

En este punto nos preguntamos lo siguiente, ¿de qué sirve la formación universitaria? Realmente no sirve de mucho, porque lo que se hace en la empresa está más relacionado con lo que se ha practicado durante la formación pre-laboral que con lo que se ha estudiado académicamente hablando. Precisamente por ello, porque lo único relevante es cumplir la condición de ser un licenciado o graduado universitario para poder trabajar, las empresas no buscan la incorporación de licenciados con formación específica, les vale cualquier licenciatura. Al final, según parece, nadie acaba trabajando de lo que ha estudiado.

El sistema laboral de incorporación a la vida activa simplemente exige la titulación universitaria para desarrollar cualquier tipo de trabajo (ej.: una camarera del “Shinkansen”, el famoso tren bala, será licenciada en psicología o en filología, al menos eso dirá en el título que le hayan dado en su universidad).

En definitiva, la garantía de éxito y la continuidad del sistema social japonés es el hecho de que los estudios recibidos y el título universitario obtenido te dan acceso mecánicamente, de alguna forma, al mercado laboral. Podríamos decir que la marcada orientación tecnológica de su desarrollo histórico reciente, hace que el sistema social japonés dependa exclusivamente del nivel académico de sus habitantes. Entonces, nos preguntaremos lo siguiente: ¿cómo funcionan los planes de estudio de las universidades japonesas? Y también, ¿Qué diferencias hay entre las universidades públicas y las privadas? ¿las hay?

Las más de 500 universidades japonesas acabando el año 2006 son todas privadas o en proceso acelerado de privatización. Hoy en día ya no hay oferta pública de titulación universitaria. Las universidades se comportan como empresas privadas. Así, dado que los contenidos de lo que se estudie no importan mucho a los efectos de la carrera profesional futura, las universidades bajan el listón del nivel de conociemientos académicos para llenar sus aulas con estudiantes más o menos motivados por los estudios que han decidido cursar.

Los intereses de las universidades son, por tanto, vender títulos, vender diplomas, a quien sea, como sea, y cuantos más mejor. Los estudiantes son pasto de mercados de marketing y fidelización para procurar el éxito económico de estas nuevas empresas educativas, las universidades.

La comunidad estudiantil, por su parte, no es menos inteligente. Aceptando el sistema de poseer una titulación universitaria, como requisito para el acceso a un puesto de trabajo, elige los estudios más fáciles y sencillos, los que exigen menos esfuerzo intelectual. Por otro lado, el esfuerzo económico lo tienen que hacer todos los estudiantes con la privatización total del sistema educativo superior, pero el Estado no provee de becas o ayudas a los jóvenes para sufragar los gastos. Tan sólo, en caso de necesidad, se acude a entidades financieras de préstamo de dinero que compensan sus elevados intereses con el largo plazo de devolución del capital prestado (unos 20 años; o sea que hasta los 40 años estás pagándote la carrera universitaria).

De este modo, al bajar el nivel de conocimientos universitarios no se hace otra cosa que impedir el desarrollo académico y laboral de la gran mayoría de estudiantes que no pueden seguir el ritmo de cualquier universidad europea o americana.

La sociedad japonesa, con este sistema tan dependiente de los condicionantes entre mercado laboral y mercado educativo-superior no hace más que perpetuarse a sí misma, está obligada a consumir lo que produce. Y está condenada a ello también ya que las titulaciones universitarias no están homologadas con las titulaciones de ningún otro país del mundo. Así que todos estudian para trabajar en Japón , para no poder salir de Japón. Sólo se sale de Japón en vacaciones o cuando la empresa a la que se pertenece abre una nueva sucursal en otro país.

Entonces, sin consultar al trabajador, la empresa decide que te tienes que marchar a trabajar a otro país. Pero ésto último ya es una cuestión que afectaría a la educación como forma de transmisión de los valores sociales a los miembros más jóvenes de la familia, y conllevaría más espacio del que teníamos previsto en este trabajo. Nuestro tema son las universidades y el mercado laboral japonés.

La gran mayoría de las universidades japonesas no están a la altura de los contenidos y exigencias académicas de las universidades europeo-americanas. De hecho, de entre las carreras de ingeniería de las mejores universidades alemanas los alumnos que quieren recibir un Master o doctorado específico en su formación eligen una universidad inglesa o americana antes que una japonesa. ¿Por qué, si en Japón el desarrollo de la tecnología es el más elevado del planeta? ¿acaso en los últimos 10 años ya no resulta tan elevado el nivel japonés? ¿o es más bien la clásica cuestión de la dificultad del idioma?

Los ascensos laborales garantizados de por vida, se sepa perfectamente o no qué hay que hacer en un escalafón superior, son una trampa que está frenando los piés a las espectativas de crecimiento y sostenibilidad de grandes empresas como Rail Japan. La policía, por su parte, está excesivamente preocupada porque las calificaciones de los nuevos agentes de la policía científica han sido en el año 2006 las peores en la historia, y los cuerpos superiores encargados de formar a los inferiores se están empezando a jubilar. Las mejores empresas niponas siguen demandando expertos, y técnicos extrangeros licenciados en ingenierías, arquitectura para ocupar los más altos cargos de las compañías, y cada vez más.

Por otro lado, a los mejores alumnos y más adinerados los envían a estudiar al extranjero en ciencias tecnológicas y/o bio-médicas. Saben de muy cerca que la generación que forjó el mito del desarrollo tecnológico en los años ’70 y ’80, hijos del “baby boom” japonés de los ’50, están a punto de jubilarse, y reconocen que las generaciones que vienen no están suficientemente preparadas para ocupar los puestos de mando y garantizar el relevo generacional sostenible del país.

La sociedad japonesa del pasado siglo XX no esperó a que llegase el futuro, sino que más bien se dedicó a inventarlo adelantándose al resto de las sociedades. Ahora, empezado el s.XXI, en nuestra opinión, tendrá esforzarse en reinventar su futuro, laboral, educativo y social.

Víctor J. Gómez Macanás.
Licenciado en CCEE por la Universidad de Oviedo

Material utilizado para esta aportación:

-Sobre la generación perdida y el cambio generacional de la sociedad:

http://www.time.com/time/asia/magazine/2000/0501/japan.essaymurakami.html

http://www.shuttingoutthesun.com

http://timesonline.co.uk/article/0,,3-1600980,00.html

-Sobre el futuro de la sociedad y culturas japonesas:

http://www.habri.co.uk

http://www.alumni.berkeley.edu/calmag/200609/japan.asp

-Sobre la enfermedad Hikikomori, el suicidio juvenil y sus posibles explicaciones:

http://www.hikikomori.dk

http://www.blackwell-sinergy.com/links/doi/10.1111/j.1475-6781.2004.00057.x/pdf?cookieSet=1

http://www.bahx.com/hikikomori.html
(es una película dirigida por Adorio Strange para mostrar los síntomas y realidades de las presiones que influyen en la aparición de esta enfermedad japonesa).

http://news.bbc.co.uk/2/hi/programmes/correspondent/2336883.stm

http://www.iht.com/articles/2006/01/13/news/shutins.php

http://www.shuttingoutthesun.com/wordpress/

-Listado de todas las universidades de Japón, con enlaces de acceso directo:

http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_universities_in_Japan

http://www.nigelward.com/top30.html
(Aquí sólo las 30 mejorcitas, de unas 500 en total).

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