lunes, 31 de agosto de 2009

Ingusetia: inestabilidad en el patio trasero de Rusia

Número 16/agosto-septiembre 2009
Esteban del Sar

En Ingusetia, una pequeña república perteneciente a la Federación Rusa, en la región norte del Cáucaso, de tan solo 3.600 km ² y vecina a Chechenia, la escalada de violencia vivida durante el presente año es alarmante y no debe pasar desapercibida. El ataque suicida del pasado día 22 de junio contra el líder de la República de Ingusetia, Yunus Bek Yevkurov, (que estaba en el gobierno desde hace menos de un año) que acabó hospitalizado y gravemente herido (1),  ha puesto de nuevo en el centro de la agenda de seguridad rusa a la región norte del Cáucaso. El gobierno ha acusado de este hecho a  grupos radicalizados que buscan desestabilizar a la región, y que son financiados desde el exterior.

En línea con estas acusaciones, se sabe que este ataque fue perpetrado por el grupo terrorista Riyadus Salikhin, ("Jardín de los puros"), batallón de reconocimiento y sabotaje de los "Mártires chechenos". Esta agrupación utiliza métodos terroristas como herramienta para crear y asegurar la existencia de un estado musulmán e independiente en la región norte del Cáucaso. Shamil Basayev, su fundador, muerto en el año 2006, afirmó en su momento que fueron responsables de la masacre de Beslam en el año 2004, donde tomaron rehenes en un colegio de Ingusetia y mataron alrededor de 330 civiles, la mayoría eran  niños. Anteriormente fueron conocidos en el año 2002, cuando estuvieron involucrados en la toma de rehenes del teatro Dubrovka, en Moscú.

El grupo fue calificado de organización terrorista por el gobierno de los Estados Unidos en el año 2003, y luego por el Comité del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, incluyéndolo en la lista de agrupaciones relacionadas con Al-Qaeda (Resolución 1267). Esto fue a petición de los EEUU, Rusia, España, el Reino Unido y China (2).  El autoproclamado "Emir del Cáucaso", Doku Umarov, había declarado en el presente año que después de un tiempo de inactividad, la unidad estaba de nuevo activa, preparando un año de ofensivas. El grupo se creía inactivo en el año 2006 tras la muerte de su líder Shamil Basayev.

La estabilidad se ve una vez más amenazada por la violencia ejercida por estos grupos, violencia que pareciera por momentos haber sido apaciguada en Chechenia después de las guerras de 1991 y 1999, pero que se extendió más allá de sus fronteras hacia las vecinas Ingusetia y Daguestán. Combatientes islamistas luchan allí contra las políticas dictadas por Moscú y las autoridades nombradas para las entidades federales de una región de mayoría musulmana y no ortodoxa cristiana como el resto, que tiene su propio lenguaje, y  que ha sufrido el puño de hierro de las autoridades leales al Kremlin durante los últimos años. Sin duda las condiciones sociales de Ingusethia, y de la región en general, son un factor de peso a la hora de explicar los hechos de violencia. Con picos de desempleo que rondan el 50 % y prácticas de corrupción a la orden del día, es importante el número de personas que encuentran en las formas más extremas de violencia una salida a esta situación.

El aumento de la violencia en los últimos meses ha sido notable. Además del intento de asesinato contra Yevkurov también fue asesinada en junio una trabajadora humanitaria, perteneciente a la organización no gubernamental Memorial. Natalia Estemirova fue secuestrada en su casa en Chechenia, y encontrada luego muerta en Ingusetia. Aquí las causas pueden ser más complejas, ya que la ONG acusa al gobierno de Chechenia de este hecho. Otro hecho de violencia implicó el asesinato del Ministro de Interior de Daguestán.

En el mes de julio, producto de  una emboscada, murieron nueve policías y fueron heridos otros diez. Todos ellos viajaban en un convoy que regresaba de una operación conjunta con fuerzas del gobierno chechenio y fueron atacados con ametralladoras y granadas de mano. El pasado 2 de agosto, tres funcionarios del Departamento de Emergencias fueron asesinados durante un tiroteo, después de que un grupo de individuos abriera fuego contra ellos. Un informe del Centre for Stategic and  International Studies ha mostrado como los niveles de violencia en Ingusetia han experimentado un notable incremento a partir de enero de 2008(3). El presidente ruso, Dimitri Medvedev, calificó la situación como "muy difícil", y pidió a las FSB (ex KGB), a la policía local y a las fuerzas armadas que actuaran con mayor eficacia. Asumió que se cometieron errores estratégicos en la lucha,  por ejemplo no adaptarse a los cambios de estrategia que adoptaron las fuerzas rebeldes y que ahora luchan en pequeñas células.

En el presente artículo, tomaremos dos variables para intentar explicar algunos de los rasgos de la creciente violencia y conflictividad vivida en Ingusetia. En primer lugar, el factor islámico con los cambios que ha sufrido en los últimos años donde ha pasado a ocupar el primer lugar entre los elementos movilizadores. Luego, veremos como la situación en la vecina Chechenia ha influenciado e impacta en Ingusetia, generando una propia dinámica de política regional que el Kremlin intenta controlar. Como resultado, buscaremos revelar algunas características de un conflicto poco tratado por los medios de prensa y de una región sumergida de nuevo en un contexto de inestabilidad.

El factor islámico

Como se dijo anteriormente, Ingusetia tiene una población de mayoría musulmana, contrariamente a la religión ortodoxa cristiana practicada en Rusia y posee además su propio lenguaje. La introducción del Islam fue hacia el siglo XIX (2) y tras la interrupción marcada por el período soviético, retomó su impulso al finalizar éste. A grandes rasgos, existen dos formas de islamismo en la región: la forma tradicional, y el wahabismo, con características más politizadas y radicales. Estos últimos aparecieron en primer lugar en Daguestán, y luego en Chechenia a medida que la población local comenzó a empobrecerse notoriamente después de la caída de la Unión Soviética. Dentro del mundo islámico, el wahabismo (o salafismo) es la corriente que pretende restaurar los valores tradicionales del Islam, ya que plantean que se ha distorsionado y debe ser purificado. Fue formalmente suprimido en Ingushetia en el año 1998.

A pesar del parentesco lingüístico, étnico y a grandes rasgos religioso con Chechenia (en ambos domina la corriente suní del Islam), existen en este último punto diferencias de forma. En primer lugar, el Islam en Ingusetia no ha tenido una gran tradición de militancia política ya que los líderes espirituales no han participado activamente en cuestiones vinculadas al gobierno, y además, no han reclamado la aplicación de la Sharia (ley islámica). Así la vinculación con el extremismo, como ha existido en Chechenia, aquí históricamente no ha tenido razón de ser. La religión ha tenido mayor impacto y peso histórico en Chechenia donde el wahabismo desafía al Islam tradicional. Aquí se produce un distanciamiento con la forma que adopta en Oriente Medio. A pesar de que en ambos lugares persiguen la purificación del Islam, las características distintivas surgen por el hecho de desafiar al Islam tradicional, ya que los seguidores de ésta ven al wahabismo asociado a ideas foráneas  e influencias extranjeras, que pasa a representar así una amenaza a sus valores y creencias.

El wahabismo pasó entonces a negar la realidad histórica de Chechenia. Las relaciones entre ambas corrientes se deterioraron finalizada la segunda guerra de Chechenia, en 1999. Durante ella, ambas se habían encontrado frente a un enemigo común, las tropas de la Federación Rusa. La corriente del wahabismo pasó luego a aspirar a una sociedad musulmana pura, organizada en base a la sharia y a un estado islámico para toda la región norte del Cáucaso. Como las repúblicas de esta región, entre las que se incluye Ingusetia, no aspiraban a separarse de Rusia y la población no simpatizaba con el extremismo islámico, la única forma de éxito religioso fue el camino de la violencia, declarando la yihad (guerra santa) contra los infieles. Pasaron así a desafiar abiertamente el orden establecido en la región, primero mayoritariamente en Chechenia, para luego expandirse a Daguestán, y luego a Ingusetia, donde hoy son los responsables de  la escalada de la violencia vivida.

De esta manera el contexto ha cambiado notoriamente. Hoy en día bajo el liderazgo de Doku Umarov, (el autoproclamado Emir del Cáucaso), la causa islamista ha pasado a dominar a los grupos insurgentes, dejando a la causa histórica, el nacionalismo, que fue el principal factor durante la guerra de Chechenia, en segundo plano. Umarov es uno de los últimos líderes rebeldes chechenos sobrevivientes de la época de las guerras y declaró el Emirato Islámico del Cáucaso el 22 de noviembre del año 2007 (3). Su proclama emitida en aquel entonces es más que sugerente. En ella, hizo hincapié en la importancia de implementar la ley islámica y de combatir a los infieles. El "Emir de los Muyahidines del Cáucaso" declaró en ella que incluía a todas las repúblicas de la región bajo su mandato, incluyendo así a Ingusethia y que la terminología étnica, territorial o colonial referida al Cáucaso quedaba fuera de la ley. Además, en la misma apoyó la lucha de Al-Qaeda, y dijo que "hoy en día, nuestros hermanos en Afganistán, Iraq, Somalia y Palestina están luchando". El enemigo, siempre según Umarov, además de ser Rusia es también todo aquel que pelee contra el Islam y los musulmanes. Tras la muerte de Shamil Berayev (el antiguo líder del Riyadus Salikhin), Umarov lideró la reorganización de la yihad chechena, tal y como lo aseguró en aquel entonces el líder de Al-Qaeda en Chechenia, Abu Hafs al Urdini. Umarov está acusado de haber participado y sido cómplice en la masacre de Beslam en el año 2004. En esta escuela de Ingusethia, durante una toma de rehenes murieron 344 civiles, entre ellos 186 niños. Fue una matanza que nadie ha olvidado. Testigos dicen que se arrojaban cuerpos por las ventanas desde dentro de la escuela...

De esta forma vemos que el factor islámico con el tiempo ha sufrido una mutación en Ingusetia, radicalizándose y vinculándose abiertamente con Al-Qaeda, cambiando sus objetivos y forma de accionar. A la vez podemos dejar a la vista como la suerte de esta pequeña república está siempre ligada a su vecina Chechenia y todo lo que ocurra en ella le influenciará.

Chechenia: diferencias e influencias

Vale recordar el parentesco cultural que existe entre Chechenia e Ingusetia, dos territorios que en la época de la URSS supieron formar uno solo, la República Checheno- Ingusetia, creada en 1934. Esta fue dividida en 1991 para aislar a los separatistas chechenos que liderados por Dzhakar Dudayev querían establecer una república independiente de Rusia.
A pesar de que a simple vista se podría asegurar que la situación en Ingusetia es similar a la vivida durante los años 90 en Chechenia, la realidad es que las diferencias son mayores que las similitudes aunque lo que ocurra en Chechenia inevitablemente siempre tenga su correlato en la pequeña vecina que es Ingusetia. En primer lugar, como ya se apuntó, el radicalismo islámico ha reemplazado al nacionalismo como fuerza movilizadora de los grupos insurgentes y radicalizados. El nacionalismo era el principal factor presente en Chechenia durante 1991 cuando se declaró la independencia y se luchaba por lograr la plena separación con Rusia. Una segunda diferencia radica en las características y formas que ha tomado la lucha armada y los hechos violentos. Las ofensivas a gran escala han sido escasas después de la masacre del año 2004 en la escuela de Beslam y se ha pasado a operar por medio de pequeñas unidades autónomas, utilizando otras metodologías a la vez (ataques suicidas en mayor número).

Tampoco se ha visto por el momento la gran movilización de tropas federales, como sí ocurrió en Chechenia durante 1994 y 1999 y en Ingusetia las operaciones contrainsurgentes son llevadas a cabo directamente por las tropas dependientes de las autoridades locales. Aunque las directivas y alineamientos básicos no dejan de provenir del Kremlin, los líderes locales tienen cada vez más poder de acción, como es el caso del checheno Ramzan Kadyrov y de Yunus Yevkurov, el líder inguseto recientemente atacado. Por último, el contexto político, tanto a nivel nacional como internacional, dista de ser similar. El contexto nacional en el que ocurre la primera y segunda guerra de Chechenia era de debilidad y reorganización tras de la caída en 1991 de la U.R.S.S. La situación económica y social era más grave que la actual (que dista de ser la ideal) y el mismo ejército que combatió estaba en pésimas condiciones morales y también en cuanto a equipamiento. Hoy en día, el gobierno ruso tiene un mayor control a nivel federal sobre toda cuestión, lo que evita que Ingusetia caiga en una situación semejante a la vivida en Chechenia. También posee una mejor situación económica, lo que permite otorgar subsidios.

Pasando al plano internacional los atentados del 11 de septiembre de 2001 han puesto en el centro de la escena la amenaza terrorista y Rusia ha llegado a cooperar con los EEUU contra este enemigo en común.  A raíz de las campañas de los EEUU en Afganistán e Irak, en el marco de su "lucha contra el terror", diversas agrupaciones islámicas tomaron el camino de la radicalización, declarando la yihad, o "guerra santa" contra todo aquel que apoyara a los EEUU.  Más concretamente Al-Qaeda ha consolidado su presencia en diversos puntos del mundo, entre ellos Ingusetia, lo que es una señal alarmante para las autoridades rusas.

Desde una óptica más regional, vemos que a partir de mediados de mayo, Ingusetia y Chechenia llevaban adelante de forma conjunta operaciones antiterroristas a lo largo de la zona fronteriza. Las fuerzas de seguridad de Chechenia recibieron órdenes del Kremlin de asistir a Ingusetia en la lucha contra el radicalismo después del atentado contra Yevkurov. Así una vez intensificadas las operaciones de seguridad durante el mes de julio fueron abatidos 27 guerrilleros islamistas en diversos operativos realizados. Ahora, con una nueva situación tras el atentado contra Yevkurov, el líder checheno, Ramzan Kadyrov, puede ver ampliada su influencia en la región por más que Moscú quiera intentar contrarrestarlo. Para sustituir al líder de Ingusetia, se le ofreció temporalmente el lugar al Gral.

Ruslan Aushev, un exitoso dirigente local tiene el apoyo de líderes de la oposición  y de activistas de derechos humanos. Kadyrov no reaccionó bien ante este nombramiento, ya que seguramente limitarán su influencia y sus ambiciones en la región. Yevkurov, y Kadyrov habían tomado direcciones opuestas en cuanto a sus políticas aplicadas contra los problemas de seguridad. El primero trataba de llevar adelante un mayor diálogo con los grupos extremistas y defendía la aplicación de la ley federal y de los derechos individuales, ganándose así el respeto de distintas organizaciones de derechos humanos. Kadyrov, por su parte, aplicó una mano de hierro contra los grupos extremistas y persigue a los clanes opositores. En abril del presente año, Rusia dio por finalizadas sus operaciones en Chechenia llevadas a cabo desde hacía una década  y retiró los 20.000 soldados asignados allí, por lo que cabría preguntarse si la escalada de violencia de los últimos meses en Ingusetia tiene alguna relación con esto. Los niveles de violencia en Chechenia y en la vecina Daguestán también han permanecido altos, por lo que el verdadero motivo del retiro no está del todo claro y podría deberse a razones más bien económicas. (6)

Conclusión

La escalada de violencia que viene sufriendo Ingusetia pone en jaque una vez más la seguridad de la región norte del Cáucaso y los intentos de Rusia por pacificarla. Antes fue Chechenia y hoy es Ingusetia el foco donde la violencia encuentra su expresión más extremista, aunque es la región entera la que ve en peligro su estabilidad. El desafío hoy en día ya no es el separatismo como lo fue hace 18 años en Chechenia cuando esta declaró su independencia,  sino que ahora la amenaza es el extremismo islámico y se ha expandido por toda la región. Además se trata de una amenaza con claros vínculos con el exterior, en este caso con la red Al-Qaeda, lo que la vuelve aún más difusa y difícil de contrarrestar. Rusia debería intentar repetir algunas ideas de la experiencia llevada a cabo en la vecina Chechenia, donde prestó su apoyo a la facción más moderada bajo el gobierno de Akhmed Kadyrov primero y luego de su hijo Ramzan. Se logró imponer cierto orden con métodos sin duda cuestionables, como la persecución a todo sospechoso y opositor, pero a la vez se tentó a los guerrilleros con la posibilidad de integrarse en la milicia local (la Kadyrovsti) y como consecuencia los índices de violencia, lejos de desaparecer, han disminuido.

Pero no debe permitirse que Kadyrov aproveche la situación para dar rienda suelta a sus ambiciones y expanda su ámbito de influencia y aquí el Kremlin deberá saber decirle que no, dejando que las autoridades de Ingusetia manejen la pacificación (aunque la cooperación con Chechenia, como se viene haciendo, es más que útil). Otra cuestión que debe abordarse es la constante corrupción que, dados los niveles altísimos que alcanza, corroe toda la estructura institucional y el desempleo, factor que sin duda lleva a muchos jóvenes a unirse a las fuerzas guerrilleras extremistas Riyaudus Salikhin. La situación es muy compleja en Ingusetia y por ello ha pasado a convertirse en uno de los lugares más violentos del mundo. Aplacar este foco de extremismo depende de cómo Rusia encuentre una solución lo más pacífica posible (si se puede), teniendo en cuenta que sin duda no querrá perder su influencia ni autoridad en esta región ante los intereses extranjeros de cualquier tipo, y que una opción militar seria muy costosa a nivel internacional.

Esteban del Sar
Ciencia Política, orientación en Relaciones Internacionales, Universidad de Buenos Aires (UBA), Buenos Aires, Argentina

Bibliografía

(1) Diario EL País, España: http://www.elpais.com/articulo/internacional/presidente/Ingushetia/estado/grave/ataque/elpepuint/20090622elpepuint_6/Tes
(2) Center for Defense Information, http://www.cdi.org/program/document.cfm?DocumentID=1330
(3) The long war journal,  http://www.longwarjournal.org/archives/2007/11/doku_umarov_declares.php
(4) Centre for Strategic and International Studies, Violence in the North Caucasus, http://csis.org/files/publication/090512_violence_in_the_nc.pdf
(5) Bowers, Stephen; Akhmadov, Yavus y Derrick, Ashley :  Islam in Ingushetia and Chechenya, Helms School of Government.
(6) Sarah Mendelson, Peace in Chechenya?, Centre for Strategic and International Studies, http://csis.org/files/media/csis/pubs/090416_chechnya.pdf

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