martes, 26 de agosto de 2008

La Cuba de Fidel

Texto: Juan Luis Dorado Merchán
Fotografía: Global Affairs


La Isla puede prepararse para vivir un nuevo periodo especial, como el que vivieron en los 90 tras dejar la mano de la Unión Soviética. Pero muchos analistas coinciden en que el Gobierno cubano afronta esta crisis con más tranquilidad ya que el apoyo de Venezuela en materia de petróleo y de Bolivia en el suministro de gas, pueden hacerles enfrentar esta dura situación con cierta tranquilidad. Pero las cosas no mejoran en Cuba. Y ese es el auténtico problema para la población, no la salud de Fidel Castro, a quién muchos cubanos ya han quitado de su pensamiento del día a día, en el que sólo luchan por sobrevivir un día más. El centro de la Habana, Cuba. Photo: Global Affairs. Y es que ya han pasado 50 años, medio siglo, desde que la Revolución se alzó contra Batista. Han transcurrido cinco décadas desde que Fidel entró glorioso en La Habana en loor de multitudes. Y en este tiempo, todo el mundo ha cambiado, pero en Cuba parece que no pasa el tiempo. Sólo es necesario mirar los coches que se mueven por La Habana. Y Fidel sigue ahí. Quizás ahora como Soldado de las Ideas desde su desatendido blog. Tal vez como el ideólogo o el ventrículo que mueve un muñeco a su antojo (que sería su hermano Raúl y toda la Isla). Pero Fidel sigue presente. En todo este tiempo, Castro ha sobrevivido a atentados, a varios presidentes de Estados Unidos y a la mayor crisis que se recuerde en la Guerra Fría, la de los misiles. Palabras del Che, Habana, Cuba. Foto: Global Affairs. Este socialismo chino con caracteres cubanos o comunismo cubano con caracteres chinos, podría ser la última válvula de escape para un Régimen que, o bien se moderniza y se adapta, de una vez a los tiempos; o bien desaparece porque, si Obama busca la normalización de las relaciones a todos los niveles, el discurso de la plaza sitiada ya no tendría sentido. Ni para los cubanos ni para el resto del mundo. Cristo de la Habana. Foto: Global Affairs. ¿Qué depara ese futuro? Nadie lo sabe. La estructura de la Revolución está fuertemente asentada en la Isla. Y el Partido controla al milímetro la situación de los cubanos, aunque estos, con ingenio, logran llegar a fin de mes tratando de burlar las duras normas que los Castro imponen para el día a día. Y es que el pueblo cubano, olvidado en la mayoría de las teorías sobre la transición cubana, será el gran protagonista cuando Fidel ya no esté. Son los cubanos que siguen en la Isla y los del exilio en Miami, los de un lado y los de otro, los que tendrán que sentarse en una mesa para dibujar la Cuba que quieren para sus hijos.