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jueves, 20 de enero de 2011

Las dos Coreas, ¿Guerra o diálogo?

Número 23/enero-marzo 2011
Iván Giménez Chueca

El pasado 2010 será recordado como uno de los de mayor tensión en la Península de Corea. Tras el bombardeo de la isla Yeonpyeong y el hundimiento del barco de guerra Cheonan, el tono de las acusaciones entre Seúl y Pyongyang adquirió una agresividad que a muchos les hizo pensar que la guerra podría ser inminente.

La entrada de 2011 ha ayudado a rebajar la tensión y a disipar en buena medida el clima prebélico. En este marasmo de incidentes armados, amenazas, maniobras para mostrar músculo militar y llamamientos de la comunidad internacional a la contención, se dibuja un escenario de continuidad en las dinámicas que han definido la relación entre las dos Coreas durante los últimos 60 años. En este sentido, todos los eventos sucedidos en los últimos meses deben enmarcarse en la cuestión del programa nuclear del régimen norcoreano y de las cuestiones territoriales aún sin resolver por el armisticio de 1953.

Fuego en el mar de China

El 23 de noviembre la artillería norcoreana lanzó decenas de obuses sobre la isla de Yeonpyeong matando a dos militares surcoreanos y dos civiles. Corea del Sur respondió al ataque pero no trascendió si hubo bajas en el otro bando. Pyongyang aseguró que su ataque respondió a una serie de maniobras con fuego real que hizo su vecino meridional y algunos obuses habrían caído en aguas territoriales de Corea del Norte. Este hecho fue posteriormente reconocido por  Seúl.

Inmediatamente la comunidad internacional mostró su alarma y la retórica belicosa de ambos bandos hizo pensar en lo peor. Corea del Sur vio manifestaciones de ciudadanos que clamaron venganza, y realizó unas maniobras militares conjuntamente con EEUU, que desplegó el portaaviones George Washington en toda una muestra de su músculo. Por su parte, el régimen de Pyongyang hablaba de una "guerra santa con armas nucleares" al ver el despliegue frente a sus fronteras.

Durante un mes se vivieron unas semanas de tensión que hacían presagiar una guerra. Seúl tampoco olvidaba el hundimiento del barco de guerra Cheonan donde murieron 46 marineros el 26 de marzo; una comisión internacional acusó a Corea del Norte de ser el responsable del hundimiento, algo que siempre ha negado Pyongyang.
Pero como suele suceder con Corea del Norte, los acontecimientos tomaron un giro inesperado. En el momento que parecía que las espadas estaban más en alto, y cuando parecía inevitable un nuevo incidente armado con los dos ejércitos movilizados en las fronteras; el régimen comunista ofreció diálogo a Corea del Sur el último día de 2010. Seúl ha recibido la noticia con cautela e incluso cierto rechazo inicial, pero parece que ahora se abre una vía al diálogo que, sin duda, rebajará la tensión en la Península Coreana.

Las explicaciones del ataque

El bombardeo de Yeonpyeong y el hundimiento del Cheonan han sido dos de los incidentes armados más importantes de los últimos años entre las dos Coreas. En especial el ataque a la isla fue grave ya que se produjo sobre una zona habitada por civiles. Los expertos han buscado una explicación a esta escalada y básicamente se pueden agrupar en tres motivos: la cuestión nuclear, la sucesión de Kim Jong Il o disputas fronterizas no resueltas.

Soldados desfilan en Corea del Norte. Fuente: Democratic People´s Republic of Korea



Conviene recordar que las negociaciones a seis bandas sobre el programa nuclear norcoreano están estancadas desde abril de 2009. Pyongyang las aceptó para recibir ayuda humanitaria internacional para aliviar el empobrecimiento y la hambruna de su población. Pero tras el cese de las conversaciones, parece que la situación de hambre se ha agravado enormemente (1).

En este sentido el régimen norcoreano habría querido llamar la atención con estos ataques y reforzar su posición para retomar las negociaciones y recibir la necesitada ayuda para su población. Muchos expertos que han defendido esta interpretación también recuerdan que los norcoreanos revelaron a Stephen Bosworth, enviado especial de EEUU al país, una planta de enriquecimiento de uranio con más de 1.000 centrifugadoras funcionando a pleno rendimiento, pocos días antes del ataque sobre la isla Yeonpyeong. El diplomático estadounidense aseguró que se trataba de una revelación preocupante y que Washington no podría retomar las negociaciones mientras hubiera programas activos. (2)
En el caso de la sucesión de Kim Jong II, se podría tratar de que su hijo, Kim Jong-on, se quisiera ganar el respeto y prestigio entre los sectores más belicosos del ejército provocando estos incidentes armados. Su propio padre fue el responsable de una serie de acciones armadas y terroristas contra Corea del Sur y sus aliados.

Pero también habría otra visión teniendo en cuenta la influencia de las Fuerzas Armadas norcoreanas y más preocupante aún si cabe. Se trataría de que el ejército habría actuado por su cuenta o imponiéndose a los sectores civiles del régimen, y así demostrar su fuerza con el hundimiento del Cheonan (donde probablemente se habría utilizado un nuevo prototipo de minisubmarino de ataque) o la capacidad de respuesta al fuego de las maniobras surcoreanas que desembocaron en el bombardeo de la isla.

Por último, se podrían situar los incidentes armados no en la vía de los relativamente nuevos focos de tensión (programa nuclear y sucesión de Kim Jong Il) sino en una cuestión más antigua como las disputas territoriales derivadas del armisticio que puso fin a la guerra en 1953.

Este pacto delimitó perfectamente la frontera terrestre entre ambas Coreas en el célebre paralelo 38 y en las costas orientales. Pero las aguas occidentales y en especial en la estuario del río Han quedaron cuestiones pendientes. Corea del Norte reclama una soberanía de 12 millas náuticas, lo que englobaría algunas de estas islas como es el caso de Yeonpyeong. Mientras que la ONU en el momento de firmar el armisticio sólo le otorgaban tres millas. La línea divisoria se ha conocido como Northern Limit Line.

La disputa sobre las aguas territoriales ha provocado incidentes desde hace décadas como el caso del apresamiento del barco estadounidense USS Pueblo en 1968. Más recientemente, en la última década la Northern Limit Line ha vivido una gran cantidad de incidentes armados, tal y como se apunta en el informe de International Crisis Group, "The Risks of War in Yellow Sea." (3). En conclusión, estos choques armados no estarían tan vinculados a la cuestión nuclear, sino a esta antigua rencilla.

Signos de diálogo

La retórica belicista que se ha vivido a finales de 2010 se agravó con el discurso agresivo de Corea del Sur. Seúl cambió su tradicional política de contención por un discurso más agresivo y de dureza con el norte; incluido el propio presidente, Lee Myung Bak. Asimismo el ataque sobre la isla Yeonpyeong tuvo sus consecuencias políticas con la dimisión del ministro de Defensa, Kim Tae-young, tras las duras críticas dirigidas por el ataque. (4)

Durante el mes siguiente al bombardeo de Yeongpyeong parecía que el riesgo de guerra era muy elevado. Las amenazas cruzadas en la Península y los ejercicios militares con participación de EEUU hacían presagiar que cualquier nuevo incidente armado podría ser fatal para la estabilidad internacional. Nuevamente, Corea del Sur dio un paso más al amenazar con ataques aéreos si sus tropas o territorio volvían a ser objetivo del fuego norcoreano.
Pero esta tensión creciente se comenzó a relajar a finales de año cuando Pyongyang comenzó a dar señales de que quería reabrir el diálogo. Primero con declaraciones en los medios oficiales y luego reabriendo las vías de contacto más directas entre las dos Coreas, a través de una "línea roja" de contacto entre ambos gobiernos y que había quedado interrumpida desde mayo por el ataque sobre el Cheonan.

Corea del Sur ha puesto como condición indispensable para retomar el diálogo tratar la cuestión nuclear y hacer concesiones, y no simplemente buenas palabras. Estados Unidos y China ven en este clima de diálogo una buena posibilidad para retomar las conversaciones a seis bandas sobre la cuestión del arsenal atómico de Pyongyang. (5)

De todas formas, EEUU sigue mostrando sus preocupaciones por las capacidades armamentísticas de Pyongyang. Tal y como ha manifestado recientemente Robert Gates, Secretario de Defensa, en su gira asiática: "la habilidad de Corea del Norte para lanzar otra invasión terrestre convencional está degradada desde hace una década, pero en otros aspectos se ha vuelto más desestabilizadora". En una clara referencia a los programas con misiles y de armamento nuclear del régimen estalinista. (6).

Iván Giménez Chueca
Es periodista freelance y Máster en Estudios de Asia y Pacífico de la Universidad de Barcelona. Colabora semanalmente como Blogger sobre temas de política asiática en el semanario on line estadounidense The Urban Times (www.theurbn.com) y es autor del libro "El Nuevo Gran Juego en Asia Central" (Editorial Popular, 2009).

Bibliografía
(1) THE TIMES, North Koreans fears the country is on the verge of a new famine, 20 de marzo de 2010 en  http://www.timesonline.co.uk/tol/news/world/asia/article7069225.ece

(2) THE GUARDIAN, North Korean nuclear plant "not a crisis", 22 de noviembre de 2010 http://www.guardian.co.uk/world/2010/nov/22/north-korea-nuclear-plant-crisis
(3) International Crisis Group The Risks of War in Yellow Sea, Asia Report Nº 198. 23 de diciembre de 2010, en http://www.crisisgroup.org/en/regions/asia/north-east-asia/north-korea/198-north-korea-the-risks-of-war-in-the-yellow-sea.aspx

(4) STARES, Paul B. On Escalation in KoreaK, 14 de enero de 2011, en http://38north.org/2011/01/on-escalation-in-korea/

(5) THE NEW YORK TIMES. On North Korea, U.S. Shifts Toward Talk, 7 de enero de 2011, en http://topics.nytimes.com/top/news/international/countriesandterritories/northkorea/index.html

(6) BBC, Robert Gates warns on North Korea threat, 14 de enero de 2011, en http://www.bbc.co.uk/news/world-asia-pacific-12188594

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