lunes, 17 de enero de 2011

Brasil: el conflictivo reconocimiento de Palestina

Número 23/enero-marzo 2011
Roberto Brocate Pirón

El último legado del ya ex Presidente de Brasil Luis Inacio Lula da Silva demuestra en qué medida Oriente Próximo se ha establecido como un enclave estratégico en la política exterior de Brasilia. Prueba de ello es la concertación con el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, para la construcción de la primera embajada palestina en Sudamérica. Este acto es una consecuencia directa de uno de los movimientos geopolíticos más importantes que ha dado Brasil en los últimos meses y que no es otro que el reconocimiento del Estado de Palestina bajo las fronteras de 1967 (1).  Con este movimiento estratégico en el tablero de Oriente Próximo el Gobierno brasileño no busca otra cosa sino pacificar y atemperar las tensiones que se llevan dando en los últimos meses y manifiestan su interés en salvaguardar los derechos humanos y la democracia en Palestina. El acuerdo de paz, iniciado por la Secretaria de Estado de los EEUU, Hillary Rodham Clinton, se ha estancado ante la inflexible postura del Gobierno de Israel de no parar la construcción de asentamientos colonos en la Franja de Gaza.

Sin embargo, y pese a las buenas relaciones que Brasil mantiene con Israel, la respuesta a este reconocimiento de un Estado palestino no han sido todo lo positivas que cabría esperarse. El ex presidente brasileño Lula da Silva quiso cerrar su mandato en noviembre y diciembre de 2010 con uno de los pilares en los que ha de sustentarse la política exterior de Brasil en los próximos años; que no es otro que la búsqueda de la pacificación de Oriente Próximo. La nueva presidenta, Dilma Rouseff, se ha percatado de la importancia que tendría para su política exterior la potenciación de Brasil como un actor de peso en estas negociaciones. Un hecho que desde luego inquieta no sólo a Israel, sino también a Estados Unidos.

El 24 de noviembre de 2010 el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, remitía una carta al mandatario brasileño con el fin de que el Gobierno de Brasil aceptara el reconocimiento de un Estado palestino con los límites fijados en 1967. La Resolución 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de 22 de noviembre de 1967 (2) afirmaba que "el acatamiento de los principios de la Carta requiere que se establezca una paz justa y duradera en el Oriente Medio, la cual incluya la aplicación de los dos principios siguientes:

a) Retirada de las fuerzas armadas israelíes de los territorios que ocuparon durante el reciente conflicto; (referido a la Guerra de los Seis Días y la toma de los territorios de la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este, la península del Sinaí y los Altos del Golán (Siria).

b) Terminación de todas las situaciones de beligerancia o alegaciones de su existencia, y respeto y reconocimiento de la soberanía, integridad territorial e independencia política de todos los Estados de la zona y su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas y libres de amenazas o actos de fuerza;

Además, afirma la necesidad de:

a) Garantizar la libertad de navegación por las vías internacionales de navegación de la zona;
b) Lograr una solución justa del problema de los refugiados;
c) Garantizar la inviolabilidad territorial e independencia política de todos los Estados de la zona, adoptando medidas que incluyan la creación de zonas desmilitarizadas."





El 1 de diciembre de 2010 el ejecutivo brasileño, liderado por el Presidente Lula daba respuesta a las peticiones del Presidente palestino, Mahmoud Abbas, y de las administraciones de Palestina y reconocía en firme el Estado de Palestina bajo las fronteras marcadas por la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Un compromiso que se ha visto refrendado en América Latina con el reconocimiento del Estado palestino, por parte de otros países como Argentina, Bolivia o Ecuador, más recientemente (3).


Sin duda el Presidente Abbas asume el liderazgo que la administración Lula le ha otorgado a Brasil en la última década, tanto en América Latina, como fuera de ella. Y ello abre nuevas vías para que las estancadas conversaciones de paz, llevadas a cabo por el Cuarteto, es decir Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y Naciones Unidas, puedan verse ampliadas por la presión de otras potencias emergentes.
El tablero geoestratégico de Brasil se ha tornado en los últimos años hacia Oriente Próximo y sus preocupaciones ya no sólo pasan por liderar un proceso regional en América Latina, sino que el Gobierno de Lula ha impulsado una red comercial y diplomática muy próxima a Asia. La  Declaración de Teherán de mayo de 2010, en la cual Irán, Brasil y Turquía se comprometían a realizar un seguimiento de las capacidades nucleares iraníes y a la entrega de 1.200 kg de uranio empobrecido a Turquía para su enriquecimiento en suelo turco, asumen el nuevo papel que la diplomacia brasileña ha decidido adquirir en el los conflictos de Oriente Próximo. Las pretensiones brasileñas de hacerse con una buena parte del poder regional y de quitar protagonismo a Estados Unidos se han manifestado inquietantes para Washington.

A este reconocimiento se han sumado países como Argentina, Bolivia, Ecuador, y otros como Uruguay, Paraguay o Chile están cerca de aceptar el reconocimiento de un Estado independiente de Palestina bajo las fronteras de 1967. México, Perú y Nicaragua están evaluando está posibilidad. Otros países latinoamericanos como Cuba, Venezuela, Costa Rica y Nicaragua ya reconocieron con anterioridad dicho Estado. A estos países de América Latina se suman los países árabes, gran parte de los africanos, asiáticos y de Europa del Este, así como Rusia, China, India o Sudáfrica que también reconocen el Estado palestino

Sin lugar a dudas la estrategia geopolítica de la que está haciendo gala la diplomacia brasileña tiene como objetivo la obtención de un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La renovación del Consejo de Seguridad es un tema que preocupa a muchos países, pero que todavía no tiene un calendario fijado ni un contenido explicito. Sin embargo, las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en las que aseguraba que iba a prestar todo su apoyo a India (4) y Japón en su objetivo de conseguir un asiento permanente en el Consejo de Seguridad alientan una próxima renovación. En este sentido, las estrategias de la política exterior brasileña tratan de integrarse de un modo u otro en la resolución de conflictos como el de Irán o el de Israel y Palestina para poder "hacer méritos" y formar parte de manera definitiva del Consejo de Seguridad.

Al mismo tiempo, el presidente Lula se ha asegurado mantener unas excelentes relaciones comerciales y políticas con Turquía. Un país que en los últimos años ha cambiado su política exterior y que ha dejado aparcada la sempiterna adhesión a la Unión Europea y que manifiesta su interés en sectores estratégicos como el energético o el de defensa. Sus relaciones con Rusia e Irán refrendan esta nueva política en la que se ha integrado también una cooperación comercial, energética y diplomática con Brasil. La cercanía entre Turquía y Palestina se ha visto revalorizada, sobre todo tras el ataque a una flotilla humanitaria turca que llevaba víveres a la Franja de Gaza. De hecho Mahmoud Abbas no esconde su interés en que Ankara actúe de vector positivo para conseguir que más países se sumen al reconocimiento del Estado palestino y Brasil puede actuar como efecto mariposa en las estancadas conversaciones.

La primera piedra para la paz

La firma del acuerdo para la construcción de una embajada palestina en suelo brasileño fue refrendada el 31 de diciembre de 2010 por el Presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, el presidente de la ANP, Mahmoud Abbas, y el Ministro de Exteriores brasileño, Celso Amorim.

Con esta embajada Brasil asume su liderazgo en el continente americano, ya que será la primera embajada palestina que haya no sólo en América Latina, sino en todo el continente americano y a la que podría seguir otra en Ecuador. La visita del Presidente brasileño a Cisjordania en marzo del año pasado refleja el grado de cooperación que en los últimos meses ha adquirido Brasilia con el conflicto de Oriente Próximo. El propio Mahmoud Abbas realizó dos visitas a Brasil en los años 2005 y 2009 con el fin de acercar posturas y buscar una cooperación estratégica más próxima entre el Estado brasileño y la ANP. La presencia de Abbas en la investidura de la nueva Presidenta brasileña, Dilma Rouseff, refrenda la estrecha cooperación que se ha establecido en los últimos meses y anuncia un óptimo grado de cooperación política, económica y social.

En el mismo discurso de investidura Dilma Rouseff manifestaba su profundo interés en que Oriente Próximo sea uno de los puntales de su política exterior, lo mismo que el nuevo Ministro de Exteriores, Antonio de Aguiar, que en sus primeras declaraciones como máximo mandatario de la diplomacia brasileña apuntaba a que la paz y la resolución de los conflictos en Oriente Próximo son uno de los retos a los que su gobierno ha de hacer frente.

[caption id="attachment_2208" align="aligncenter" width="450" caption="ex Presidente de Brasil Luis Inacio Lula da Silva en el Consejo de los Decehos Humanos de la ONU. UN Photo/Jean-Marc Ferre"]ex Presidente de Brasil Luis Inacio Lula da Silva en el Consejo de los Decehos Humanos de la ONU. UN Photo/Jean-Marc Ferre[/caption]
Las buenas relaciones entre la ANP y Brasil responden a toda una serie de movimientos diplomáticos que se han ido manifestando desde inicios del siglo XXI. Ya en 2004 el Estado brasileño abrió una oficina de representación en Ramala, Cisjordania. Asimismo las visitas entre los líderes de la Autoridad Nacional Palestina y Brasil han sido frecuentes en los últimos años. El Presidente Abbas visitó Brasil en mayo de 2005 y noviembre de 2009, mientras el Presidente Lula visitó los territorios palestinos en marzo del año 2010

Junto al apoyo político, que ha llevado a que Brasil haya apoyado la construcción del Estado de Palestina en Conferencias internacionales como las de Annapolis (noviembre de 2007), París (diciembre de 2007) y Shram El-Sheikh (marzo de 2009), el Gobierno brasileño ha realizado aportaciones económicas importantes para proyectos de seguridad alimenticia, salud, educación y proyectos técnicos por valor de 20 millones de dólares. Además, también ha colaborado en proyectos con otras agencias y organismos internacionales como el Banco Mundial, así como diversos programas de las Naciones Unidas como el Programa de Desarrollo o la Agencia de las Naciones Unidas para la asistencia a los refugiados en Palestina.

Decepción y cautela

Las reacciones de Israel ante este reconocimiento por parte de Brasil no han sido todo lo positivas que se podían esperar. La "decepción" y "lamento" hebreo ante los reconocimientos de un Estado libre e independiente de Palestina por parte de Brasilia y Buenos Aires parecen atormentar a la política exterior de Israel que observa con recelo los apoyos palestinos en América. Hasta tal punto ha llegado la sensación de inquietud en las élites hebreas, que el propio ministro de Industria,   Comercio y Trabajo, Binyamin Ben-Eliezer, ha asegurado en varios medios de comunicación que no le extrañaría que en los próximos años el Gobierno de Barack Obama pudiera reconocer el Estado de Palestina. Una aseveración un tanto aventurada ya que no parece que Estados Unidos en pleno proceso de negociación pueda adoptar semejante actuación.
No obstante, los obstáculos al proceso negociador siguen siendo claros por parte del Gobierno israelí que sigue sin querer parar la construcción de sus asentamientos en la Franja de Gaza. El Ministro de Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, ya ha asegurado que la paz con el pueblo palestino "va a llevar una década", y que los procesos de paz que se están llevando a cabo deben ser proseguidos para que el conflicto se pueda resolver.

Las buenas relaciones que se mantienen entre los países sudamericanos e Israel con la firma de un Acuerdo de Libre Comercio entre MERCOSUR e Israel parece que pueden ponerse en peligro. La puesta en marcha de este Acuerdo de Libre Comercio, todavía pendiente de ratificación por parte de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, es el primero con un país de fuera de América Latina y tiene como fin asentar los acuerdos bilaterales que Israel había adoptado con los países del MERCOSUR y que permanecían efectivos desde su firma en Montevideo (Uruguay) en el año 2007 (5).
De hecho Brasil se había asentado como el principal socio comercial de Israel en América Latina con un negocio bilateral de 1.6 billones de dólares durante el año 2008, según datos del Ministerio de Economía brasileño. Estos acuerdos bilaterales se refieren a sectores económicos tan importantes como la nanotecnología o el sector farmacéutico, pero también a aspectos sustanciales de la tecnología militar y espacial.

En las negociaciones que se habían llevado a cabo hasta ahora, Brasil había puesto objeciones a la firma del mismo en tanto no fuera reconocido por Israel un Estado libre e independiente de Palestina bajo las fronteras de 1967 (6). Tras el reconocimiento del Estado Palestino por parte de Buenos Aires y Brasilia habrá que atender a las consecuencias que Israel plantee sobre este acuerdo comercial en un futuro muy próximo. No parece haber sentado muy bien al gobierno israelí el movimiento que estos países sudamericanos han tomado, y por ello y pese a que los acuerdos comerciales con MERCOSUR resultan ventajosos para la economía hebrea, la valoración política y diplomática de los próximos meses puede afectar seriamente a la balanza comercial de ambas partes.

De hecho, el propio MERCOSUR comenzó en su cuadragésima cumbre en Foz de Iguazú (Brasil) en diciembre de 2010 las negociaciones para la firma de un Acuerdo de Libre Comercio con la Autoridad Nacional Palestina, muy similar al planteado con Israel y con Egipto. En este sentido, los países del MERCOSUR también se han planteado acuerdos comerciales con Siria y los Emiratos Árabes Unidos; negociaciones que se han criticado duramente por parte de Jerusalén ya que suponen establecer acuerdos comerciales con países que amenazan la integridad territorial de Israel.

Conclusión

Brasil tiene claro que la estrategia a seguir en el tablero mundial debe pasar por una estrecha relación con los conflictos que asolan Oriente Próximo. El reconocimiento de un Estado libre e independiente de Palestina refrenda su intención de apoyar el proceso de pacificación y de cese de las hostilidades en un conflicto cuasi perenne. Sin embargo, los reconocimientos de varios países sudamericanos a que Palestina se constituya como un país independiente dejan tras de si un reguero que es complicado de explicar.

Ya se sabe que Israel es un país a veces impulsivo y que sus decisiones extrañan hasta a sus más cercanos aliados. Prueba de ello es la negativa israelí a frenar la construcción de varios asentamientos colonos en la Franja de Gaza, pese a las intensas negociaciones que el negociador norteamericano George Mitchell y la Secretaria de Estado de los Estados Unidos llevan a cabo durante los últimos meses. Esta impredecibilidad de los actos del gobierno de Netanyahu dejan al albor cualquier posible respuesta israelí a los actos de apoyo a la causa palestina que Brasil ha llevado a cabo.

Un experto como Jonathan Schanzer asegura en su artículo "A Palestinian State means War", en  Foreign Policy (7), que los movimientos que el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina ha realizado en América Latina suponen un severo contrapeso al proceso negociador que se está llevando a cabo actualmente. Este argumento lleva a pensar en qué grado la búsqueda de apoyo de socios regionales en América expone a Estados Unidos a una aceleración de las negociaciones en pro de que actores como Brasil no puedan socavar su manifiesto protagonismo.
Después de todo ni Rusia, ni la Unión Europea, ni las Naciones Unidas han realizado el más mínimo movimiento en este nuevo proceso de negociaciones. Cada cual por razones bien distintas; la Unión Europea por la crisis interna que vive como consecuencia del desplome económico de varios países del euro, así como su sempiterna postura timorata ante cualquier conflicto que conlleve acciones conjuntas dentro del maremágnum de estados y políticas exteriores europeas. Los países de la UE pretenden establecerse como otro centro de polarización en las negociaciones, de hecho ya se han planteado la posibilidad de reconocer al Estado palestino y como medida de presión han marcado abril de 2011 como fecha límite para que Israel desbloquee las conversaciones (8).

De la misma manera Rusia está preocupada en las presiones políticas de la OTAN y de acuerdos nucleares con Estados Unidos, así como sus intereses energéticos, más que en intentar convencer a Israel de que su posición testaruda con respecto a los asentamientos colonos no van a llevar a ningún sitio, más que al fracaso de las negociaciones. Hecho que tampoco le viene mal a Rusia, bien sea dicho de paso. En cuanto a las Naciones Unidas siguen a lo suyo, es decir a no decir nada.

En una entrevista realizada al ex primer ministro del Reino Unido Tony Blair (9) se le preguntaba el por qué de los movimientos que Palestina ha realizado con Brasil en los últimos meses; en su respuesta manifestaba que la Autoridad Nacional Palestina ha tenido que buscar una salida al enroque y casi jaque mate al que Israel ha llevado a las negociaciones. Palestina, según el propio Blair, tiene que "actuar ante la frustración" que le crea que de nuevo el tablero del ajedrez se haya quedado sin jugadores. Palestina parece que se ha puesto a jugar otras partidas de forma simultánea con el fin de sacar del atolladero las negociaciones de paz.
Seguramente el reconocimiento de Brasil no busque sino mover a Estados Unidos que languidece ante la posición testaruda e inamovible de Israel, pero tampoco parece posible que Barack Obama reconozca un Estado palestino a estas alturas de la partida. Sería algo sorprendente ciertamente que lo hiciera, más teniendo en cuenta que los republicanos acaban de tomar el mando en el Congreso, y que los problemas internos (económicos, sobre todo) cada vez ahogan más a Obama.

Sin embargo, cualquier movimiento se puede dar teniendo delante a Netanyahu y a Israel. Su caparazón impermeable ante cualquier prerrogativa de negociación no hace sino llevar a punto muerto cualquier acción. Preguntarnos si el movimiento llevado a cabo por Brasil y Argentina será lo suficientemente doloroso como para hacer moverse a Estados Unidos o Israel, es toda una incógnita. Se pueden hacer predicciones, pero la imprevisibilidad de una nueva muerte en Gaza o de un atentado suicida, bien sea de Al Qaeda o de cualquier individuo sin conexiones terroristas, puede desembocar en un nuevo conflicto. Veremos si la posición de Estados Unidos se mantiene con su "patio trasero" "ardiendo". Lo que parece claro después de las últimas palabras del Ministro de Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, es que la paz es inviable como mínimo "hasta dentro de una década".

Roberto Brocate Pirón
Investigador Doctoral en la Universidad Complutense de Madrid y periodista

Bibliografía

Ministério das Relações Exteriores. Recognition of Palestinian State Border, 1967. 03/12/2010. http://www.itamaraty.gov.br/sala-de-imprensa/notas-a imprensa/reconhecimento-do-estado-palestino-nas-fronteiras-de-1967
United Nations Security Council Resolution 242 (S/RES/242) http://daccess-ods.un.org/TMP/4870380.html
"Israel ire as Argentina and Brazil recognise Palestine", BBC News. 7 December 2010. http://www.bbc.co.uk/news/world-middle-east-11941172
Sheryl Gay Stolberg and Jim Yardley, "Countering China, Obama backs India for U.N. Council". New York Times. 8 November 2010. http://www.nytimes.com/2010/11/09/world/asia/09prexy.html
MERCOSUR and Israel sign free trade agreement, 18 December 2008. http://www.sice.oas.org/tpd/MER_Isr/Negotiations/sign_s.pdf
Brazil approves FTA between Israel and MERCOSUR, 15 March 2010. http://www.sice.oas.org/tpd/MER_Isr/Implementation/BRA_approval_e.pdf
Jonathan Schanzer, " A Palestinian State means War", Foreign Policy, 9 December 2010,http://www.foreignpolicy.com/articles/2010/12/09/a_palestinian_state_means_war
"EU stops short of outright recognition of Palestinian State". EU Business. 13 December  2010.  http://www.eubusiness.com/news-eu/israel-palestinians.7m2
Elizabeth Dickinson, "Tony Blair looks ahead", Foreign Policy, 16 December 2010, http://www.foreignpolicy.com/articles/2010/12/16/tony_blair_looks_ahead



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