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martes, 24 de agosto de 2010

Hanoi y Washington se unen frente a Beijing

Número 21/julio-septiembre 2010
Alexandre Calvo Cristina

La visita del portaaviones USS George Washington a aguas vietnamitas deja claro que ambos países comparten un fuerte interés en el Mar del Sur de la China. Defienden una solución pacífica de los conflictos territoriales de la zona y pretenden evitar que se convierta en un lago chino.

Doble aniversario pero mirada al futuro

El poderoso portaaviones norteamericano USS George Washington, con base en Japón, ha dedicado unos días a navegar por aguas cercanas a Vietnam, con el beneplácito de Hanoi. El domingo 8 de agosto una delegación de altos oficiales y funcionarios vietnamitas visitó el navío, acompañados por el embajador estadounidense.


Oficialmente la presencia del portaaviones forma parte de la conmemoración del décimo quinto aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas plenas, que tuvo lugar el mes pasado. Refuerza su simbolismo que las aguas escogidas sean próximas a Dan An, escenario del desembarco de marines en 1965 tradicionalmente considerado como inicio de la "fase americana" de la Guerra de Indochina.

Este año se cumplen también los 35 años desde la caída de Saigón, que puso fin a la guerra.

Sin embargo la visita, y en general las actuales relaciones entre Washington y Hanoi, no están marcadas por el pasado sino más bien por el futuro, un futuro en que ambas capitales comparten una serie de intereses y preocupaciones.

Hoang Chi Trung, representante permanente del Partido Socialista de Vietnam en la ONU en una reunión sobre el mantenimiento de la paz en el Consejo de Seguridad. Fuente: Jenny Rockett



En primer término, pretenden frenar la pretensión de Beijing de anexionarse todo el Mar del Sur de la China, convirtiéndolo en un lago. En segundo, desean avanzar en la cooperación en una serie de ámbitos tecnológicos y económicos, entre los que destaca la energía nuclear civil.

El Mar del Sur de la China es rico en recursos pesqueros y en petróleo, y supone una puerta de entrada a la costa china y nexo de unión con el Océano Índico. Beijing reclama todo el mar y en los últimos tiempos ha empezado a referirse públicamente al mismo como uno de sus "intereses fundamentales", categoría tradicionalmente reservada para describir a Tíbet y Taiwán.

Según fuentes militares norteamericanas el USS George Washington fue seguido a una cierta distancia por barcos de guerra chino durante su viaje hacia aguas vietnamitas. No se produjo sin embargo ningún incidente.

Una continuación lógica del toque de atención de Hillary Clinton en Hanoi

La visita del USS George Washington es un paso lógico tras las palabras de la secretaria de estado norteamericana Hillary Clinton en el Foro Regional ASEAN celebrado en Hanoi a finales del mes pasado.

Clinton anunció que la resolución pacífica de las disputas territoriales en el Mar del Sur de la China constituye un "interés nacional" norteamericano, que incluye "la libertad de navegación, acceso abierto a los espacios marítimos asiáticos, y el respeto al derecho internacional", y que Washington se opone al uso de la fuerza o a su amenaza para solucionarlas. Además Clinton defendió un acuerdo multilateral sobre el mar, en lugar de negociaciones bilaterales entre Beijing y cada uno de los países ribereños. Las palabras, si no se acompañan de hechos, no sirven para nada. La diplomacia y el recurso a la fuerza no deben ser vistas como alternativas mutuamente excluyentes, sino que constituyen herramientas complementarias al servicio de los intereses de cada país.
Las declaraciones de Clinton fueron vistas por muchos observadores como un cambio de postura de Washington, que había entendido finalmente la necesidad de parar los pies a China, cuya postura naval es cada vez más agresiva y que ha protagonizado un numero creciente de incidentes los últimos meses.

La reacción de Beijing fue inmediata. Yang Jiechi, ministro de asuntos exteriores, dijo que era un "ataque" contra su país, añadiendo "¿Qué resultados se pueden conseguir internacionalizando el problema? Ello solamente puede hacer que empeore y sea más difícil de solucionar".

Estados Unidos mantiene sin embargo su postura, como quedó claro durante la visita de la delegación vietnamita al USS George Washington, durante la cual el capitán Ross Myers, comandante de su escuadrón aéreo, declaró que "La importancia de las aguas del Mar del Sur de la China y sus implicaciones estratégicas, así como la libertad de navegación, son vitales tanto para Vietnam como para Estados Unidos".

Al ser preguntado sobre la agresiva postura china en este mar, Myers reconoció que "el gobierno y el pueblo chinos están intentando proteger sus intereses" pero advirtió que "Vietnam y sus socios" deben dejar claro que "tienen el mismo derecho a la prosperidad económica y la paz".

Cooperación naval entre Washington y Hanoi

Conscientes de ello, Hanoi y Washington no ven la presencia del portaaviones como un hecho puntual, sino que la enmarcan en una cooperación naval de contenido mucho más amplio.

Esta cooperación incluye visitas regulares de unidades de la US Navy, a finales de semana se espera al destructor USS John McCain, programas de formación e intercambio, reuniones periódicas, y prácticas conjuntas de operaciones de rescate.

Precisamente en los días posteriores a la visita tuvo lugar uno de estos ejercicios conjuntos, oficialmente centrados en las tareas de salvamento.

A nivel económico destaca el hecho que América sea el principal destino de las exportaciones vietnamitas, así como el principal inversor en el país. El comercio bilateral supero los quince mil millones de dólares el año pasado.

Según Carl Thayer, experto en Vietnam de la Academia de las Fuerzas Armadas Australianas, "Vietnam no es partidario de contener a China, pero como la mayoría del resto de miembros de ASEAN le gustaría ver a las grandes potencias anularse mutuamente"

Un acuerdo nuclear en el horizonte

Además de haber superado el pasado, comerciar con creciente intensidad y cooperar militarmente, Hanoi y Washington han dado los primeros pasos hacia un posible acuerdo sobre energía nuclear civil.

Según fuentes del Congreso norteamericano dicho acuerdo contendría una cláusula por la que Hanoi se comprometería a no enriquecer uranio en su territorio, evitando riesgos a nivel de proliferación nuclear. Vietnam ha confirmado públicamente que no tiene intención de enriquecer uranio.

La semana pasada la prensa china publicó varios artículos atacando el acuerdo.

Alexandre Calvo Cristina
Profesor de relaciones internacionales, European University.

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