lunes, 15 de diciembre de 2008

¿El final del mundo tal y como lo conocemos…?

Número 12/Diciembre-enero 2009
Glen Ruffle

Dada la histeria de los medios de comunicación, uno fácilmente podría llegar a la conclusión de que nos dirigimos a la nueva «Gran Depresión» y el desempleo masivo mundial. Todo el mundo le echa la culpa a los demás: los políticos culpan a las autoridades reguladoras; las autoridades a los banqueros; los banqueros a los prestatarios; los prestatarios a los políticos; y todos a Bush. Pero a pesar de todo esto, los Estados Unidos, técnicamente, no han entrado aún siquiera en recesión. Entonces, ¿qué está pasando?

¿Una nueva crisis?

Para empezar merece la pena preguntarse si ésta es una nueva crisis. Mientras que es nueva para América, Europa Occidental y los estados de la angloesfera del pacífico, es sólo otra crisis para el resto del mundo. Los rusos simplemente se encogen de hombros: después de todo, ya han visto sus ahorros de toda la vida eliminados en la década de 1990, así que, ¿por qué no iba a ocurrir otra vez?,

¿y sobre América Latina, donde la mayor parte del continente suele tener algún tipo de problema financiero y donde grandes entradas y fugas de inversiones han ayudado a desestabilizar los gobiernos? Además a finales de los 90, tuvo lugar la crisis financiera asiática. Y es un hecho que todavía hay treinta mil personas que mueren al día de hambre, mientras que la UE y los EE.UU. se preguntan cómo reducir la obesidad. Para el historiador Eric Hobsbawn, todo esto son señales de que el resto del planeta ha estado constantemente en crisis capitalistas, y sólo la estructuración de la economía mundial para proteger los intereses de los gobiernos y consumidores occidentales nos ha protegido en Occidente de estos hechos “normales”.

Etapas

Los sistemas económicos van por lapsos de tiempo: el colapso del mercado de valores actual puede ser el desempleo de mañana. Los efectos tardan en hacerse notar en el sistema. Pero una cosa es segura: no hay camino fácil para salir de la confusión presente. Facilitar más aún el acceso al dinero, como han estado haciendo los bancos centrales de todo el mundo (a costa de miles de millones de los contribuyentes de todo el mundo) está teniendo poco efecto real aparte de malgastar el dinero y detener el avance inevitable hacia la recesión. Hacer el dinero más accesible no estimulará las economías. La gente ya está muy endeudada. Poner más dinero a su disposición a través de préstamos sencillamente no funcionará, pues apenas pueden pagar el dinero que ya deben. Así, la única solución que tienen es reducir el gasto y concentrarse en pagar lo que deben. Sin embargo, esto tendrá como efecto la ralentización y parada del crecimiento económico rompiendo la cadena de creación de dinero de la que depende el sistema bancario con sistema fraccionario global. Y ésta es la cuestión primordial.

Marxismo

Guste o no, cuando se colapso el comunismo, Occidente se deshizo de todo lo relativo al Marxismo. Marx estaba muerto dijo Occidente, y también sus ideas. Esta falta de entendimiento vuelve hoy para obsesionar al mundo. Marx facilitó un modelo competente para entender el comercio global: D-C…P…C1-D1: el Dinero (D) se convierte en Comodidades (C), que atraviesa el proceso de Producción (P) para producir Comodidades (C1) con más valor del que tenían en origen y para pasar a ser vendida por una cantidad mayor de Dinero (M1). Esta cantidad mayor de dinero se vuelve a invertir en el proceso y la expansión continúa: D1-C1-P-C2-D2.

Pero en los últimos veinte años, este proceso creció de manera desproporcionada. Puede verse en gráficos que muestren la oferta de dinero global (medido a escala como D0 a D4): en la lucha desesperada por crear cada vez mayores beneficios, el sentido común cayó a favor de la idea de que si los bancos daban más y más dinero, entonces la gente pagaría más y más deudas, y el banco derrotaría todos sus rivales. Las cifras que representan la oferta de dinero de los Estados Unidos muestran claramente un crecimiento masivo en las áreas de bancos privados, fondos de mercado y activos líquidos, esta situación tiene lugar desde el Reaganomics y la liberalización del mercado en la década de 1980.

Al principio, esto fue algo bueno. Las fuerzas del mercado hicieron pasar la peor parte a unos sindicatos muy perjudicados y ayudaron a parar las presiones inflacionistas que estaban acabando con las economías. Pero en vez de tener las leyes del mercado bajo control, los gobiernos descubrieron que la economía de libre mercado era un carnívoro voraz. Y resulta esencial entender este punto.

Moralidad

Margaret Thatcher creía fervientemente en el mercado libre, pero también mantuvo fuertes principios conservadores y una inflexible creencia en la rigidez y corrección de las directrices morales con las que fue educada. Cuando liberalizó la economía británica, no previó cómo las empresas y sus departamentos de publicidad aplicarían la psicología freudiana de manera tan efectiva. Las compañías se dieron cuenta de que al impactar a la gente, se vendía, y pronto la carrera estaba preparada para atacar a todo lo que la gente consideraba deseable. Las creencias y pilares tradicionales de sociedad como la iglesia y la familia se han visto atacadas y otras muy perjudicadas por las leyes publicitarias que han cambiado a la sociedad por un individualismo egoísta. El individualismo no es necesariamente el problema, sino que la mayor atención en el interés personal ha transformado las comunidades solidarias en peligrosas vecindades donde la ley y el orden han fracasado. Thatcher y Reagan no previeron la llegada de esta fuerza socialmente destructiva. Y como se derribaron los valores tradicionales, como el de nunca tomar dinero prestado, nunca tener muchas deudas, y como las presiones sociales por comprar y tenerlo todo aumentaban, aunque no te lo pudieras permitir, el endeudamiento llegó a ser una forma de vida y se sembraron las semillas de la crisis.

¿La Respuesta?

La codicia humana provocó la crisis, pero la codicia humana también asegurará la supervivencia de una forma de capitalismo. Como escribió Adam Smith: «Todo el trabajo y ajetreo de este mundo no es sino la búsqueda de la riqueza, el poder y la preeminencia». Sólo el capitalismo permite exitosamente esta ansia de poder y beneficio individual para prosperar. Pero incluso Smith reconocía que las implicaciones de la libertad económica desfavorecerían la construcción de una sociedad moral y unida, por lo que él recomendaba un estado fuerte y vigilante que se guardase de los intentos de dominar la sociedad por parte de diferentes se del capital.

De este modo, una vuelta a la economía keynesiana, que trajo inflación y unas actividades sindicales inservibles, no debería ser una opción para los políticos. En lugar de eso, una solución mejor sería una variante del Thatcherismo, basada en el mercado pero con un estado muy fuerte y vigilante, que debe mantenerse rigurosamente apartado de la presión bancaria, y que puede actuar según la conciencia de los mercados. Thatcher creía en un estado fuerte, pero mientras las compañías se hacían demasiado grandes y los gobiernos permitían esto (para atender a sus ambiciones políticas), perdían poder y se debilitaban en comparación con las compañías.

Quizás una constitución financiera, redactada por importantes líderes políticos, religiosos y económicos, que pudiera ser intocable por los bancos centrales y políticos, sea el camino a seguir. Dicho documento daría un claro conjunto de leyes y haría que los gobiernos dejaran de emplear métodos populistas para impulsar las economías (como han hecho los nuevos laboristas británicos al endeudarse más de lo que gana el país) a expensas de una economía sana.

El gran economista Friedrich Von Hayek es una nota de prudencia a estos planes: conceder demasiado poder al Estado sería, en su opinión, dar un paso atrás hacia el totalitarismo. Por eso resulta esencial para las llamadas «democracias» de Occidente abrazar correctamente la democracia como han hecho los suizos y hacer que sus élites políticas sean responsables ante la ciudadanía.

El Futuro…

¿Qué podemos esperar? La crisis se debe a la ruptura en el ciclo de reinversión. Los bancos no se prestarán dinero, por lo que el sistema llega a un punto muerto y caemos en recesión. Pero esta situación la ha causado los bancos prestando demasiado dinero entre ellos y a los clientes anteriormente. Así que a la larga, el actual problema es tan sólo una corrección de mercado, como dijo Martin Gilman, anterior representante de alto nivel del FMI en Rusia: «pocos considerarían que nos enfrentamos a una depresión como la de 1930 o los peligros de un equivalente actual de la segunda guerra mundial». Sin embargo, la parte desagradable de esta «corrección económica» es que la deuda se ha convertido en el estilo de vida de tanta gente que los efectos de esta corrección van a dañar a grandes grupos de la sociedad. Y eso es lo que preocupa a los políticos, porque ellos tendrán la culpa.

En el contexto internacional habrá un movimiento significativo que continúe la tendencia general que hemos visto fuera del dominio estadounidense hacia un orden mundial multipolar. El modelo de consenso económico de Washington se encuentra hoy en serio peligro; es probable que el liberalismo económico esté bajo una gran amenaza. China y Rusia encontrarán muchos aliados en su búsqueda por modernizar la arquitectura internacional hacia un modelo más representativo del mundo actual. En la cumbre del G-20 en Washington, el británico Gordon Brown ya ha dicho que el FMI debería representar al mundo moderno y antes había hablado de unas Naciones Unidas con un mayor número de miembros en el Consejo de Seguridad.

El presidente ruso está apostando por tener muchas divisas globales de reserva, en vez de que el dólar sea la divisa de reserva dominante. Todas estas propuestas debilitarán a los Estados Unidos si siguen adelante. El mundo dará otro paso hacia un orden multipolar con muchos centros de poder; pero como los EEUU se resistirán a estos cambios, puede que este planeta sea un mundo con tensiones crecientes.

Glen Ruffle
Masters from the University of Southampton

Referencias/Bibliografía:
Nick Allen (2008) Gordon Brown calls for new world order to beat recession, The Daily Telegraph, 10 November 2008.
Larry Elliott and Dan Atkinson (2007) Fantasy Island, Constable books.
John Gray (2008) A shattering moment in America’s fall from power, The Guardian, 28 September 2008.
Friedrich Von Hayek (1944) The Road to Serfdom, Routledge Press.
Eric Hobsbawm (2008) in interview with Alastair Bruce, UK MSN Money Editor “Global financial crisis is the ‘end of the era’ for capitalism”, November 7th 2008.
‘Century of the Self’ – a BBC TV production, directed by Adam Curtis. For more information see: http://www.bbc.co.uk/bbcfour/documentaries/features/century_of_the_self.shtml
Nigel Lawson (1992) The view from No.11: Memoirs of a Tory radical, London, Bantam.
John Robertson (1984) Adam Smith: the Enlightenment and the philosophy of society, page 135-147 of ‘Political Thought from Plato to Nato’, Ariel books, BBC.
Dmitry Trenin (2008) How Medvedev will rule the world, page 1 of 'Russia: beyond the headlines,' Thursday 31st July 2008, Rossiyskaya Gazeta, distributed with the Daily Telegraph.

Clive Webb (2008) Haunted by History The Guardian, Friday October 3rd 2008.
David Willetts MP in interview with Roy McCloughry (2007) Right Thinking, pages 16-20 of Third Way, Summer 2007, Volume 30, Number 6.
Wikipedia (2008) Money Supply, accessed at: http://en.wikipedia.org/wiki/Money_supply

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