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sábado, 15 de diciembre de 2007

El Sahara Occidental, un camino misterioso

Número 6/ Diciembre-Enero de 2008
Aluat Hamudi

Entre la Apatía Internacional y el Plan de Autonomía de Marruecos

La zona del Sahara Occidental permanece en conflicto desde hace 32 años. El estatus legal del territorio está en disputa y su soberanía no resuelta. Marruecos y el Frente Polisario, el cual en febrero de 1976 proclamó oficialmente el gobierno en el exilio de la República Árabe Saharaui Democrática protagonizan una pugna continua por dicho territorio. El asunto ha formado parte de la agenda de las Naciones Unidas desde 1963, aunque la comunidad internacional ha fracasado a la hora de encontrar una solución adecuada para ambas partes involucradas. Los motivos de este fracaso son la falta de interés por parte de la comunidad internacional y la pugna de las potencias occidentales por el control de esta región estratégica del norte de África. A pesar de ello, el Reino de Marruecos ha propuesto un Plan de Autonomía en el cual “los habitantes del Sahara Occidental obtendrán el control local sobre sus asuntos a través de instituciones legislativas, ejecutivas y judiciales bajo los auspicios de la soberanía marroquí”. Intento analizar esta problemática en continuo debate y los factores involucrados en ella que quizá conduzcan a, o sumerjan completamente, el nuevo plan de Autonomía de Marruecos.

La zona del Sahara Occidental está situada en el Norte de África, en la costa del Océano Atlántico. La bordean Algeria por el este, Marruecos por el norte y Mauritania por el sur. Tiene el tamaño del estado de Colorado y es mayoritariamente un terreno llano y desierto con algunas pequeñas montañas en el sur y nordeste.



La etnia mayoritaria es la árabe, cuyos practicantes en su mayoría son seguidores del Islam. Se estima que la población ronda los 341.000, de los cuales 266.000 son refugiados en el sur de Algeria. Las lenguas oficiales son el árabe y el español, y los principales recursos naturales del Sahara Occidental son el fosfato y la pesca. Además, recientemente algunas compañías europeas han encontrado reservas de petróleo en la región.

Debido a su situación estratégica y esencial, varias grandes potencias han luchado por hacerse con el control de la disputada área del Sahara Occidental. Bajo el mando del Capitán Emilio Bonelli Hernando España se hizo con el poder sobre la región en 1884. En 1990 Francia y España firmaron una convención que delimitaba la línea fronteriza del Sahara español por el sudeste. España hizo frente entonces a la infructuosa resistencia militar de los líderes saharauis. Sin embargo, Mohammed Baseeri formó en 1969 otro movimiento saharaui estructurado (el Harakat Tahrir Saguia El Hamra wa Uad Ed-Dahab), y en 1970 organizó una larga y pacífica manifestación en Zemla (El Aaiun), demandando el derecho a la independencia. Ésta terminó con una masacre sobre la población civil y la detención de cientos de ciudadanos.

El fracaso de este movimiento, dio paso al establecimiento de un movimiento mucho más organizado y unido, que incluía a todos los grupos saharauis. Dicho movimiento aparecido en 1973 y liderado por Al-Wali Mustafa, se llamo “Polisario”. Su objetivo era la supresión del dominio español del Sahara Occidental.

Dos años después, el Acuerdo de Madrid entre España, Marruecos y Mauritania dividió la zona del Sahara Occidental entre Marruecos y Mauritania, aunque manteniendo los beneficios económicos de España. El acuerdo significó, además, el final del dominio español de dicho territorio. Igualmente, el tratado condujo a una marcha de más de 300.000 personas lideradas por Hassan II y su ejército. La marcha, adecuadamente conocida como La Marcha Verde, se caracterizó por las banderas de Marruecos, los retratos del Rey y las copias del Corán. La marcha pretendía urgir a España para que cediese el territorio a Marruecos. Como consecuencia, miles de refugiados saharauis huyeron de sus tierras y se asentaron en el sudeste del desierto de Algeria, cerca de la ciudad de Tindouf.

Papel de las Naciones Unidas en la disputa por el área del Sahara Occidental

El Sahara Occidental es una de las pocas áreas del mundo reconocida oficialmente por las Naciones Unidas como territorio no autogobernado. Desde el final del dominio colonial español en 1975, varios grupos, inclusive Marruecos, Mauritania y el frente independiente Polisario han reivindicado su derecho a éste.

La ONU declaró en 1961 que el Sahara Occidental era una “provincia española” y dos años después la incluyó en la lista de países por descolonizar. La Asamblea General de Naciones Unidas afirmó el derecho inalienable a la autodeterminación de la región del Sahara en 1965, pidiendo por ello a España el cese del dominio colonial sobre la región disputada. A pesar de tener conocimiento de ésta, la ONU no intervino en la guerra entre el Frente Polisario y Marruecos (1975) en los extremos norte y sur del territorio. Aunque los cascotes de esta cruenta guerra presionaron posteriormente tanto a la ONU como a la Unión Africana para que interviniesen eficazmente en el conflicto de 1991.

La ONU supervisó el alto el fuego entre los combatientes y llevo a cabo un referéndum que permitiría a los habitantes del Sahara Occidental decidir el futuro estatus de dicho territorio. También se fundo la misión de MINURSO: Misión de las Naciones Unidas para el referéndum del Sahara Occidental.

En 1997, la ONU supervisó las negociaciones en Houston (Acuerdo de Houston) entre Marruecos y Frente Polisario moderadas por James Backer, ex secretario de Estado de los EE.UU. y en agosto de 2003 una resolución del Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas adoptó un nuevo plan de paz que convertiría la el Sahara Occidental en una región semiautónoma de Marruecos por un plazo de 5 años, tras los cuales se realizaría un referéndum para determinar su independencia, autonomía o integración en Marruecos.

El Frente Polisario aceptó el plan; Marruecos rechazó planteárselo si quiera. En junio de 2004, James Backer, dimitió tras siete años como enviado de la ONU. Su sucesor ha prometido conseguir la resolución del conflicto.

El plan de autonomía de Marruecos

Tras 32 años de conflicto y del rechazo de las propuestas previas de la ONU, el gobierno de Marruecos puso sobre la mesa una propuesta que establecía las condiciones mediante las cuales la zona del Sahara Occidental podría disfrutar del control local sobre sus asuntos. La propuesta también permitía, bajo los auspicios de la soberanía y las instituciones legislativas, ejecutivas y judiciales de Marruecos. No obstante, ¿a qué se debe esta propuesta de Marruecos?

Una ojeada a los últimos acontecimientos en materia de política a nivel mundial puede ayudarnos a deducir porqué han aumentado los intereses geopolíticos y económicos de EE.UU. en la mejora de las relaciones con Marruecos. El tratado de libre comercio EE.UU.- Marruecos, la Iniciativa Antiterrorista Transahariana (TSCTI en sus siglas en inglés) y la designación de Marruecos como uno de los principales aliados anti-OTAN dan suficiente fe del porqué de los acontecimientos.

El éxito de dichas iniciativas depende también de la cooperación económica, así como la integración regional en el Magreb y queda claro que el mayor obstáculo para éste es la situación todavía no resuelta del Sahara Occidental. Así pues, el Plan de Autonomía de Marruecos no podía haber llegado en mejor momento.

Lo que es más, Marruecos está aprovechando la ocasión de la “Guerra contra el terrorismo” para convencer a la comunidad internacional de que el Frente Polisario es sencillamente un grupo terrorista que tiene como objetivo alterar la paz preestablecida en la región. De hecho, hubo un atentado bomba suicida en Marruecos antes del anuncio de su plan. Luego, parece lógico que la creación de otro estado sólo allanará el terreno a este tipo de actividades terroristas sobre las cuales Marruecos podría no tener ningún tipo de control. Hoy en día, Marruecos está experimentando nuevos desafíos económicos a causa de la corrupción y de la inmigración ilegal, que entorpecen su relación con los países europeos.

Como ya he mencionado anteriormente, la posibilidad de explotación de nuevas reservas de crudo en la zona del Sahara Occidental podría dar un empujón a la economía de Marruecos. Siguiendo el mismo patrón, el hecho de otorgar total independencia a la región del Sahara Occidental sería una medida costosa e irracional. De esta manera, el Plan de Autonomía garantiza al Reino de Marruecos enormes beneficios económicos provenientes de las reservas de crudo del Sahara Occidental.

Reacción del Frente Polisario ante el Plan de Autonomía

Parece lógico que el movimiento Polisario tiene todo tipo de razones para rechazar dicho plan. Éste ya ha proclamado un país (la República Árabe Saharaui Democrática), el cual es miembro pleno de la Unión Africana, y ha sido reconocido por más de 85 naciones soberanas. Además, la mayoría de pueblos del Sahara Occidental prestan su apoyo al Frente Polisario. Asimismo cabría añadir a su favor que la ONU, en 1965 ya había ratificado el derecho a la autodeterminación del Sahara Occidental. Algunos señalan que quizás se está jugando con definición de la palabra “autodeterminación”.

El Consejo de Seguridad de la ONU acuñó el término. Mientras que, por un lado el Frente Polisario (y el derecho internacional) ven la autodeterminación como el derecho de los pueblos a decidir su propio estatus político, Marruecos entiende que el término casa con su Plan de Autonomía.

Antes de concluir, permítanme reiterar que he vivido en medio y sigo sobreviviendo en este conflicto. Creo sinceramente que este oscuro túnel sólo verá la luz cuando la ONU, así como el resto de partes involucradas en el conflicto, entiendan verdaderamente el mero hecho de que la soberanía establecida de la región del Sahara Occidental no es propiedad ni de Marruecos ni del Frente Polisario. Sin duda es un derecho del pueblo Saharaui. Pues a ellos hay que dar el derecho a decidir lo que quieren en un libre, justo y democrático referéndum.

Asimismo, dado que Marruecos no posee la soberanía sobre la región y dado que el conflicto ha sido tildado como un asunto de descolonización de acuerdo con el derecho internacional desde 1965, la comunidad internacional debería cumplir con su cometido de fomento de la paz, la justicia y el derecho a los derechos humanos en el Sahara occidental. De lo contrario, nos vamos a encontrar con el triste hecho que nadie querría que tuviese lugar. La explosión de una nueva guerra entre las dos partes en conflicto: Marruecos y el Frente Polisario.

“Lo único cierto es que nosotros no estaremos aquí. He pasado 25 años de mi vida en el desierto. Tengo tres hijas que no crecerán en él. No estamos condenados a ser refugiados el resto de nuestras vidas, especialmente cuando podemos cambiar nuestra situación. Y realmente podemos hacerlo” subraya uno de los refugiados saharaui.

Aluat Hamudi
Licenciado en Relaciones Internacionales

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