domingo, 15 de abril de 2007

¿A qué juega el embargo?

Número 2/ Abril-Mayo de 2007
Juan Luis Dorado

¿Cómo se encuentra el embargo estadounidense a Cuba en el año 2007? Con la enfermedad de Castro, es bastante probable que haya pasado a un segundo plano. Pero el embargo siga, y es posible que la situación no pueda tensarse mucho más. Aunque no lo parezca, el embargo sigue reforzándose, y la actual situación internacional no permite ningún tipo de acercamiento entre posturas tan divergentes.

La enfermedad de Fidel ha creado en Cuba una especie de Estado de excepción, en el que los pasos se dan despacio y muy cortos. En vida de Fidel, y probablemente hasta la muerte de Raúl Castro, desde La Habana no dará ningún paso hacia Estados Unidos para negociar la retirada del embargo. Se consideraría, más que una victoria norteamericana, una derrota del castrismo de cara a su pueblo.

De todas formas, la situación está cambiando. Por un lado, desde Estados Unidos, cada vez son más las voces contrarias al embargo, sobre todo del lado demócrata y en el sector empresarial. Y en la Isla, el único tema que pone de acuerdo al Régimen y a la disidencia interna, es la no injerencia de Estados Unidos en los asuntos cubanos.

Y a nivel global, la condena al embargo es generalizada, el efecto opuesto del que pretendía causar Estados Unidos al aplicar la famosa Ley Helms-Burton de 1996. Con esta ley, Washington quiso institucionalizar de manera mundial su política hacia La Habana.

En la mayoría de los foros internacionales, el embargo se considera una agresión al derecho internacional. La Unión Europea o las Cumbres Iberoamericanas emiten casi anualmente condena a la actitud agresiva de Estados Unidos hacia Cuba. Y sobre todo, destacar la condena anual que la Asamblea General de las Naciones Unidas hace del embargo, considerándolo una “flagrante agresión del derecho internacional”.

Recrudecimiento en los 90

El embargo de Estados Unidos hacia Cuba se recrudeció tras el final de la Guerra Fría. Primero fue con la Ley Torricelly, en 1992, y posteriormente, en 1996, con la citada Helms Burton. Tras la llegada de George W. Bush en el poder, las acciones se reforzaron desde Washington con la creación de la Comisión para una Cuba Libre, dependiente del Departamento de Estado de Estados Unidos.

Desde esta Comisión ha partido la elaboración del Proyecto de Transición Cubana, toda una hoja de ruta conocida como el Plan Bush para Cuba. Al analizar este documento, aparecen desgranados todos los aspectos para una transición monitoreada desde Estados Unidos, incluyendo la instauración de la figura de un procónsul para la transición.

Lo que queda claro con todas estas medidas es que desde Washington se ha adoptado la postura de la espera. ¿Qué espera? Pues la desaparición de los hermanos Castro como punto de partida para llevar a cabo todas las políticas que se han ido teorizando en los últimos años.

¿Y en Cuba? La cada vez más agresiva política de la Administración Bush hacia la Isla no ha hecho más que reforzar el discurso político de Fidel Castro. En los últimos años, el castrismo ha hondeado la bandera de la unidad contra el enemigo norteamericano, como forma constante de legitimarse ante su pueblo.

La actitud política de Estados Unidos en los últimos siete años ha contribuido a qué se congele el debate interno en Cuba, imposibilitando algún tipo de cambio dentro del propio Régimen. Hasta su enfermedad el pasado verano, el discurso de Fidel se ha introducido en una confrontación continua con los Estados Unidos, desde el caso Elián hasta la crisis de los mensajes, en enero del pasado año.

Ya en el año 1999, Castro instauró en todo el país la Gran Batalla de Ideas, basada en discursos, manifestaciones, propaganda y movilizaciones masivas contra Estados Unidos.

Además, la coyuntura internacional ha contribuido a fortalecer el discurso de Castro. Sobre todo, el asunto de la Guerra de Irak, y sobre todo la situación de los presos talibán en Guantánamo, han sido utilizados como punta de lanza por Fidel Castro en sus discursos contra Washington.

Ruptura del aislamiento

En 2003, una serie de sucesos devolvieron a Cuba a una posición de aislamiento en la sociedad internacional, similar a la del final de la Guerra Fría. Una oleada masiva de represión y dos fusilamientos en la Isla, hicieron que Naciones Unidas condenara de forma unánime la actitud del Régimen, y la Unión Europea, impusiera sanciones a Cuba. Esta coyuntura la aprovechó Estados Unidos para endurecer las medidas del embargo.

Sin embargo, en esta situación de aislamiento cubano, apareció la figura de Hugo Chávez. En el año 2005, Cuba y Venezuela empezaron a cooperar y a trabajar en un eje común frente a Estados Unidos y el Area de Libre Comercio de las América (ALCA). Se formó entonces el llamado Eje Bolivariano, que posteriormente incorporaría a Evo Morales, de Bolivia, y a Rafael Correa, presidente de Ecuador.

Con esta nueva realidad, Fidel se convirtió en mentor de la nueva izquierda latinoamericana, y el petróleo venezolano y el gas boliviano, así como la configuración de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), han sacado a Cuba del aislamiento internacional, impulsándola, y disminuyendo los múltiples efectos negativos del embargo de Estados Unidos.

Ante esta nueva situación, la política estadounidense hacia la Isla podría exigir una variación del embargo como herramienta eficaz hacia la Isla. Sin una Cuba aislada, el embargo pierde fuerza y mucha consistencia a nivel internacional. Lo único que hace es privar un mayor crecimiento de Cuba por no poder llegar a su mercado natural: Estados Unidos.

Juan Luis Dorado Merchán
Periodista especializado en Cuba y América Latina

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