lunes, 15 de noviembre de 2010

Sucesión enigmática en Corea del Norte

Número 22/octubre-diciembre 2010
Iván Giménez Chueca

El pasado 10 de octubre Pyongyang acogió un espectacular desfile militar y una demostración de fidelidad al régimen con motivo del 65º aniversario del oficialista Partido de los Trabajadores (PDT). Con una panoplia ceñida al guión propio de los estados totalitarios, el gobierno de Corea del Norte presentó al mundo al sucesor del presidente Kim Jong Il, su hijo Kim Jong-on. Un grupo de 70 periodistas extranjeros pudieron asistir al evento, vendido como una demostración de poder pero que ha abierto una serie de incógnitas para el futuro.

Con el nombramiento de Kim Jong-on, Corea del Norte se consagra como una "monarquía comunista". Ya que se consolida una tendencia iniciada por el propio Kim Jong Il cuando sucedió a su padre Kim Il Sung, fundador del Estado, en 1994. Tratándose del estado más hermético del planeta, todo este proceso ha abierto una serie de incógnitas y especulaciones sobre el futuro del país, y con posibles repercusiones en una de las zonas geopolíticamente más tensas de Asia.

Cómo se desarrolle esta sucesión puede marcar el futuro de la península de Corea y de buena parte de Asia. ¿Quién es Kim Jong-on? ¿Será un líder capaz de mantener unidas las diferentes facciones en el poder? ¿O será una marioneta? ¿Se atreverá a poner en marcha un proceso de reformas? Todas estas incógnitas se ciernen sobre el futuro del país y del mundo.

Atreverse a hacer pronósticos con Corea del Norte es algo realmente arriesgado por el carácter opaco del país. Parece que los acontecimientos recientes como el hundimiento del barco de guerra surcoreano Cheonan (con 46 marineros muertos) podría interpretarse dentro del marco de un régimen que se prepara para un cambio de liderazgo.

El desfile y el acto multitudinario que pudo ver el mundo el 10 de octubre en Pyongyang vienen a confirmar una serie de movimientos en la cúpula del poder de los que hasta ahora se había sospechado. En primer lugar, fue la presentación en público de Kim Jong-on que hasta ese momento era un desconocido incluso para la propia población norcoreana a sus 27 años (aunque hay dudas sobre su edad exacta). La prensa norcoreana habló de él por primera vez en junio de 2009 y se refirió como "Brillante Camarada".

Kim Jong-on es el hijo pequeño de Kim Jong Il, nació de la relación con una de sus concubinas, Ko Young Hee. En principio, el primogénito, Kim Jong-nam de 39 años, apuntaba a ser el heredero pero no gustaba a diversos sectores del régimen. Quedó apartado del proceso de sucesión cuando fue detenido en el aeropuerto de Tokyo al intentar entrar en el país con un pasaporte dominicano falso. Fue expulsado a China donde se ha instalado en Macao. Han existido rumores sobre intentos de acabar con su vida, pero parece que Pekín ha advertido siempre a Pyongyang de que no tolerará una acción de este tipo en su territorio. El otro vástago, Kim Jong-chul, de 29 años, parece haber quedado también apartado de los círculos de poder, al parecer por sus gustos afeminados que no gustan al régimen.

De igual manera es necesario recordar el proceso de sucesión que vivió Kim Jong Il  en los años 70. La principal diferencia es que el "Amado Líder" tuvo dos décadas para preparar su posición y recabar apoyos, y en los últimos años actuó como verdadero hombre fuerte del régimen. Mientras que ahora los rumores sobre su enfermedad, sufrió un ataque al corazón en 2008 que le dejó secuelas evidentes como una cojera en su pierna izquierda, parece indicar que el tiempo tal vez no corra a favor de su hijo.

Desfile militar en Corea del Norte. Fuente: Gobierno de Corea del Norte


Nada fue confirmado oficialmente desde el gobierno norcoreano y todo se basaba en rumores y uno de ellos apuntaba en el verano del año pasado que Kim Jong-on había pasado a estar al frente de los servicios secretos del país. La siguiente referencia que encontramos sobre el heredero de Kim Jong Il es cuando acompañó a su padre en la visita oficial a China en agosto de 2010. Previamente a la celebración del desfile del 10 de octubre, también se invistió al "Brillante Camarada" de una serie de cargos: general de cuatro estrellas (se desconoce si tenía formación militar previa); y vicepresidente de la Comisión Militar Central -la institución que coordina a las organizaciones el Partido con el Ejército-.
¿Pero qué se conoce más allá de estas informaciones oficialistas y de la siempre atenta prensa con su vecino de Corea del Sur? Poco más. El cocinero personal de Kim Jong Il explicó cuando desertó que el joven tenía un carácter parecido al de su padre y que era un amante de las películas de acción occidentales. También se sabe que estudió en Suiza, donde el embajador de Corea del Norte hizo enormes esfuerzos para evitar que cayera influenciado por la cultura occidental. Con todo, parece que el éxito no fue total, y sus propios compañeros aseguran que era un gran aficionado a la NBA y del jugador Michael Jordan.

Parece que Kim Jong Il es consciente de la poca experiencia política de su hijo y de que tal vez aún no tenga el apoyo de algunos sectores importantes del país; como por ejemplo la poderosa e influyente cúpula militar. En este sentido, el "Amado Líder" ha colocado en puestos importantes a gente de su máxima confianza y también de su entorno familiar.

En este sentido, destaca la promoción de la hermana menor de Kim Jong Il, Kim Kyung-Hee (64 años), como general de cuatro estrellas un paso más en su ya influyente posición en el seno del Comité Central del Partido de los Trabajadores. Pero el ascenso más destacado es el de Chang Song-taek, su esposo y hombre de suma confianza del presidente.

Chang Song-taek es el Vicesecretario de la Comisión Nacional de Defensa. Algunos desertores del régimen lo han catalogado como el verdadero número 2 del régimen; y asumió grandes poderes cuando el "Amado Líder" quedó indispuesto por sus problemas de salud entre agosto y noviembre de 2008. Ahora, Chang Song-taek sería el encargado de preparar el terreno para la sucesión. Además ha demostrado tener una extraordinaria habilidad política para sobrevivir en el complejo entorno del poder norcoreano. En 2004 parecía defenestrado por sus rivales que temieron el enorme poder que estaba amasando en el Partido. Pero consiguió volver a la primera línea como encargado del departamento administrativo del PDT: una sección que controla los tribunales, la policía y el espionaje interno. Choi Jin Wook, investigador del oficialista Korea Institute for National Unification in Seoul, dijo en 2008 que "está al frente de Corea del Norte" y que "mantendrá las políticas de Kim Jong-il incluso después de su muerte". (1)

Por último lugar, destaca la promoción de otro hombre de suma confianza de Kim Jong Il, Ri Yong Ho, jefe del Estado Mayor del Ejército norcoreano, su nueva posición le da más poder también en el seno del Partido. Según han apuntado algunos analistas, sería el encargado de asesorar y formar al futuro líder en cuestiones sobre las fuerzas armadas que, conviene recordar, son las cuartas más grandes del planeta.

Con estos movimientos, parece que Kim Jong Il quiere asegurarse que las instituciones más poderosas del país, Comisión Nacional de Defensa y Partido de los Trabajadores, están controladas por allegados suyos que puedan asegurar un plácido traspaso de poder. En caso de una desaparición temprana, todo apunta a que su hermana y su cuñado actuarían como "regentes" del joven Kim Jong-on, hasta que fuera capaz de asumir las riendas del poder por si mismo.

Pero también hay voces que han alertado sobre los riesgos de un posible derrumbe del régimen provocado por la lucha de poder entre las facciones y el descontento civil por la hambruna. Bruce Klingner, investigador principal del noreste de Asia de The Heritage Foundation, ha alertado que estos riesgos pueden acabar provocando una acción militar de China, Estados Unidos o Corea del Sur para intentar restaurar el orden. (2)
Tras la sucesión en Corea del Norte hay mucho más que unos aparentes nombramientos y un posicionamiento en una lucha por el poder en el interior del país. Los recientes desafíos de este estado a la comunidad internacional pueden interpretarse también en clave de los movimientos para preparar la entrada de Kim Jong-on en la cúspide del poder. En primer lugar están las pruebas nucleares  y con misiles en la primavera de 2009 que pudieron ser una prueba de fuerza Kim Jong Il para que los sectores más recalcitrantes aceptaran a su hijo como futuro sucesor; en este sentido se pronunció el ministro de Defensa surcoreano, Lee Sang-Hee, al poco de efectuarse las pruebas; así como el analista Scott C. Snyder en una entrevista para Council of Foreig Relations.(3)

Asimismo, el grave incidente que sucedió este año, el hundimiento del barco de guerra surcoreano Cheonan, también podría vincularse al clima sucesorio en Pyongyang. Tal y como apunta Sue Mi Terry, especialista del Council of Foreign Relations, esta supuesta acción armada se podría interpretar de varias maneras. En primer lugar, como una venganza cuando en 2009 chocaron dos buques de Corea del Sur y del Norte. En segundo lugar, un intento del régimen comunista para entablar conversaciones multilaterales con EEUU y habría intentado demostrar su fuerza. La última explicación y vinculada a la sucesión, sería que el propio Kim Jong-on habría ordenado el hundimiento del navío para demostrar a los halcones del ejército que también puede adoptar la línea dura.

No es extraño pensar esta última opción. Si se buscan paralelismos con el proceso sucesorio de Kim Jong-il, vemos como el "Amado Líder" también se legitimó ante la "línea dura" del régimen realizando una serie de acciones encubiertas. Destacan el atentado en un hotel en Rangún (Myanmar) en 1983 que mató a 17 miembros de la delegación surcoreana que estaba de visita oficial, entre ellos varios ministros; y la explosión en pleno vuelo de un avión de Korean Airlines donde murieron 117 personas. También estuvo detrás de los intentos de asesinato de los dictadores de Corea del Sur Park Chung Hee (1963-1979) y Chun Doo Hwan (1980-1988). Estos atentados se enmarcaban en una estrategia de la República Popular de Corea para desestabilizar a su vecino y a las potencias occidentales. (4)

Ante este panorama en Corea del Norte, los otros actores en el noreste de Asia se han ido situando. China, tradicional aliada de Pyongyang, se ha mostrado incómoda con los exabruptos del régimen, tanto sus pruebas con armamento nuclear como por el hundimiento del Cheonan, ya que no le interesa que aumente la tensión en su frontera. Aparentemente, ha bendecido el proceso de sucesión; o al menos así se ha interpretado la presencia en el desfile del 10 de octubre de Zhou Yongkang, uno de los miembros destacados del Politburó chino.
China desea que Corea del Norte abandone su hermetismo y su estado de enfrentamiento con la comunidad internacional y adopte un proceso de reforma económica y de cierta apertura. En este sentido, Beijing también es firme partidario de retomar las conversaciones a seis bandas (con EEUU, Japón, Corea del Sur, Corea del Norte, Rusia y la propia China) para el desarme nuclear de Pyongyang.

La mejora de la economía de su vecino le alejaría el fantasma de oleadas de inmigrantes norcoreanos cruzando la frontera para huir de la extrema pobreza o de la inestabilidad política si las pugnas políticas derivadas de la sucesión acaban derivando en un derrumbe del régimen estalinista. China también está interesada en que Corea del Norte abra sus mercados porque ayudaría sustancialmente al desarrollo de la provincia de Jilin.

EEUU de momento se mantiene expectante y no se mueve de la postura desde el hundimiento del Cheonan -amenazando con la posibilidad de nuevas sanciones-. Una temprana reacción en febrero de 2009 a la sucesión vino de parte de la Secretaria de Estado Hillary Clinton quien afirmó en una visita a Seúl que "si hay sucesión, incluso si es una sucesión pacífica (...) creará mayor incertidumbre y animará A comportamientos incluso más provocativos como una forma de consolidar el poder dentro de la sociedad". Esta declaración fue muy mal recibida en algunos círculos diplomáticos de los participantes en las conversaciones a seis bandas, ya que se rompió un tabú en lo referente a Corea del Norte: no hablar públicamente de lo que suceda tras la desaparición de Kim Jong Il. (5)
Poco después del incidente del Cheonan, el pasado mes de agosto, el Secretario de Defensa, Robert Gates, vinculó el ataque con el proceso de sucesión. Pero Estados Unidos ha terminado por reconocer que tiene poca información de inteligencia sobre la nueva estructura de poder en Corea del Norte (6).

Por su parte, el Gobierno de Corea del Sur se ha limitado a decir que observan el proceso de cerca, por las posibles consecuencias que pueda tener; y al igual que China no les gustaría un derrumbe del régimen. Las voces más optimistas hablan de ciertas esperanzas de que el futuro liderazgo pueda reanudar los contactos sobre la reunificación. El analista del Institute for Peace and Cooperation en Seúl, Byong-Chul Lee, ha hecho un llamamiento a la negociación directa entre Estados Unidos y Pyongyang y así convencer a los nuevos dirigentes de que es mejor el desmantelamiento de su programa nuclear. También ha alejado el riesgo de un colapso del régimen por enfrentamientos internos ya que, según Lee, "el PT y los militares, pilares que apoyan al régimen que prospera por la pobreza de su pueblo, existen en una simbiosis beneficiosa". (7)

Predecir el futuro de Corea del Norte es un ejercicio arriesgado. Seguramente todo dependerá del tiempo que disponga Kim Jong-on y los nuevos allegados para asentar su poder antes de la muerte de Kim Jong Il. Las previsiones más alarmistas de un derrumbe del régimen parecen improbables ya que ninguno de los grandes actores en la región parecen interesados en que se precipiten los acontecimientos y la situación se descontrole.

Iván Giménez Chueca
Periodista freelance y Máster en Estudios de Asia y Pacífico de la Universidad de Barcelona. Colabora semanalmente como Blogger sobre temas de política asiática en el semanario on line estadounidense The Urban Times (www.theurbn.com); y es autor del libro El Nuevo Gran Juego en Asia Central (Editorial Popular, 2009).


Bibliografía:

1. THE TIMES, North Korea "is being run by Kim Jong Il's brother in law", 8 de Noviembre de 2008. http://www.timesonline.co.uk/tol/news/world/asia/article5107960.ece
2. KLINGNER, Bruce. New Leaders, Old Dangers: What North Korean Succesion Means for the US. Backgrounder, April 7, 2010.
3. GWERTZMAN, Bernard. Dealing With North Korea Difficulty Amid Possible Succession. Council of Foregin Relations, 28 de Abril de 2009. http://www.cfr.org/publication/19246/dealing_with_north_korea_difficult_amid_possible_succession.html
4. CIDOB. Biografías de Líderes políticos. Kim Jong Il. CIDOB, 6 de julio de 2010. http://www.cidob.org/es/documentacion/biografias_lideres_politicos/asia/corea_del_norte/kim_jong_il
5. THE NEW YORK TIMES. Clinton adresses North Korea succession. February 2nd  2009. http://www.nytimes.com/2009/02/20/world/americas/20iht-20diplo.20322046.html
6. REUTERS. US lacks intel on North Korea, including succession. 16 de Septiembre de 2010. http://in.reuters.com/article/idINIndia-51547520100916
LEE, Byong-Chul. North Korea's Succession Poses New Challenge-Part I. YaleGlobal online,1 de Octubre de 2010.
7. http://yaleglobal.yale.edu/content/north-koreas-new-challenges-part-i

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