Recientemente hemos asistido al auge en los EEUU del Tea Party, un partido abiertamente xenófobo, ultraconservador, islamofóbico y enemigo de toda noción de estado que ya ha conseguido representación parlamentaria.
Para Estados Unidos el principal problema del planteamiento del Tea Party es que sus propuestas profundizan la recesión. Si hay que dejar de gastar para reactivar la economía para ponerse a pagar las deudas, como quiere el Tea Party, la economía mundial se desploma, tal como sucedió con los planes de ajuste que el FMI implementó en la economía latinoamericana durante la década del 90.
El Tea Party ha logrado que los ciudadanos voten en contra de sus propios intereses. En Florida lograron el voto de los ancianos cubanoamericanos hablándoles de que van a “liberar” a Cuba del gobierno revolucionario, mientras eliminan programas sociales que los demócratas apoyan. Por ello en Florida con una tasa de desempleo del 12% el ultraconservador Marco Rubio, hijo de inmigrantes cubanos ganó un 50% de los votos.
El contexto en el que se ubica esta victoria es un país donde el 25% de la población cree que Obama es musulmán, el índice de desempleo se sitúa en el 10% y tiene la tasa de pobreza más alta desde hace 51 años, el 14,3% es decir, 43,6 millones de pobres Sin embargo la riqueza de las 400 personas más ricas creció un 6% en el último año. Estados Unidos ocupa el puesto 45 en el ranking mundial de desigualdad social, 50 millones de personas sin seguro médico y 49 millones de estadounidenses se alimentan gracias a los vales de comida otorgados por el gobierno.
Pero ¿a que se debe este repentino auge del Tea Party? Es simplemente una consecuencia de la crisis económica o ¿hay algo más?
Al respecto hay un artículo muy interesante en la revista Global Affairs http://www.globalaffairs.es/es/la-irrupcion-del-tea-party-en-la-politica-norteamericana/ y un sondeo de opinión abierto a la participación en http://www.globalaffairs.es/es/encuestas/