miércoles, 15 de abril de 2009

Balance de la visita de Hillary Clinton a México

Número 14/Abril- Mayo 2009
Luis Guillermo Colín Villavicencio

Los pasados 25 y 26 de marzo visitó México la Secretaria de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, Hillary Clinton. Se trató de una visita oficial, la primera desde que fue nombrada por el Presidente Barack Obama para dicho cargo, y enmarcada en una serie de visitas que desde el mes de febrero ha realizado a países asiáticos y europeos.

En general el balance de dicha visita es positivo por cuatro grandes aspectos, no obstante, un aspecto negativo relativo al probable nombramiento del diplomático estadounidense, Carlos Pascual como representante de ese país en México.

En primer lugar, el encuentro de Clinton con el Presidente Calderón se inserta en un diálogo de alto nivel diplomático y que se habría iniciado en el mes de Enero pasado cuando el Presidente Calderón visitó al entonces aún presidente electo, Barack Obama. La participación de la Canciller Espinosa en los encuentros pudo establecer una nueva relación personal entre ambas. Esto permitirá ir avanzando en la definición y aplicación de la Agenda Binacional México-Estados Unidos.

Un segundo aspecto positivo es la terminación de alrededor de dos meses de malos entendidos y declaraciones sobredimensionadas por los medios de comunicación en ambos países. Desde las notas periodísticas respecto a las cifras de muertos producto de la lucha contra el narcotráfico, pasando por el informe del Comando de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en donde se equiparaba a México con Pakistán y se alertaba que nuestro país estaba muy cerca de convertirse en un “Estado fallido”, y finalizando la mala imagen del país con la publicación de un nuevo personaje mexicano, el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, dentro de los hombres más ricos del mundo en la revista Forbes.

En la visita se puede observar un aspecto que podemos también catalogar como positivo para México: la aceptación del Gobierno de los Estados Unidos, en nombre de Hillary Clinton, de la corresponsabilidad que tiene su país en la lucha contra el narcotráfico. Es decir, aceptaron que por la alta demanda de droga que existe entre su población, el nuestro tiene un problema mayúsculo. En un estudio realizado por los servicios de salud estadounidenses reveló que 35 millones de personas menores de 12 años son consumidores de cocaína en nuestro país vecino.

Finalmente, el encuentro, y la visita de la Secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano y el Fiscal Holder a México una semana después de la de Clinton, van afinando el terreno para la visita del Presidente Obama a México los días 16 y 17 de abril próximos.

El aspecto negativo de la visita lo puso el creciente rumor de que los Estados Unidos le han pedido al nuestro su beneplácito para nombrar como Embajador de Estados Unidos en México al diplomático, de origen cubano y nacionalizado estadounidense, Carlos Pascual. Hasta ahí no habría problema con dicho nombramiento si no fuera por ser uno de los diplomáticos estadounidenses con mayor experiencia en ¡“Estados fallidos”!. Se antoja contradictoria la posición de nuestro país vecino: por un lado, en los discursos, sus funcionarios encabezados por Clinton nos dijeron en nuestro país que éramos “familia”, que no había una sola zona de México que no tuviera controlada el Gobierno de México y que era tiempo de establecer una nueva “alianza estratégica”. Por otro lado, en los hechos, Obama está pensando en enviar a uno de sus mejores diplomáticos experto en solucionar y apaciguar países que se encuentran en momentos difíciles y próximos a desestabilizarse. Esperemos que la visita del Presidente Obama no esté plagada de contradicciones como la que apuntamos.

Luis Guillermo Colín Villavicencio

Internacionalista y candidato a Doctor en Derecho Internacional por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es Director de la Licenciatura en Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey, Campus Estado de México.

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