lunes, 14 de abril de 2008

Positivamente Ruso: Una mirada positiva a la Rusia de Putin

Número 8/abril-mayo 2008
Glen Ruffle

Desde la crisis de 1998, la economía rusa se ha hecho más fuerte. A pesar de la constante crítica por parte de Occidente, ¡Putin debe estar haciendo algo bien! La Rusia de Putin está ahora en una posición fuerte para recobrar la influencia internacional perdida y esto asusta a Occidente.

Es normal entre los políticos occidentales emplear su tiempo criticando a Vladimir Putin y su nueva Rusia. Bajo el gobierno de Putin, Rusia ha pasado de ser un estado caótico y desestructurado a un actor fuerte y firme a nivel internacional. Después de 1991, Rusia pasó de ser una superpotencia global a una ruina total y ahora esta de vuelta al estatus de poder internacional respetado. La historia de cómo Rusia renació, explica mucho la actual actitud fría mostrada por el gobierno ruso hacia los poderes occidentales.

Después del colapso del comunismo, Rusia surgió en el orden mundial como un líder fuertemente influenciado por el exterior. Yeltsin fue el héroe del momento, y los EEUU, el FMI, las potencias occidentales y Europa le dieron la bienvenida al sistema mundial, ofreciéndole dinero y consejo acerca de cómo convertir la economía rusa en una máquina de hacer dinero.

Sin embargo, la política asumió el control rápidamente y el consejo ofrecido comenzó a ser orientado hacia los intereses de las principales potencias mundiales. Dimitri Simes, un alto consejero político de Washington, recordó que la administración de Clinton constató la vulnerabilidad de Rusia, vio que Yeltsin era fácilmente manipulable y deliberadamente decidió explotar esta situación para el beneficio de los Estados Unidos.

En su estudio en 1999 de las políticas de préstamo de dinero del FMI, Storm Thaker mostró que el dinero del Fondo fue invertido en Rusia, a pesar del total conocimiento occidental sobre la corrupción dentro del país. El gobierno de los Estados Unidos, junto con las potencias occidentales decidieron explotar Rusia por aquel entonces. El resultado de este pobre consejo y de la gran corrupción fue la crisis financiera rusa de 1998.

El número masivo de privatizaciones que ocurrieron, sin los cheques institucionales y los balances de una economía financiera altamente desarrollada, crearon incentivos para que el sector privado “comprara” (sobornara) a los políticos rusos más influyentes, en lugar de participar en un mercado de compra justo y libre. Obviamente, los rusos tienen cierta culpa, ya que muchos funcionarios mintieron acerca de lo que hacían con los fondos suministrados por el FMI y continuaron mintiendo sobre la implementación de políticas, de esta manera fueron creando una falsa impresión que ayudó a confundir a los consejeros políticos, pero los hechos muestran que los gobiernos occidentales todavía decidieron explotar la situación y tenían más que suficiente inteligencia para saber si Rusia estaba diciendo la verdad.

El resultado de la fe de Rusia en el asesoramiento occidental fue que en 1997, el 70% de las finanzas rusas estaban en manos de solamente 120 firmas. Al año siguiente, el sistema económico se colapsó.

Con este telón de fondo, uno puede imaginarse la subida de Vladimir Putin. Al mismo tiempo que la economía se iba recuperando, Putin se fue acercando al poder. La gente de Rusia ahora igualaba democracia con Yeltsin y corrupción. Por lo tanto, cualquier elemento que prometiera democracia, en sus mentes, prometía anarquía, desempleo y debilidad. Putin, el ex oficial de la KGB, había aprendido algunas lecciones duras sobre confiar en occidente, y en particular, en el viejo enemigo, el gobierno los Estados Unidos. Cuando llegó a Presidente, hizo muchas cosas a su manera, actuando según los intereses estratégicos rusos y no para los intereses de las compañías extranjeras. La colaboración entre el gigante de la energía Gazprom y el gobierno ruso es sólo un ejemplo de las políticas realistas y económicas que hicieron de las firmas rusas actores globales. Putin ha supervisado el desarrollo económico masivo, basado en gran parte en ventas de petróleo y esto ha permitido que el nivel de vida en Rusia se elevara.

Diez años después de la crisis de 1998, Rusia es un país nuevo. El World Economic Outlook del Fondo Monetario Internacional (FMI) ofrece algunas perspectivas fascinantes. Con un índice medio de crecimiento anual de 7.75% de Producto Nacional Bruto y superávits de cuenta corriente (8.8% en 2005, 3.1% para 2008), la economía rusa está tomando poder y muestra una fuerza considerable. A diferencia de la mayoría de las economías occidentales, como Gran Bretaña, Francia y los Estados Unidos, quienes han tenido constantes déficits, Rusia es capaz de reunir riqueza y construir recursos para dibujar el futuro. Rusia ha pagado su deuda exterior y ahora acumula cantidades crecientes de dinero.

La principal desventaja de todo esto ha sido la inflación extremadamente alta, aumentando del 8% anual al 12%, pero el gobierno está intentando tomar el control de esta situación. Rusia está también mejorando sus condiciones para incentivar la inversión que ha crecido junto con la productividad. Los ingresos reales disponibles han igualado la inflación, llegando a ser del 10% por año.

La fuerza de la posición rusa se encuentra reflejada en los índices de crecimiento previstos: cuando las economías globales están teniendo una recesión siguiendo los problemas de las hipotecas sub-prime de los Estados Unidos, la economía rusa es probable que descienda hasta un crecimiento anual del 7%; alrededor del 5% de crecimiento mayor que el que la mayoría de las economías occidentales pueden esperar.

Y por último, bajo el gobierno de Putin, el desempleo en Rusia se ha reducido a la mitad. Mientras que es válido criticar al gobierno ruso por sus abusos de los derechos humanos y corrupción, el hecho es que el gobierno ruso ha creado una sociedad próspera, y aunque siguen habiendo problemas que resolver, el hecho de que Rusia lo está haciendo bien es casi un milagro, considerando que los complejos centros financieros de Londres y Nueva York tardaron cientos de años en desarrollarse, mientras que Rusia ha logrado mucho en apenas veinte años. A pesar de los problemas, ese gran crecimiento económico no sucede por sí mismo sin un gobierno competente y sabio.

Sin embargo, hay áreas en las que Putin necesita lidiar y estar preparado. La inflación es una de los más importantes. Los altos precios de los productos domésticos significa que mucha gente se está quedando atrás y son incapaces de comprar productos de consumo, ayudando a dividir la sociedad en aquellos que pueden adquirir y los que no. Al respecto, Rusia está continuando con sus tradiciones históricas y las trayectorias seguidas por otros países europeos del este creando una sociedad donde la mayoría sigue siendo bastante pobre, mientras que una elite de súper ricos está emergiendo. Con el alto índice de inflación, el gobierno también necesita ver cómo esto va a socavar la moneda rusa a nivel internacional y cómo va a erosionar los ahorros de la mayoría de los rusos. Mientras que Putin es un líder excepcionalmente popular, si los precios subieran tanto que nadie pudiese comprar, el descontento crecería, la nostalgia por el partido comunista y el malestar social podrían desestabilizar el país.

Una de las razones del aumento en la inflación es que el capital internacional circula en Rusia y ha llegado a ser fácilmente accesible. El peligro de esta situación es que la gente accede a demasiados préstamos y se van endeudando. Hay señales de que esto está ocurriendo: uno de los elementos más importantes del crecimiento económico ha sido el gasto del consumidor, y es alimentado de alguna manera por el fácil acceso al crédito. El gobierno de Rusia debe controlar este aspecto: si los rusos se endeudan demasiado y si las regulaciones financieras no se endurecen (el FMI notó que estas necesidades deben ser mejoradas), los inversores pueden dejarse llevar por el pánico con los niveles de deuda que surjan y retirar el crédito y préstamos, lo que conllevaría una recesión o una nueva crisis económica. Por el momento, los altos tipos de interés deberían disuadir a la población de endeudarse demasiado, pero si los tipos de interés caen, entonces esto podría exponer a Rusia a problemas económicos ya experimentados en los EEUU y el Reino Unido, donde el crédito era ofrecido a personas quienes simplemente no podían pagarlo.

Una de las principales causas del crecimiento de Rusia son los precios del petróleo y del gas. Debido al aumento de la demanda global, Rusia ha sido capaz de expandir sus gaseoductos y acumular una gran cantidad de dinero. Esta afluencia de ingresos hará que Rusia continúe invirtiendo en mejoras domésticas y modernice sus capacidades en la escena internacional.

Una consecuencia de toda esta riqueza es que los estados satélite de Rusia, los que fueron parte de la URSS, han permanecido unidos a través de lazos económicos con la economía rusa. Por lo tanto, la economía rusa está siendo, muy al gusto del Kremlin, el motor de la Comunidad de Estados Independientes (CIS). Si Rusia se ralentiza, el crecimiento en todos estos estados se vería igualmente afectado. Esto le da a Moscú un mayor poder de influencia en sus relaciones diplomáticas con los gobiernos de estados como Tajikistán, Turkmenistán y Kazakistán. Así en la batalla por la influencia de esta región con los Estados Unidos, Rusia detenta algunas cartas muy poderosas.

Los estados cercanos a Europa, como Ucrania, Georgia y Armenia, han sido los más problemáticos para que Putin amplíe la “esfera de influencia” de Rusia. Estos estados han tenido constantes déficits comerciales (Ucrania tenía 6.2 el 2007, Georgia un gran 15.2% el mismo año), lo que ha debilitado sus posiciones. Esto sería un área interesante de observación. Putin no quiere que estos estados se integren en la Unión Europea, o la OTAN, ya que la influencia de los EEUU sobre esta área aumentaría. De igual manera, la UE y los EEUU quieren controlar la cantidad de influencia que Moscú tiene sobre estas naciones para así debilitar el poder de Rusia.

Por el momento, podemos esperar estabilidad en esta región: la UE y los EEUU pagarán por los déficits para así ayudar a los estados contrarrestando la influencia de Rusia; pero a largo plazo con el debilitamiento del poder de los EEUU y una Europa dependiente del gas y petróleo de Rusia, el poder de Rusia aumentará, por lo que tal vez podamos esperar ver a Moscú detentar nuevamente un mayor control sobre estas áreas.

Incluso a largo plazo, el tema no está desprovisto de problemas. Muchas predicciones del crecimiento de Rusia están basadas en continuos ingresos por petróleo en un tiempo en el que existen numerosos esfuerzos para diversificar las fuentes de energía lejos del petróleo. Lo que podemos afirmar con relativa seguridad es que en los próximos cincuenta años el petróleo continuará siendo el combustible de mayor demanda y a la larga Rusia continuará atrayendo inversiones a largo plazo debido a los altos ingresos provenientes del precio del petróleo.

Los comentarios del FMI respecto de la gestión del gasto en Rusia señalan que tal gasto necesita estar en línea con la cantidad de dinero procedente de la venta del fuel. Las necesidades sociales de Rusia aún son ingentes, pero cualquier inversión masiva del gobierno en las mejoras que excedan en demasía las rentas de ventas del petróleo, podría recalentar la economía y conduciría a una gran corrección del mercado en un futuro cercano. El gasto público podrá ser el responsable del aumento de la inflación en un momento en el que necesita control y esta situación podría golpear duramente a los más pobres.

La preocupación más importante a largo plazo de Rusia debe ser el colapso demográfico que ha ocurrido desde el final de la Unión Soviética. Mientras que los programas basados en el nacionalismo han animado a la gente a procrear, todavía hay una reducción de la población que frenará la economía. Rusia necesita todas las reservas financieras para poder financiar los ajustes sociales necesarios para una población que se reduce. Se encuentra en el camino para conseguir una base sólida.

Glen Ruffle
Investigador en Global Vision




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