jueves, 13 de diciembre de 2007

¿Por qué no te callas?Y la Comunidad Iberoamericana

Número 6/Diciembre-Enero 2008
Juan Luís Dorado

Uno de las principales preocupaciones de quien organiza un acto público es saber la repercusión que tendrá en los medios. Cuando uno invita a personalidades, se expone a que sus cargos tengan más peso que el propio contenido del acontecimiento en cuestión, y que éste solo quede enmarcado en lo que tal o cual protagonista haya hecho o declarado.

Supongo que el lector ya va haciéndose una idea de por donde irán estas letras. Hablamos de la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se ha celebrado en Santiago de Chile. La que ahora se conoce como Cumbre “¿Por qué no te callas?”.

Al finalizar la Cumbre, el día siguiente al conflicto entre el rey Juan Carlos y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se podía observar en los medios de comunicación españoles que la Cohesión Social (tema central del encuentro) había ocupado bien sea pocos segundos o pocas líneas en la cobertura de la Cumbre.

En la historia de las Cumbres Iberoamericanas, la de Santiago ha sido la primera que se puede considerar realmente productiva. Los Gobiernos iberoamericanos han alcanzado por primera vez acuerdos que no son papel mojado, y que van a influir realmente en el día a día de los ciudadanos iberoamericanos.

Pero eso no ha valido para que una frase, una real frase, se haya convertido en el leiv motiv de la Cumbre de Santiago.

Por un lado alguien puede pensar, que así se da mayor publicidad del evento. Pero más realista es considerar que se ha dejado en un segundo plano el trabajo que durante todo un año han realizado el Gobierno chileno, la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y las distintas misiones de cada uno de los países encargados de preparar la cita de la capital chilena.

Cohesión Social

Durante más de un año, la SEGIB ha trabajado con los distintos países de la Comunidad Iberoamericana en el tema central de la Cumbre, propuesto por la presidenta chilena, Michelle Bachelet: la Cohesión Social.

Primero fue necesario definir que es la Cohesión Social, y luego, una vez alcanzado el consenso sobre el concepto, se inició el trabajo para proponer medidas que permitan alcanzarla en América Latina, poniendo en todo el momento de relieve una de las principales problemáticas de la región: la tremenda desigualdad existente entre sus sociedades.

La XVII Cumbre Iberoamericana ha supuesto un cambio en las relaciones entre los países miembros de la Comunidad Iberoamericana, ya que los compromisos adquiridos son mucho más prácticos que en ediciones anteriores.

El documento final, la Declaración de Santiago ha ido acompañado, por vez primera, por un Plan de Acción suscrito por todos los países iberoamericanos, cuyo objetivo es poder llevar a la práctica los compromisos adquiridos en el texto clave del encuentro.

En su balance sobre la Cumbre, Michelle Bachelet destacó el “consenso de absolutamente todos los Presidentes” para firmar la Declaración Final. Y habló de un nuevo pacto social. Un nuevo pacto social para América Latina.

Esto lleva a la reflexión. ¿Un nuevo pacto social? Y puede dejar una evidencia muy clara: los mandatarios iberoamericanos escogieron el ámbito de la Cumbre de Santiago para dar el pistoletazo de salida a una nueva serie de políticas orientadas a conseguir la Cohesión Social en América Latina. Esto es, reducir la tremenda brecha social existente.

En su discurso final, la anfitriona de la Cumbre recalcó el compromiso de los Gobiernos para “superar las desigualdades”, y apostó firmemente por ese nuevo pacto social mediante el trabajo conjunto por “alcanzar sociedades inclusivas”.

En resumen, llegan nuevos vientos, y sobre todo un compromiso (que ya es algo) de trabajar por reducir las diferencias entre pobres y ricos en la región. Ahora llegara el momento de la verdad. ¿Quedará todo en papel mojado? América Latina vuelve a tener una oportunidad única para resurgir y salir adelante, pero… ¿será aprovechada?

Sin duda, es llamativo el Plan de Acción que ha surgido del marco de la XVII Cumbre Iberoamericana. Sus 53 puntos acompañan a los 22 de la Declaración de Santiago, y nace como un instrumento orientado a la acción. Por primera vez, las palabras bonitas que adornaban tanto dejan paso a la acción, a lo concreto.

Y este documento fija objetivos claves y claros: impulso a los sistemas de seguridad social, buscando una cobertura universal para los ciudadanos; un llamamiento a promover el cumplimiento de las normas internacionales de empleo; así como planes concretos en el ámbito educativo como la nueva iniciativa iberoamericana destinada a fomentar una mayor movilidad de los estudiantes de maestrías y postgrado dentro de los países de la Comunidad Iberoamericana.

Convenio Iberoamericano de Seguridad Social

Pero sin duda alguna, la estrella no mediática de la Cumbre ha sido el Convenio Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social. Este documento es el primero de este carácter que se aprueba en el marco de las Cumbres Iberoamericanas, lo que supone un primer paso histórico de cara a convertir estas reuniones en un instrumento más efectivo.

El Convenio, que beneficiará a más de seis millones de inmigrantes iberoamericanos, permitirá que los trabajadores del área de la Comunidad Iberoamericana puedan “sumar en el momento de su jubilación todas las cotizaciones efectuadas a lo largo de su vida laboral aunque haya transcurrido en diferentes países de la región”.

Su aplicación influirá en todas las vertientes de la seguridad social: invalidez, por vejez, por supervivencia, por accidentes de trabajo y enfermedad profesional. Ahora, tendrá que ser ratificado por los Parlamentos de los países firmantes, pero no cabe duda de que su puesta en práctica es muy beneficiosa para millones de personas. ¿Puede ser que las Cumbres Iberoamericanas sirvan para algo, ¿no?

Una nueva era en las Cumbres Iberoamericanas

Muchos pensarán que ya era hora de que estas reuniones sirvieran para algo. Pero quizás, ellos mismos (e incluyo a muchos medios de comunicación) nunca han profundizado, ni desde luego lo han hecho este año, en el trabajo real de la Cumbre. La labor que se realiza en las reuniones ministeriales previas, los continuos seminarios y encuentros que se han producido todo el año,…

Siempre hay algo. O es la ausencia de muchos presidentes, o es el intercambio de corbatas, o es que un Rey mande callar a un gobernante. Pero a la hora de la verdad, a la hora de analizar los efectos que dejará el trabajo realizado para llegar a esa Cumbre Iberoamericana: primero, muy pocos lo conocen, y segundo, menos son los que lo cuentan y explican.

Es necesario que los ciudadanos vean que estas reuniones no son solo un encuentro entre Presidentes que se dedican a comer y a visitar e inaugurar cosas, sino que tiene un trabajo enorme detrás, un trabajo que se desarrolla en muchísimos proyectos de cooperación como Ibermedia, Iberescena, el Plan Iberoamericano de Alfabetización,… nombres muy desconocidos para muchos ciudadanos… y medios de comunicación.

Vivimos en una sociedad globalizada, donde solo importa lo que sale en televisión o en primera plana de los periódicos. Y muchas veces se pierde todo en la lectura de titulares… nadie llega al fondo. Pues lo mismo pasa con actos como las Cumbres Iberoamericanas.

Si realizas una encuesta entre los ciudadanos y ciudadanas españoles, un mínimo porcentaje sabrá que el tema central de la Cumbre era la Cohesión Social. En cambio, seguro que todos han visto el ya mítico “¿Por qué no te callas?” que don Juan Carlos sugirió a Hugo Chávez.

Sería necesaria una forma diferente de explicar las cosas. Si la sociedad considera muchas veces inútiles reuniones como las Cumbres Iberoamericanas, mucho tiene que ver con que nadie les explica que pasa ahí. Y en esto es importante englobar tanto a los medios de comunicación como a los Gobiernos.

Y sin duda, la cita de Santiago de Chile parece vislumbrar un nuevo amanecer para las Cumbres Iberoamericanas, menos idealista, más práctico. Menos de adorno en cuanto a palabras y mucho más de acción.

El Secretario General Iberoamericano, Enrique V. Iglesias, calificó en la ceremonia de clausura a la Cumbre como “la de mejor cosecha de toda su historia”. Y si un hombre tan experimentado como Iglesias, que ha participado en las diecisiete celebradas hasta el momento lo dice, debe ser por algo.

Es hora de que la Comunidad Iberoamericana de un paso delante de cara a consolidarse en la comunidad internacional. Es el momento oportuno de afianzar sus relaciones y trabajar codo a codo para alcanzar la Cohesión Social en la región. Es el instante preciso para dejar el papel mojado y llegar a aplicar políticas sociales que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas iberoamericanos.

Pero también es hora de que la sociedad se acerque a este proceso, de que deje de ser un iceberg político, del que solo se ve lo que sale en las fotos, y conozca más a fondo el importantísimo trabajo de base que se realiza.

Es la hora de que América Latina proceda a dar el golpe sobre la mesa que esperan sus ciudadanos y ciudadanas, que ocupe un lugar en el mundo, quizás con el apoyo de la Unión Europea. Y para esto, ¿qué mejores cicerones que España y Portugal? Y si esto está claro… ¿qué mejor marco que las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno?

Todo esto lo podremos comprobar el año próximo en El Salvador, con la juventud como tema central. Por el momento, es la hora de la Cohesión Social para América Latina. Es la hora de la Comunidad Iberoamericana.

Juan Luís Dorado
Periodista especializado en América Latina

Más información sobre la XVII Cumbre Iberoamericana en Ciberamerica.org

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