lunes, 15 de octubre de 2007

El “efecto mariposa” en la crisis hipotecaria de EEUU

Número 5/ Octubre-Noviembre 2007
I. Máñez


Si agita hoy el aire de Beijing una mariposa puede modificar los sistemas climáticos de Nueva York el mes que viene. Esta idea, conocida como “el efecto mariposa” ejemplifica visualmente la repercusión mundial que está teniendo la crisis de las hipotecas en EEUU. Y es que en un mundo globalizado en el que vivimos, la economía no puede escapar de esta parábola. Por lo tanto, si la primera potencia mundial entra en recesión, el resto de economías del planeta también se ven afectadas de una manera u otra. Este ha sido el caso de España, con seis fondos y cinco sociedades de inversión afectados por la crisis de las hipotecas subprime.
El comienzo del aleteo

A diferencia de otras crisis vividas recientemente en terreno norteamericano, donde el terrorismo o el estallido de la burbuja tecnológica han sido los factores desencadenantes, la actual está relacionada con el mercado inmobiliario en su versión más extrema. En esta ocasión el aleteo de la mariposa se origina con el aumento del impago de las hipotecas subprime, también conocidas como “hipotecas basura”, por ser blandas en sus condiciones de concesión pero duras en sus intereses. El aumento en un 14% de la morosidad en este tipo de hipotecas (concedidas entre 2003 y 2004 a personas en una situación de riesgo financiero), unido a la caída en picado de los precios inmobiliarios en EEUU ha provocado la actual crisis que azota a los principales parquets mundiales.



La Reserva Federal americana, máxima autoridad monetaria en EEUU, en un intento de calmar a los inversores, ha pretendido quitar hierro al asunto señalando que tan sólo tres de 56 bancos norteamericanos han admitido tener más de un 20% de sus créditos hipotecarios bajo la fórmula “subprime”. En ese sentido, los responsables del organismo económico han asegurado que "la exposición de los bancos comerciales de Estados Unidos a las problemáticas hipotecas subprime es generalmente pequeña". No obstante, el aumento constante de la morosidad en este tipo de hipotecas, y su diferencial con las hipotecas tradicionales (muy inferior al 1% de impago), no ha conseguido calmar el temor de los inversores.

Para aumentar la confianza en el mercado inmobiliario, la primera medida que tomaron los bancos centrales fue la de pedir un mayor tipo de interés para prestar dinero. Esta subida dificultó el acceso a los créditos y como consecuencia la Reserva Federal se ha visto obligada a inyectar dinero en efectivo para mejorar la liquidez. El segundo paso llevado a cabo por la Reserva Federal de Estados Unidos ha sido rebajar los tipos federales de interés en medio punto porcentual hasta el 4,75% ante el temor de que la crisis inmobiliaria pueda salpicar al resto de sectores económicos.

El efecto español

Por su parte, los intereses españoles en el mercado inmobiliaria no han podido escapar del aleteo de la mariposa. Según ha revelado la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) un total de seis fondos y cinco sociedades de inversión se han visto afectadas por la crisis crediticia norteamericana. De ese capital invertido en el mercado inmobiliario americano, alrededor de 36,7 millones están directamente relacionados con las hipotecas basura.

Según datos del CNMV los fondos españoles que más se han visto afectados son March Monetario Dinámico, Gescooperativo Multiestrategias Alternativas, Gesccoperativo Tesorería Dinámica, Can Dinámico Plus, Laietana Gestiò Activa y Cajamar Monetario Dinámico. Por otro lado, las sociedades de inversión implicadas son CCR Invest 2001, Inversions el Cirerer , Volga de Valores Inmobiliarios, Cifuentes de Inversiones y Ansafer Inversiones. Los fondos extranjeros temporalmente suspendidos son Oddo Cash Plus, ABS Invest Unico, Parvest Dinamic, ABS Fund de WestLB Mellon y Oddo Court Terme Dynamique.

Caso especial es el de Cajamar, que posee un 1,70% del patrimonio del fondo Oddo Court Terme Dynamique, así como un 2,27 % del fondo Oddo Cash Plus. Ambas participaciones están calculadas en unos 895.000 euros, paralizados como consecuencia de la crisis. Asimismo, Cifuentes de Inversiones, gestionada por BBVA Patrimonios, tiene paralizado unos 97.000 euros, fruto de la participación de un 2,6 % en el fondo Parvest Dinamic ABS, suspendido por BNP Paribas.

En resumen, y según datos de la CNMV, el efecto sobre las instituciones de inversión colectiva ha sido mínimo, ya que de los 290.000 millones de euros invertidos, la crisis sólo ha afectado a 46,9 millones, el 0,016% del patrimonio total de dichos fondos y Sicav, y el 2,9% del patrimonio de las 14 sociedades españolas implicadas.

Mientras al otro lado del Océano Atlántico, el aleteo de la mariposa se vive en forma de tormenta de verano. A la caída de la bolsa española se le ha sumado el descenso del precio de la vivienda y la subida de las hipotecas. Al igual que George Bush salió a la palestra para defender la viabilidad del modelo inmobiliario americano, el ministro de Economía español, Pedro Solbes, ha asegurado que de momento “no hay riesgo” para el mercado financiero español y el inmobiliario se vayan a afectar de forma directa, pero si “con efectos indirectos” por la crisis norteamericana. Con estas palabras quizás Solbes tenga en su cabeza lo que a principios de 2007 alertó el Fondo Monetario Internacional sobre la especulación inmobiliaria en España y sus efectos sobre la clase media.

Y es que la subida continua de los tipos de interés está afectando negativamente a la renta disponible de las familias españolas y a los beneficios de algunas empresas. Sirva como ejemplo algunas cifras. Sin ir más lejos, el año 2006 se despidió con un endeudamiento de las economías familiares de 831.800 millones de euros. Es decir, con un aumento del 171% sobre 1996, una suma que en relación con su renta disponible bruta representaba en 2006 el 133%, lo que pone en peligro la capacidad de reembolso de las hipotecas. Para el consumidor español el mayor problema que puede surgir del devenir de la crisis crediticia de Estados Unidos estriba en la subida del Euribor, que es el que rige las cuotas hipotecarias, y que ha manifestado un repunte significativo en lo que va de año.

Para los profesionales del mercado inmobiliario español, voces más alarmistas, como las emanadas por Red de Expertos Inmobiliarios (REI), apuntan que el 30% de las agencias inmobiliarias que operan en España podrían cerrar en 2007, mientras que el resto deberán renovarse para poder hacer frente a la reducción de ventas de viviendas y al inicio de un nuevo ciclo en el sector. Sirva como ejemplo el anuncio de Fincas Corral que ha decidido cerrar la mitad de sus oficinas como "ajuste" al sector inmobiliario.

Aunque el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional han anunciado que la crisis crediticia de EEUU no rebotará en España a corto plazo, llama la atención que el Banco Santander ha comenzado a constatar "síntomas de impuntualidad" en el pago de las hipotecas como consecuencia de la subida de los tipos de interés. No obstante, la entidad financiera asegura que no se ha producido un aumento de la morosidad, tal y como está sucediendo con las hipotecas subprime norteamericanas.

Conclusión

Si bien es cierto que el mercado inmobiliario de EEUU está atravesando una crisis financiera provocada por el impago de las hipotecas subprime, también lo es que no podemos generalizar estos efectos en todo el territorio americano. Al igual que en España, la primera economía mundial tiene nichos de mercado ajenos a la crisis. Sirva como ejemplo el mercado inmobiliario de ciudades como Portland, Seatle o Manhatan, que mundo aparte, sigue batiendo récord tras récord en el precio de la vivienda.

Además, mientras que en España si que se está notando una desaceleración del mercado inmobiliario, en el conjunto de la Unión Europea (UE), la inversión inmobiliaria ha alcanzado los 120.000 millones de euros durante el primer semestre de 2007. Es decir, un 9% más que en el mismo mes del período anterior, según el Boletín de Mercados de Capitales Europeos de la consultora Jones Lang Lasalle.

Retomando la teoría del “efecto mariposa”, es difícil predecir el desenlace final. Aun es pronto para saber si el aleteo de la mariposa en Beijing provocará un huracán en Nueva York. Como señala la teoría del meteorólogo Edward Lorenz, “pequeñísimas variaciones en los datos de origen, del orden de las diezmilésimas, son susceptibles de causar enormes cambios en los resultados finales”. En términos más coloquiales, pretendo decir que en un mundo globalizado y con mercados separados por diferentes divisas, las decisiones tanto de la Reserva Federal como del Banco Central Europeo serán decisivas a la hora de cuantificar los efectos de la crisis financiera americana en la economía no solo española, sino mundial.

I. Máñez
Periodista

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