miércoles, 15 de agosto de 2007

México, modernización y tecnología en tierras aztecas

Número 4/Agosto-Septiembre 2007
Naiara Cáliz Fernández

Desde hace varios años, el mercado mexicano se viene alzando con un importante crecimiento económico, fomentado por la estabilidad política y económica que alberga desde hace alrededor de seis años. Con la polémica llegada al poder del conservador Felipe Calderón, tras unas no menos polémicas elecciones, ha hecho que las relaciones comerciales tengan un punto de inflexión en lo que venía siendo el gobierno del anterior presidente Vicente Fox.

Con la continuidad en el Gobierno del Partido de Acción Nacional (PAN), las infraestructuras por modernizar el país siguen siendo la prioridad que en su día marcó Fox. Para llevar a cabo este plan de estabilización y de modernización se necesita de la inversión extranjera, bien para llevarlas a cabo como para su financiación. México, en este afan emergente firmó en el 2000 un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea mediante el cual el 48% de los productos industriales no tienen arancel y, a partir de 2007, se produciría una desgravación total, salvo en revestimiento cerámicos.

Estados Unidos es el principal país inversor, con un 60 por ciento de lo inevrtido, seguido de España con el 10,8por ciento, Holanda con el 10,5 por ciento y Reino Unido con el 3,3 por ciento. No es de extrañar que con estos índices de inversión que se barajan, México este desarrollando una economía a un ritmo vertiginoso en el que todo tiene cabida. El mercado azteca es una de las vías de comunicación entre diferentes países. En un enclave estratégico que supone un puente para Norteamerica y un nexo común con los países centro y sudamericanos, muchas multinacionales han puesto los ojos en un emergente, económicamente hablando, México.

No hay que olvidar que en el mundo en el que vivimos, en el que todo está expuesto a continuos cambios, las nuevas tecnologías tengan un papel fundamental en el desarrollo económico de cualquier país. En el caso que abordamos, suponen un reto para el Gobierno mexicano que quiere empezar a desarrollar infraestructuras en las que primen las tecnologías del futuro. Estos nuevos proyectos gubernamentales son un desafío para las empresas que no dudan en querer hacer negocios con un país que es uno de los más estables económicamente de Latinoamérica. Así lo ratifican los estudios de las mejores consultoras mundiales que sitúan a México entre los emergentes estables y con poco riesgo de perder el camino ganado.

A parte de las ventajas que comentábamos anteriormente, México tiene unas ventajas que no se pueden dejar pasar por alto. La población mexicana está cada vez más preparada para desarrollar puesto de trabajo relativos a nuevas tecnologías y su mano de obra es relativamente baja lo que supone una ventaja económica, a su vez, como señalábamos, supone una entrada natural al mercado latinoamericano, la proximidad del mercado norteamericano y la publicación de tratados de libre comercio conjuntos deja n entrever que es un país que se ha modernizado y que está preparado estructuralmente para la cultura de los negocios. Estos tratados que permiten la libre circulación de mercancías suponen, a su vez, barreras de entrada y una protección de los derechos intelectuales en las tres áreas geográficas.

Aunque destaquemos estas previsiones positivas y afirmemos que pueden llevarse a cabo sin mucha dificultad, no debemos pasar por alto que a pesar de esta emergencia económica, México, se sitúa como uno de los países que tiene un índice menor de penetración y uso de Tecnologías de la Información y Comunicación. Por este motivo, muchas de las empresas que se lanzan a tener relaciones comerciales con el país se encuentran una serie de dificultades que con tenacidad pueden ser capaces de sortear, como ya han demostrado algunas de ellas, que han conseguido tener su propio distribuidor en México e implantarse, no sin dificultades, en el país.

Los retos que se les presentan a las empresas españolas que desean hacer negocio al otro lado del Atlántico son la fuerte competencia que hallan con el depreciado dólar frente al euro. Productos paralelos, con una misma composición pero de más baja calidad en cuanto a contenidos, se presentan con un precio inferior y suponen una barrera de entrada. Además, el renombre de algunas multinacionales americanas que se implantaron y tienen una elevada presencia local provoca un prestigio difícil de superar entre los nuevos inversores. Esta implantación norteamericana también significan un reto para nuestros empresarios puesto que deben competir con empresas con un alto grado de inmersión y muy bien valoradas entre los propios ciudadanos. Acceder al mercado mexicano supone, en gran medida, hacerlo al norteamericano que dispone de grandes infraestructuras en el país, así también, pueden cooperar con el mercado de Canadá, puesto que México es un buen canal de acceso al resto de mercados americanos, tanto al norte como al sur del país.

Otra de las luchas que se perciben es la del producto nacional contra el extranjero. Empresas mexicanas venden productos similares a los españoles y como no existen barreras arancelarias, los mismos empresarios juegan un papel importante, la burocracia que puede llegar a ser muy intensa en este campo para un pequeño empresario puede producir cierta senasción de vacío pero las ganas de crecer económicamente hacen de México un escenario propicio para las relaciones comerciales. No podemos evitar mencionar que aunque, como venimos enunciando en este texto, México es una país económica y políticamente estable. Pero no hay que olvidar que los restos de fuertes represiones en el sistema ocasionan que, en muchos casos, exista un alto índice de corrupción. Este aspecto puede provocar un cierto retraimiento en las inversiones pero, afortunadamente, cada vez son menos los casos que demuestran un retroceso en las relaciones comerciales con otros países, aventurando un futuro que para nada parece ser desalentador.

Ciudades Estado como Distrito Federal, Monterrey y Puebla son los que más se están beneficiando de este nuevo plan apoyado por el Gobierno de Calderón y es aquí donde existen las verdaderas oportunidades de negocio con respecto a las nuevas tecnologías. Obviamos, por tanto, la zona de Cancún y Acapulco donde prima el sector servicios y que ya se ha repartido entre el mercado norteamericano y europeo. El nuevo plan de infraestructuras de comunicaciones alberga desde subestaciones eléctricas hasta la construccion de carreteras.

Además, el Gobierno mexicano ha insertado en su política el Plan Nacional de Desarrollo donde aparecen diversos programas que ayudan a la implantación de las tecnologías de la información y que buscan el fomento y el crecimiento de la industria mexicana, como el programa fondo PYME o los programas estatales generados entorno a parques tecnológicos como el de Monterrey, que será una de las infraestructuras con mayor relevancia del país y la que más apoyo tiene por parte del Gobierno.

Según estudios de la Oficina Comercial española en Monterrey, es en el campo de los servicios donde mayores logros se pueden hacer. Así, las representaciones españolas se puede encontrar en la Administración Pública, en infraestructuras, sistemas de gestión de redes en tiempo real, servicios de Tecnologías de la Información en empresas, seguridad informática y outsourcing.

El crecimiento en el sector de la TIC continuará desarrollándose a un ritmo del 16 por ciento hasta 2010, según auguran los estudios de mercado. De esta manera, se situaría por encima de la media mundial. Según estos datos, México se convertiría en la segunda potencia iberoamericana en desarrollar un mercado de Tecnologías de la Información, después de Brasil. Si bien, la brecha tecnológica que puede sufrir por la diferencia que hay en el reparto de la riqueza, todo indica que influirá en el desarrollo del mercado y en una efectiva importación.

Tenemos que tener en cuenta la modernización de la educación mexicana que está aportando licenciados muy válidos para llevar a cabo estas acciones de modernización que se plantean. Un punto clave y contrapunto para las importaciones es que en ocasiones pueden llevar al plagio de componentes de otros países. La propiedad intelectual tiene un vacío legal en México porque no existe una regulación esclarecedora para los productos importados. Por este motivo, se aconseja que en el caso de querer mantener una relación comercial con el país se venga desde el país de destino con una patente y, a su vez, patentarla en México, de esta manera se puede reforzar la marca en el país y hacer menos vulnerables las copias indiscriminadas a menor valor monetario.

Los productos españoles en México tienen buena aceptación, los lazos culturales con España y la tendencia a ver mejor lo extranjero que lo nacional, revaloriza a nuestros productos. Aunque en el campo de la Tecnologías de la Información la imagen sea un tanto vaga por la poca relación que aún se da en el sector.

Todo indica que las brechas actuales que existen en las relaciones comerciales tienden a su desaparición y apostamos por el mercado mexicano como barrera de entrada en el mercado iberoamericano. Y gracias a la inversión gubernamental en el sector y el afán de los empresarios por acceder a este mercado, se convertirá en una de las principales potencias latinoamericanas en importación de tecnología internacional.

Naiara Cáliz Fernández
Periodista especialista en Relaciones Internacionales y técnico en Comercio Exterior

Bibliografía:
• Informe Económico y Comercial de México. Oficina Comercial de España en México. 2007
• Nota sectorial: El mercado de las tecnologías de la información en México. Fernández Rodríguez, Rubén. Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Monterrey. 2007
• World Bank. http://web.worldbank.org
• www.stat-usa.gov
• Standard & Poor’s. http://www2.standardandpoors.com

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