domingo, 15 de abril de 2007

Elecciones presidenciales en un Estado fallido

Número 2/ Abril-Mayo 2007
Cicibel Lucas

En Guatemala se realizará en pocos meses el proceso electoral y aquí hacemos una reflexión del sistema de partidos, las falsas promesas de los políticos y los eternos retos sociales. Internacionalmente llama la atención la participación, por primera vez en el país de una mujer. Enhorabuena, entramos en la lista de países con aspirantes femeninas al poder, pero en los tiempos que atropellan al país conviene discutir sobre el grupo de candidatos en consonancia con los problemas que el ejecutivo entrante heredará para intentar, sino resolver, al menos mejorar en los próximos años.

De los partidos políticos inscritos para la contienda 2007 encontramos un panorama poco optimista. La encuesta que publica El Periódico sostiene que 4 candidatos son los favoritos, el primer lugar lo tiene Álvaro Colom, con una intención de voto de 32% seguido por Otto Pérez Molina con un 13%, casi 20 puntos por detrás, Alejandro Giammattei postulado por el PAN alcanza un 5.4%, seguido por Rigoberta Menchú que ocupa la cuarta posición con un 4.4%, aunque estos datos no definen hasta ahora nada más que el puesto de Colom a la cabeza y la incursión de Menchú con muchas posibilidades de alcanzar a Pérez Molina, una vez que entremos en el segundo semestre del año y se acerque el 9 de septiembre, fecha en que se acudirá a las urnas. Los 3 partidos a la cabeza en las encuestas encajan poco en las necesidades del contexto social. Sus propuestas y principios no resultan creíbles para el desgastado Estado.

Álvaro Colom del partido Unión Nacional de la Esperanza, fundado en 2002 suena como el candidato más cercano a la presidencia, quedó en segundo lugar en las elecciones de 2003. Fue Viceministro de Economía en 1991-1992 y Director de FONAPAZ Fondo Nacional para la Paz entre 1992-1998, y si se cumple la dinámica que ha primado en los 2 últimos procesos será presidente, pues el partido que queda en segundo lugar, en el proceso siguiente se hace con la victoria. Colom se identifica como hombre de clase media, tradicional asomándose al socialismo. En las campañas ha recurrido a la descalificación del oponente como acento de una agenda de trabajo casi imperceptible. También ha sido acusado de recibir fondos ilegales para su campaña.

Postulado por el Partido Patriota -PP-, Otto Pérez Molina, militar retirado en 2000. Tuvo participación como comandante del ejército durante la guerra civil en la región de El Quiché. Si llega a gobernar es un hecho a tener en cuenta para posibles decisiones en materia de seguridad ciudadana, cuando existen rumores en el país de procesos ilegales de seguridad, como la existencias de escuadrones de la muerte con la venia del Estado. El PP no había tenido presencia en los primeros puestos de las encuestas desde que se funda en 1992, y ha ido escalando posiciones cuando lo partidos PAN y GANA, anteriores ganadores de los comicios, han dejado un vacío por los escándalos y discrepancias que han tenido los principales candidatos dentro de cada grupo.

Con una historia conocida fuera de las fronteras centroamericanas, Rigoberta Menchú dirigente indígena de Guatemala y premio Nóbel de la Paz anunció el 21 de febrero de este año su candidatura. Actualmente es embajadora de la paz, invitada por el gobierno de Berger. Su partido Encuentro por Guatemala tiene un sentido de izquierda que aspira a ser una expresión institucional socialdemocracia. Este grupo tiene raíces en varios partidos creados y fallidas permanencias. Antes fue la Alianza Nueva Nación -ANN- creada en 1999 por agrupaciones disidentes de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG-. Nineth Montenegro es la principal impulsora de este partido que nace como el Grupo de Apoyo Mutuo -GAM-, que tras el secuestro de su marido allá por 1984 se hace activista por la lucha de los derechos humanos. Ha tenido representación en el Congreso de la República y ha destacado por su trabajo en defensa de los derechos de la mujer y la fiscalización del Ejecutivo, con énfasis en el Ejército.

De los partidos políticos y el gobierno no se puede decir que hayan logrado que el Estado tenga cobertura institucional y jurídica, a eso se suman vicios de organización, falta de sentido histórico en todos los grupos u organizaciones políticas y un proyecto a largo plazo. La legitimidad inicial del ejecutivo ha contado siempre con el desencanto de la población. Esto refleja el escaso desarrollo político de los partidos y un sistema electoral que solamente legitima cada 4 años el advenimiento de un nuevo gobierno, cuya visión solo alcanza al corto plazo. El actual resultado es la fracción entre partidarios que no comparten ni ideología ni programa, y no se han permitido trabajar coordinadamente. Los partidos tienen una organización dualista, se establecen relaciones entre actores que tienen poderes y estatus desigual y desaparecen cuando las expectativas de unos dejan de materializarse. La falta de solidez del sistema de partidos hace que los políticos se cambien de partido según lo más rentable a sus intereses. Los partidos no tienen capacidad de movilizar a sectores sociales de apoyo, por consiguiente cuando se encuentran ejerciendo la oposición política no cuentan con el apoyo de la ciudadanía. Por su parte, la sociedad civil no ha desarrollado una capacidad de organización para expresar sus demandas.

A 2 meses para el cierre de inscripción de candidato en el Tribunal Supremo Electoral hay 19 partidos registrados y 3 comités por inscribir, –una modalidad de grupos políticos que puede lanzarse a la aventura de conquistar el voto popular- . De la URNG, registrada en 1988 como partido político se escucha poco. Una derrota a una izquierda que no supo ocupar un lugar.

Es evidente que ante tal fragilidad del sistema de partidos ninguno ha conseguido dos victorias consecutivas en elecciones presidenciales. Hasta el momento en los 5 últimos comicios presidenciales cuatro partidos diferentes han ganado y en la elección de Berger por primera vez ganó una coalición que sucumbe en este plebiscito. Nos encontramos eternamente con la juventud de los partidos políticos y una cantidad exagerada de propuestas. En un país de 14 millones es ilógico que se permita una propuesta electoral por cada medio millón de habitantes, y si lo llevamos a la cifras de los llamados a votar es más incomprensible.

No deberían haber tantas propuestas políticas que además el Estado pobre tenga que patrocinar y que a ojos de cualquiera todo esto es producto de la lucha por tener un lugar de poder, es más, cada uno tiene bajos índices de fiabilidad, agendas poco convincentes o incluso no las tiene y por ende una mala opción para la población. Hoy es posible que a través de las postulaciones algunos partidos pretendan justificar oscuros negocios. No son pocos los partidos de los que se duda sobre los fondos de financiación para sus campañas, hay implicados, principalmente a nivel de representación departamental, alcaldías y en áreas especificas, incluso en partidos grandes que peligran bajo los dominios del narcotráfico y crimen organizado. Este ya no solo es un reto en los ciudadanos sino también para el Estado, y con el que el nuevo gabinete de gobierno tiene que trabajar arduamente.

El gobierno de Portillo, postulado por el FRG entre 2000-2003 permitió que se incrustaran las mafias en todas las esferas políticas y públicas. Afortunadamente el FRG es un partido a la cola en las disputas por la presidencia pero sus legados y sus posibles fortalecimientos están en los departamentos del nororiente Jutiapa, Jalapa, Izabal y Petén considerados las bases de operaciones donde hay supuestamente 4 carteles que se reparten el territorio, controlan zonas liberadas, incluso con sus propios retenes, compran voluntades y financian a las autoridades locales. No es casual que sea el único partido que en la actualidad se sienta dispuesto a apoyar los candidatos de las regiones más vulnerables al fenómeno del narcotráfico.

La gestión de Berger en 4 años ha trabajado poco y le ha superado las bandas mafiosas organizadas. De la violencia callejera se ha pasado al crimen sistematizado, desde las maras como abastecedores de drogas a pequeña escala que controlan barrios y ejercen de sicarios a los narcotraficantes que dominan las zonas fronterizas y compran voluntades en altas esferas políticas y públicas, el crimen está tan organizado en ese orden de actividades que cada día aparecen más muertos. El país se ha convertido en el paso de casi el 75% de la cocaína que llega a EEUU y también es puerto de embarque de la droga hacia Europa. La situación es seria y se le ha escapado del control. Es inminente que no ha sido fácil para este gobierno combatir el problema y más bien ha descubierto todas las fragilidades de las fuerzas de seguridad nacionales.

Los grupos políticos en su agenda apuntan la violencia como su prioridad y quizá sus intenciones sean buenas pero asumir el nuevo gobierno no es fácil, los grandes retos de siempre compatibilizar la devolución de favores a los patrocinadores del candidato con sus intereses y hacer factible las mejoras sociales se han quedado atrás y ha surgido una prioridad por encima de la agenda de oportunidades de trabajo, asistencia social e infraestructura. Antes que se produzca una huida masiva del país es necesario hacer cambios sustanciales en materia de seguridad y poner de acuerdo a todos los parlamentarios en esta lucha porque no están exentos de formar un gobierno que se desborde al no saber dominar el inminente peligro de esos grupos de ilegalidad. El próximo gobierno tiene que tener limpios sus medios de llegar, tener propuestas coherentes que mejoren el Esado.

Menchú puede ser una opción viable ante la transparencia y legado que tiene su partido, ajeno a dudosos recursos económicos para apoyarla, tiene al mando a 2 mujeres que ha luchado por la justicia y denuncia de la tiranía de los gobiernos pero tendría que estar preparadas para los posibles escándalos de su partido, porque también es vulnerable a ello; demostrar determinación en vencer problemas más allá de pensar solamente en los indígenas y de tener un papel de cierta forma vengativo con los grupos oligárquicos, empresarios dueños del país.

La mujer de tez oscura con amigos por media Europa y buena influencia para percibir más fondos para el Estado, se enfrenta ahora con el mismo escenario que Portillo, castigar a los ricos. Su caso solo en ese sentido podría meditarse porque puede cruzarse con intenciones parecidas que marquen más racismo entre los ladinos e indígenas. Cierto es que hay muchas cosas que sientan el precedentes, sin duda vuelve a marcar la historia en el país por su valentía como mujer para lanzarse como candidata, es una persona que sabe que necesita su pueblo. Ha llegado el momento que en el país se abra un espacio para los indígenas aunque es sensible a la discriminación entre indígenas y ladinos, que subsiste en ambas vías. Ni por asomo se piensa en un comportamiento similar al caso Bolivia, el contexto es diferente, y Guatemala depende en gran medida de los EEUU. Esa es la verdad. Es más fácil ver que Guatemala en realidad tiene lazos económicos y poblacionales muy fuertes con Norteamérica como para aliarse al populismo que despega en parte de Sudamérica. En tanto, ha sido bueno emular el ejemplo indígena boliviano pero nada más.

En fin que es ahora da igual hablar de políticos tradicionales o nuevas propuestas para gobernar Guatemala. En los próximos cuatro años hay que concentrarse en resolver los dos grandes problemas la inseguridad nacional y el narcotráfico metido en las entrañas de la política.

Cicibel Lucas
Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala

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