miércoles, 14 de febrero de 2007

España y Cuba ¿Qué política?

Número 1/ Febrero-Marzo 2007
Beatriz Velasco

La Constitución socialista de Cuba necesita importantes reformas que recojan la protección de los derechos humanos, y que pueda servir como modelo alternativo al único mundo occidental, que hoy rezan algunos políticos como el único posible. Investigar Cuba es preguntarse ¿vamos o no por el camino adecuado? ¿qué pretendemos un desarrollo económico, o debemos atender el social?. Carta a Jose Luis Rodríguez Zapatero, presidente de España.

Los Objetivos del Milenio definen unas metas: erradicar la pobreza, el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, la igualdad entre sexos, reducir la mortalidad infantil, combatir el VIH/Sida... algunos de los indicadores de la ficha económica de Cuba apuntan que no va por tan mal camino. Se encuentra entre los países con una mayor esperanza de vida, bajo desempleo en las mujeres, baja tasa de analfabetismo...

Tengo miedo de que España se convierta cada día más en un país donde haya restricciones sociales tan relevantes como la educación y la sanidad. ¿De qué nos sirve un país que crece si no tenemos calidad de vida?. El país crece porque sube el precio de la vivienda pero ¿quién es el dueño de ese dinero?

Historia

La política exterior española respecto a Iberoamérica se basa en la Doctrina Estrada. El mexicano Genaro Estrada la presentó en la Sociedad de Naciones en 1930 fundada en la no - intervención. Así, España mantiene relaciones diplomáticas con todos los países de América Latina, independientemente de sus regímenes políticos, pero no supone su apoyo. Esto explica que España mantenga relaciones con Cuba tras el triunfo de la revolución castrista.

Iberoamérica supone para España, un idioma común, una historia y la cantidad de emigrantes que llegaron a América Latina durante la Guerra Civil y la Dictadura y que aún hoy residen allí. España no debe romper estas relaciones porque perjudicaría a la oposición interna de esos países y supondría el abandono de residentes españoles.

Los gobiernos españoles siempre se han comprometido con la democratización de Iberoamérica. Han apoyado elecciones libres en Argentina, Bolivia, Brasil... En Nicaragua, desde el 89,’ colaboraron con los sandinistas para preparar el censo, colocando 110 ordenadores para organizar un plebiscito limpio en febrero del 90’.

Esto cambió con el gobierno de José María Aznar que animó a la Unión Europea a hacer una política más dura hacia la isla.

La política exterior de España hacia Latinoamérica siempre se ha diferenciado de la perspectiva de EEUU y otros aliados. España ha sido partidaria de ayudar a Fidel Castro a reconciliarse con Occidente sin perder la dignidad. Por el contrario, EEUU insiste en que la presión y las sanciones darán resultado.

Desde el primer gobierno de la Transición con Adolfo Suárez, España ha tratado de llevarse bien con Cuba, a pesar de que esto siempre haya sido mal visto, como el viaje de Suárez a la isla . También Felipe González trató de mantener estas relaciones, en contra de la política agresiva que tenía EEUU respecto a Centroamérica.

La política de los socialistas se rigió por el principio de indiscriminación, aunque siempre tratará de promover la democracia y los derechos humanos. He aquí la controversia con la política que se ha de seguir con Cuba: por un lado las profundas raíces y relaciones con los cubanos y por otro, el gobierno característico de Castro.

Relaciones comerciales

Cuba y España tienen una historia comercial y financiera. Tras el triunfo de Castro, existió un comercio equilibrado, pero a finales del franquismo, existen ventajas para el comercio español: las exportaciones españolas eran el doble que las importaciones de Cuba.

Durante la Transición, Cuba continuó comprando productos españoles . En los 90’, el turismo en la isla tuvo gran relevancia para España y actualmente, representa el 20% de toda la inversión extranjera. Pero, invertir en Cuba es un tema complicado. Por una parte, las dificultades que provocan la ley Torricelli promulgada por EEUU en 1992 y la Helms –Burton en 1996 y por otra, el propio régimen castrista y su futuro. Estas leyes forman parte del Bloqueo al que EEUU tiene sometida a Cuba desde 1962.

En el marco de la Unión Europea

Buena parte de la política exterior española se realiza a través de organismos internacionales y entidades supranacionales como la Unión Europea.

La política europea hacia Iberoamérica no es prioritaria y menos hacia Cuba, en la que Fidel se niega a implantar una democracia pero, en 1995 coincidiendo con la presidencia española de Unión Europea, se trató de fomentar las relaciones con la isla, basándose en que la libre circulación de bienes, inversiones e ideas facilitaría la transición pacífica de Cuba hacia una economía de mercado y un régimen de pluralismo político.

En 1996, el artículo J.2 del Tratado de la Unión Europea estableció como objetivo "favorecer un proceso de transición hacia una democracia pluralista y el respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales, así como una recuperación y mejora sostenibles del nivel de vida del pueblo cubano”.

Pero en junio de 2003, como protesta por el encarcelamiento de 75 opositores democráticos cubanos a más de 1400 años de cárcel, la UE adoptó una serie de medidas diplomáticas. Entre ellas, "limitar las visitas gubernamentales bilaterales de alto nivel" y "reducir la importancia de la participación de los Estados miembros en las manifestaciones culturales”. Anunció también la decisión de "invitar a disidentes cubanos a las ceremonias organizadas durante las fiestas nacionales" que celebra cada embajada, como un reconocimiento expreso de la oposición democrática.

En esos años, la política exterior de Aznar no ayudó a facilitar las relaciones con Cuba. Creía que los cubanos no podían ser dueños de su futuro político y consideraba que Cuba era diferente. Aznar basó su política en un desarrollo exclusivo del turismo, y que realmente solo beneficiaba económicamente a España. El alineamiento de este presidente con EEUU no propicio el fomento de unas buenas relaciones con la Habana.

El cambio de gobierno español a uno de izquierdas, hace ya tres año, está intentando estrechar de nuevo la postura española hacia Cuba. En diciembre de 2004, tras sus esfuerzos y los del nuevo ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, Cuba “descongeló” los contactos con España, y así comenzaron las excarcelaciones de algunos disidentes presos del “grupo de los 75”.

En enero de 2005, la Unión Europea anunció que suspendía “temporalmente” las sanciones diplomáticas establecidas desde junio de 2003, aunque insistió en su petición "apremiante" de liberar sin condiciones a todos los prisioneros políticos del Grupo de los 75 y a los demás presos políticos que aún están retenidos.

El problema

Nadie duda de que a pesar del bloqueo y demás obstáculos, desde la Revolución de 1959, Cuba ha avanzado en materia de vivienda, educación, sanidad, seguridad social y reforma agraria.

El verdadero problema de Cuba es más político que económico. En realidad, no hay una verdadera preocupación en la Comunidad Internacional por las necesidades básicas de la ciudadanía cubana, sino por la falta de Derechos Humanos. No quiero infravalorar éstos, pero hay otros países en los que no se respetan los derechos humanos y además, sus poblaciones se mueren de hambre y enfermedades, mientras EEUU no dice nada – porque le interesa -.

EEUU nunca ha permitido la instalación de gobiernos nacionalistas y menos con tendencias socialistas. Hay muchos ejemplos de invasiones en Latinoamérica por esto, Guatemala (1954), Brasil (1964) el escándalo de la Contra Nicaragüense, desestabilización del gobierno de Hugo Chávez en Venezuela...

Todos estos hostigamientos por parte de EEUU a sus vecinos del sur han propiciado y alimentado la lucha de Fidel por mantener un gobierno socialista de la forma como lo ha hecho. El problema está en que el Socialismo no ha sabido adaptarse a los tiempos y por tanto, aumenta en parte, la imagen que llega de la 1ª potencia mundial.

Fidel Castro ha impuesto en Cuba una dictadura, él es el líder y no puede ser derribado del poder, no hay libertad de expresión y no se reconocen otros derechos fundamentales como el de expresión o asociación, no se tienen en cuenta los derechos democráticos. No se da cuenta de que estos valores no tienen porque ir en contra de la ideología socialista. De hecho, el socialismo fracasó en la URSS y los países satélites del Este de Europa debido a la represión. En eso el Capitalismo ha sido más ávido y ha sabido “contentar” a los trabajadores, convencerles de las bondades de la economía de mercado frente a la economía social.

Fidel debería pensar en las posibilidades de continuación del Socialismo implantado en Cuba cuando él ya no esté.

Tendría que admitir la necesidad de reformas constitucionales que sirviesen de alternativa a la corriente mayoritaria que supone, hoy en día, el Capitalismo. Seguramente, conseguiría que muchos países latinoamericanos se unieran a ese plan. Incluso parte de la vieja Europa que se considera más social, vería con mejores ojos un régimen socialista.

El 16 de Octubre de 1953, en el juicio en su contra por el asalto al cuartel de la Moncada, Castro elaboró una extraordinaria autodefensa que debería aplicarse :

“Cuba está sufriendo un cruel e ignominioso despotismo, y ustedes no ignoran que la resistencia frente al despotismo es legítima; este es un principio legalmente reconocido y que nuestra Constitución de 1940 lo consagró expresamente en el párrafo segundo del artículo 40: ‘es legítima la resistencia adecuada para la protección de los derechos individuales garantizados anteriormente’. Pero aún si este derecho no lo hubiese consagrado nuestra Ley fundamental, es un presupuesto sin el cual no puede concebirse la existencia de una colectividad democrática” y añadía “ Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es, para éste, el más sagrado de los derechos y el más imperativo de los deberes”

La Constitución cubana de 1976 – reformada en 1992- establece en su artículo 1 que “Cuba es un Estado socialista de trabajadores independiente y soberano, organizado con todos y para bien de todos, como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana”

Es relevante que Cuba tenga una Constitución, pero en ella se producen unas contradicciones que deberían ser reparadas, si Castro quiere realmente proponer el modelo alternativo al Capitalismo.

El artículo 98 del Código Penal condena el derecho de rebelión con la privación de la libertad de diez a veinte años, e incluso con la pena de muerte. En este aspecto no cabe comentario, parece que Fidel hubiese olvidado cómo llegó al poder y estuvo en la cárcel en 1953 por su asalto al cuartel de la Moncada.

Por ejemplo, el artículo 53 señala que “ se reconoce a los ciudadanos la libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista”. Establece que los medios de comunicación sólo pueden ser propiedad del estado y nunca de manos privadas. Impone sanciones de dos a cinco años en prisión o multa económica.

Reitero que la Constitución necesita una reforma si quiere llegar a presentarse como un modelo para los demás países iberoamericanos – y del mundo -. Fidel ha de abrir un diálogo internacional. La nueva globalización no tiene porque ser “tan mala”. Debemos aprovecharnos de sus ventajas. Necesitamos otra alternativa a este mundo occidentalizado. La política social de Cuba puede llegar a ser un ejemplo para otros países que están olvidando la realidad social del mundo y sólo se preocupan por un desarrollo económico, que beneficia a unos pocos.

Hemos crecido con la idea de que el Comunismo es el enemigo y que el Capitalismo es la panacea a todos nuestros males: “El verdadero sueño americano”, retratado en miles de películas hollywoodienses.

La política exterior en los últimos años, ha cambiado y debe volver a ocuparse de las ideas y los valores. En el futuro tendrá que basarse, sobre todo en el diálogo y no en la imposición del pensamiento único – estadounidense -.

Incluso Raúl Rivero, uno de los 75 disidentes excarcelados, aconseja el diálogo “los gestos diplomáticos duros, las presiones severas nunca funcionan bien” y señala que la posición de los políticos españoles en los últimos meses, ha sido la más inteligente, “Una posición mesurada e inteligente por parte de la política española puede ayudar” en la evolución del régimen cubano hacia posiciones democráticas destacando “la mística” que existe entre Cuba y España.

De esta forma, España puede tener un papel fundamental en la transición democrática de Cuba, precisamente por nuestra afinidad a su cultura, la mayor autonomía con respeto a la política estadounidense, y bajo el marco de un organismo internacional como es la Unión Europea.

A todos, en especial a los españoles, nos interesan que las relaciones con Cuba sean fluidas por el problema del terrorismo, tanto el de ETA como el internacional. En América Latina se encuentran instalados 130 mil militantes de ETA que se dedican, principalmente, a la logística y al financiamiento de la banda. La colonia ETARRA se encuentra entre México, Venezuela y Cuba. Si tratamos de llegar a acuerdos con estos gobiernos podrían ser una gran ayuda para solucionar el problema que nos azota desde antes de la Transición. No debemos caer en el chantaje, pero si motivar las relaciones y las comunicaciones. ¿Por qué están bien vistos los acuerdos económicos y no los acuerdos para acabar con el terrorismo?.

Por eso espero, sr. Presidente, que no olvide su máxima del “buen talante y diálogo” también hacia Cuba. Nuestra tradición se basa en las tertulias de principios del s.XX. En palabras de García Márquez:

“Los mejor informados sabían que Cuba había sido la colonia más culta de España, la única culta de verdad, y que la tradición de las tertulias literarias y los juegos florales permanecía incorruptible mientras los marineros gringos se orinaban en las estatuas de los héroes y los pistoleros de los presidentes de la república asaltaban los tribunales a mano armada para robarse los expedientes”

Inste a Castro o ahora a sus futuros sucesores, a que sus elecciones “democráticas representativas”, lo sean más ampliando las libertades. En abril de 2005 hubo unas elecciones en Cuba donde se elegían a los delegados de las Asambleas Municipales del Poder Popular.

Las votaciones en Cuba son directas en cada circunscripción, a mano alzada. No existe campaña electoral y los que se presentan cuelgan su fotografía, su biografía y sus méritos en sitios públicos. Estos cargos elegidos realizan su trabajo de forma voluntaria y pueden ser depuestos de sus funciones cuando lo consideren los vecinos. En las once elecciones realizadas en Cuba desde 1976 más del 95% de los electores han acudido a votar. España - el mundo - no puede olvidar el fraude en las elecciones de EEUU del año 2000, el alto grado de abstención, ni la manipulación a la que están sometidos los medios de comunicación estadounidenses. Desde luego, sigo creyendo que en Cuba no existe una democracia como tal, pero ¿existe en la práctica algún país democrático?.

Beatriz Velasco García
Licenciada el periodismo y master de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.

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