martes, 13 de febrero de 2007

Construyendo una Cuba sin Castro

Número 1/Febrero-Marzo 2007
Juan Luis Dorado Merchán

Nadie sabe lo que pasará en Cuba el día en que Fidel Castro ya no esté. Desde la enfermedad del líder cubano, numerosos escenarios se han dibujado en las principales tribunas de análisis internacional. Se ha hablado de continuismo o de una transición a la democracia, pasando por la injerencia de los Estados Unidos como guía de todo el proceso. A la hora de analizar el futuro cubano hay que tener en cuenta la integración del aparato del Estado en la sociedad civil cubana. El paso de los años ha hecho que Fidel Castro no sea el único soporte de la Revolución, sino que todo el proceso de casi sesenta años se sostiene sobre los sólidos cimientos del Partido Comunista Cubano y el poder de la Asamblea Nacional, los Comités de Defensa de la Revolución y las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Tras conocerse la enfermedad de Fidel Castro el pasado verano, Raúl tomó el poder. Fidel siempre ha estipulado a su hermano pequeño como su sucesor, pero ese proceso de cambio va más allá de Raúl. Fidel Castro apuesta por una sucesión en toda una generación, en los denominados cachorros del Régimen. Raúl Castro se presenta como el nexo de unión entre todas las partes, sobre todo el Partido y las Fuerzas Armadas.

Cuando muera Fidel, Raúl querrá legitimarse en el poder, tanto para su pueblo como para el resto de la sociedad internacional. El menor de los hermanos Castro es un estudioso del socialismo chino, y es probable que las reformas que lleve a cabo sigan este modelo, sobre todo para ganar la confianza y el respaldo necesario. Pero ni los cubanos son como los chinos, ni mucho menos Cuba tiene la capacidad económica de China.

Este socialismo con caracteres cubanos que podría adoptar Raúl Castro estaría seguido de una apertura a la economía de mercado, pero respetando los valores de la Revolución. Aquí veremos como actúa Estados Unidos. Cuba entraría más o menos en el juego y el sistema económico que le interesa, y ante una apertura de la Isla, Estados Unidos querrán ser los primeros en negociar y sacar tajada.

Sobre el papel de Estados Unidos en el proceso de sucesión y transición hay muchas dudas. Lo más probable es que una vez muerto Fidel Castro, se mantendrá el embargo con Raúl en el poder. Pero si este comienza a hacer reformas y, sobre todo, una apertura a la economía de mercado, las políticas económicas de Estados Unidos harán cada vez más concesiones a la Isla. Lo único claro es que un cambio brusco es improbable.

Estados Unidos variará muy poco la postura con Raúl en el poder. Washington iniciará el mayor acercamiento cuando éste también haya desaparecido, cuando se realice la segunda sucesión y quizás también la más importante. Será el momento en que ya no queden más Revolucionarios en el gobierno de Cuba.

Aun así, el embargo no se eliminará de la noche a la mañana. En primer lugar, porque en el futuro, ningún Presidente norteamericano querrá pagar el precio político de cambiar la política de Estados Unidos hacia Cuba. También porque Washington exigirá cambios graduales en el sistema político cubano.

Si Raúl Castro inicia las reformas, se consolidará una nueva generación de dirigentes cubanos más abiertos a la negociación y al acercamiento, sobre todo económico, con Washington. En ese momento, Estados Unidos comenzará a ser de nuevo el principal socio económico de la Isla.

¿El principal socio económico? La razón es básica: Estados Unidos es el mercado natural para Cuba, y la tendencia será a mejorar relaciones cuando Fidel ya no esté. Sobre todo en el aspecto económico. La presión de los empresarios, sobre todo la de los estados sureños de Estados Unidos será brutal, y cada vez más congresistas apuestan por el cambio de la política económica hacia Cuba.

Los intereses del exilio también irán cambiando. Se está produciendo un cambio generacional, con mucho menos rencor que la parte más radical de Miami. Los hijos de la Fundación Nacional Cubano-Americana tienen claro que son ellos los que tienen que invertir en Cuba. De hecho, numerosos empresarios cubanos en Miami ya han lanzado sus protestas por el mantenimiento del embargo.

Está claro que cuando el Régimen abra algo sus puertas, y apueste por este acercamiento con el exilio menos radical, estos empresarios, cubanos y norteamericanos, presionarán a Washington para modificar el embargo, en primer lugar, y erradicarlo del todo en segundo lugar.

Otras teorías apuntan hacia una posible solución violenta al tema cubano. En realidad, apenas hay posibilidades, porque ya sin los hermanos Castro, ni siquiera el exilio cubano en Miami tendría la principal excusa para apoyar la intervención en la Isla. Además, la situación internacional de Estados Unidos tras Afganistán e Irak, haría que una invasión a Cuba trajese consigo una reacción internacional sin precedentes.

Además Cuba ya no está sola en la escena internacional. Tras la década de los 90 cuando la desintegración de la URSS dejó a Cuba sin aliados, durante los tres últimos años, la Isla ha ido ganando aliados, sobre todo en América Latina. Bolivia y Venezuela se están convirtiendo poco a poco en el principal motor económico de Cuba, y serán cruciales en el proceso de transición. Además, también está China, que se convertirá en guía para ese proceso de evolución hacia un socialismo a lo chino.

La consolidación en América Latina del eje Bolivia-Cuba-Venezuela, el llamado eje bolivariano que se está convirtiendo en la feroz oposición de las políticas económicas que Estados Unidos está desarrollando en la región. Además, el acuerdo de Venezuela para el petróleo anual, a precio mucho más reducido, hará que Cuba no tenga que acudir a lejanos mercados para llevar crudo a la Isla. También el gas boliviano jugará un papel fundamental para Cuba en el futuro.

Pero si el Régimen de Castro sale reforzado en algo, es ideológicamente. Evo Morales y Hugo Chávez han reactivado las ideas de Fidel Castro en toda Latinoamérica, y el socialismo ha tomado un nuevo impulso en la región, como ha sucedido en Ecuador con la elección de Rafael Correa como presidente del país.

El futuro cubano se presenta apasionante, y lo que está claro es que esta nueva situación de no aislamiento internacional posibilita mucho la sucesión más tranquila en Cuba. Además, la izquierda latinoamericana está sufriendo un nuevo giro, y eso da aires a Cuba y preocupa mucho en Washington.

Juan Luis Dorado Merchá
nPeriodista experto en Cuba y Latinoamérica

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